¿Y por qué no lo mandaste tú mismo Roland Denis, al mismísimo carajo en tu extraño escrito?
Hoy, la verdad, que no ha sido un jueves santo de mi agrado. Comenzó con Cheo Feliciano yéndose de madrugada de este mundo y apenas caía la tarde le siguió Gabo hacia la muerte.
El canto y el escrito del pueblo heridos llueven más dolor sobre nosotros este día.
Las congas y los tinteros tienen sus ojos en llanto, el canto y la letra se visten de negro, pero el luto de quienes vamos a seguir vivos, debe convertirse ahora en más canto y más escritos. Por ellos dos, por Chávez y por cientos de miles que han caído después de vivir por el mismo sueño y se van sin ver sus sueños cumplidos. Por todos ellos y desde “mi minúscula existencia en función de algo” debo responderte…
Quiero que quienes me lean hoy, lean tu escrito:
¿Quién está dispuesto? Por: Roland Denis: http://www.aporrea.org/
Allí te preguntas si será que alguien está dispuesto a mandar al mismísimo carajo a Nicolás Maduro. Que arrecho el dolor y la angustia que te hacen hacernos tal pregunta, porque te considero y reconozco como uno de los nuestros siento la obligación de responderte. No es nada “pequeña” tu “propuesta” camarada.
Lo leí despacio y lo volví a leer, a pesar de fallas gramaticales nada comúnes en tus estructurados escritos anteriores, sé que escribes lo que sientes. Quiero decirte que te respondo no desde las vísceras, sino desde mi corazón, pues siempre que te leo comparto cosas contigo y porque respeto y tolero las distintas posiciones de los camaradas que amamos esta revolución, así que quiero responderte a ti y a algunos otros camaradas cuya pluma acusa de traidor a Nicolás Maduro ante esta emboscada imperial que aun vivimos, que lo acusa de lulismo, como si Lula no fuera uno más de esta batalla y compañero de Chávez, y de pactar, de traición pues a la misión que Hugo Chávez le impusiera antes de irse también en este viaje fatídico e inexorable que nos impone la muerte.
Maragira, nuestra excelente periodista de Telesur, me preguntaba en una entrevista ayer, si consideraba que que habíamos vencido la asonada golpista, jocosamente le respondí que ver aparecer de nuevo los escritos de los críticos de izquierda era un buen síntoma. Pero no hemos vencido la más terrible ofensiva que jamás tuviera la revolución que es de todas y todos los combatientes de Chávez, ni siquiera podría decirte que tengo la certeza de que superamos ya el peor momento.
Hoy al leer tu nota en Aporrea decidí escribir algunas cosas que me he reservado. Aunque sea tan fuerte como tú, en el que publicaste este jueves.
Hugo Chávez Frías dejó al mando a Nicolás Maduro Moros cuando tuvo que dejarnos. Nos pidió a sus soldadas y soldados nombrarlo presidente y apenas acaba de cumplir un año de gobierno timoneando entre las tormentas más descarnadas que viviéramos. Nos pidió ser leales en la acción y obedientes a su mando.
El enemigo ataca sin compasión para destruir la unión que nos dejó Chávez, en las estrategias imperiales se nos intenta dividir, se usa la crítica de forma destructiva en un momento crucial en el que, si nos dejamos dividir, tanto los que gobiernan como quienes critican al gobierno desde la izquierda radical, terminaríamos derrotados y perseguidos. Se perdería el poder político para tener que esperar cien años más de represión y dominio.
El pueblo, ese que denominas tan ejemplarmente: “Después de tanto silencio que disciplinadamente millones de los nuestros han tenido” cumple las órdenes de Chávez, tranquilo y pendiente en defensa de la revolución que quedó en sus manos. Disciplina y obediencia, es lo que tiene y demuestra glorioso el pueblo de Chávez, mi querido camarada, ningún pueblo va a mandar al mismísimo carajo a quien está haciendo lo mismo que hubiera hecho Hugo Rafael Chávez Frías, así tú y otros camaradas no lo entiendan o compartan.
Yo te invito a que esas afirmaciones de pactos, entregas, traiciones y corruptelas, las sustancies y entregues a la fiscalía y al pueblo, sustentadas con pruebas. Bastante quisiera la oposición que nos ataca, poder comprobar esa corrupción galopante que tu denuncias y ellos jamás han presentado prueba alguna. ¿Tú las tienes?
¿Pacto y traición porque no se usa la fuerza para dar un golpe “revolucionario” y quitarle a la burguesía sus grandes empresas? ¿Es que acaso tenemos capacidad alguna de surtir al pueblo de alimentos y servicios con eficiencia si tomáramos todas las empresas capitalistas? ¡Ojalá y así fuera, pero no lo creo, sería un acto revolucionario “glorioso” pero inútil, una de las fallas que debemos y estamos tratando de superar es que tengamos una clase obrera con consciencia revolucionaria y capacidad técnica y moral, para generar la economía socialista, mientras no lo tengamos el pueblo debe comer y el poder económico no está en nuestra manos, esa es la lucha de hoy, nada fácil, no solo para Venezuela, sino para China y para Cuba, infelizmente. Una revolución pacífica, como la que puso en marcha Chávez no es radical sino gradual, pero ha funcionado y tiene en jaque al imperio, lo que nunca se logró con los manuales.
Casi la mitad de Venezuela no está de acuerdo con el proyecto socialista y estamos siendo atacado con todas la guerras posibles, tú como sociólogo lo sabes, entonces, yo te digo que el pueblo, aunque quisiéramos poder ir más rápido, entiende que se hace lo que se debe hacer en el camino correcto, como Chávez lo hiciera siempre muy por fuera de los manuales radicales.
Aquí no hay pactos ni entregas, hay diálogo con quienes representas a la casi otra mitad de Venezuela para evitar una guerra imbécil entre las dos partes del pueblo y poder seguir construyendo, con la terrible lentitud de las revoluciones “pacíficas” EL CAMINO HACIA EL SOCIALISMO. Mientras tanto, en esta enfrenta, el pueblo de Chávez está con Nicolás Maduro Moros leal y completamente de acuerdo.
Yo pido a la izquierda radical, que respeto, propuestas antes que insultos, propuestas y organización social, pues los revolucionarios deben trabajar organizando al pueblo, quien no esté de acuerdo que hable en nombre del pueblo que esté organizado bajo sus propuestas e ideas, no desde el intelectualismo pequeño burgués y cómodo de quien no tiene bolas para trabajar con el pueblo. Los camaradas de Guevariando pueden enseñarles como se hace la crítica trabajando y organizando la clase obrera. Veamos a Bolivia y aprendamos de ella a lograr que nuestra fuerza supere los márgenes del 65 % en nuestro pueblo y con ese nuevo mapa se podrá avanzar como queremos. Vamos al Congreso del PSUV junto al pueblo y presentemos allí las críticas de forma constructiva, compartidas por tantos.
No hacemos nada fomentando la división y la fractura que tanto añora Capriles Radonsky y la fascista María Machado.
El amor de Chávez, ese que vive el pueblo y vive en ti, es el que impide que ni siquiera tu tuvieras la bolas para mandar al mismísimo carajo a Nicolás Maduro, primer presidente chavista de Venezuela.
A veces también quisiera mandar al mismísimo carajo a todos los críticos de Nicolás Maduro en momentos tan difíciles, y te reconozco, que como tú, tampoco he tenido bolas.
Las últimas palabras de Chávez no fueron las que citas, te las recuerdo: Unidad, Lucha. Batalla y Victoria.
Quisiera culpar a la muerte de lo que he leído de tu pluma, a una rabia momentánea de irreverente odio a la vida por las cosas nos quita de golpe, las cosas queridas que deja que se nos lleve la seca muerte, por las injusticias y nuestros más bellos deseos humanos amenazados ante la historia a no cumplirse. Pero desde esta tarde y mi soledad, desde mi despedida a Cheo Feliciano y a Gabriel García Márquez, que me aferran a luchar, lo que me quede de tiempo, porque no se nos lleve la muerte la esperanza y el sueño de revolución que compartimos, aquí nadie está de rodillas jalándole bolas a los oligarcas, no seas tan necio, se pide la Paz, bandera de quienes luchan en el mundo, para que sigamos adelante, camarada y compañero.
¡Unidos en el amor de Chávez Venceremos!
¡Mandemos juntos y unidos, al mismísimo carajo, al imperialismo inmoral que nos ataca!