¿En lista de espera para el Paredón?

Quienes reclaman que no se escuchen sus críticas no son capaces  de tolerar que alguien cometa la osadía de criticarlos a ellos.

Hace unos días publiqué una nota  sobre la mandada a mandar al carajo a Nicolás Maduro.

Un señor con tan buena voz, mandando a otros a cantar, pide que alguien mande al carajo a Nicolás Maduro, luego dice que la canción estaba equivocada y, en  uso de su derecho a la libre expresión, escribe que le pareció una estupidez haber preguntado si es que nadie, de los revolucionarias y revolucionarios, iba a ser capaz de mandar al grandísimo carajo a Nicolás.

Respuestas duras vinieron. No solo por Aporrea sino por mi correo y otros correos de compas que acompañaron mi crítica. Insultos a granel, ofensas e irrespetos y lo que más me alarma, la casi declaración de traidor que se nos hiciera con amenazas muy encubiertas en las que nos informan que muy pronto tendremos “que dar la cara”. O sea, pedir mandar al carajo a Nicolás Maduro es normal, pero osar pensar en mandar al carajo a los críticos de la ultra izquierda, pareciera, eso sí, un delito revolucionario, por el que en algún momento, muy pronto, según se me escribió, “tendría que pagar”. Pareciera que algún tribunal de suprema revolución nos hubiese sentenciado ya, a ser ejecutados por decir lo que opinamos, sentimos y compartimos con nuestro pueblo de Chávez.

Muy bien lo escribió Néstor Francia, mandar al carajo a nadie de la izquierda, es el estilo de la revolución.

Prepotencia, vileza, ofensas y pedantes formas de escribir de un pequeño grupo de la izquierda que habla desde el paraninfo de la gran verdad revolucionaria absoluta, a aquellos ignorantes que, como yo y la gran mayoría de revolucionarios y del pueblo chavista, no les hacemos caso, ni somos capaces de ver que la Revolución está siendo traicionada por Nicolás Maduro, que, según ellos, está pactando con los burgueses la entrega de la Revolución Bolivariana. Somos pues entonces rastreros escribidores del régimen, traidores a la verdadera revolución, que no hicieron ellos sino Hugo Chávez Frías, a quien por cierto, nunca mandaron al carajo por hacer, exactamente lo mismo, que hoy hace Nicolás Maduro Moros.

En correos que nos hemos enviado luego de este evento, escritores de Aporrea, hemos visto con alarma, que los tres, Nicolás Contreras, Oscar Heck y yo, recibimos similares envíos por nuestros correos privados.

Pensamos en algún momento, que si el gobierno se sentaba a hablar con los empresarios, deberían tener derecho estos camaradas de la disidencia de izquierda, a sentarse igualmente para que sean escuchados. Porque la revolución que comenzó Hugo Chávez está basada en el respeto y el derecho de todas y todos, los que comulgan y los que no con la revolución también, luego de las metrallas de ofensas y amenazas, desistimos de publicar ese llamado.

Durante los subsiguientes días, las declaraciones de traidor hacia nuestro primer presidente chavista, ya parecen más que críticas desde la izquierda, una ruptura con la revolución, un llamado a la división y a lo que llamamos nosotros tres, pasar a tomar posiciones políticas que ayudan y le hacen juego a JJ. Rendón, en sus ataques incansables por derrocar el poder político tan sabiamente defendido por Chávez y Nicolás.

Si soy capaz de leer y respetar las posiciones de la oposición, que tiene su derecho a ser oposición igual soy capaz de leer y respetar las posiciones de los radicales de izquierda, sin ningún problema. Así como ataco a la oposición cuando se sale de las normas democráticas y violenta el país en su locura, seré igual defensor de la voluntad de las mayorías chavistas ante las acciones de la ultra izquierda. Ojalá y no estén intentando dividir la revolución, aunque, si así fuese, solo pasaría lo que ha pasado con todos los que se le voltearon a Chávez, minorías que se disolverán en la nada de la historia.

Este pueblo se respeta, ni somos focas, como dicen los majunches ni tampoco becerros o sumisos como dicen los ultra izquierdistas.

Venezuela apoya de forma amplia y mayoritaria a Nicolás Maduro en su conducción de la revolución, el pueblo de Chávez está tranquilo, ni la derecha, aun con la ayuda de la ultra izquierda, logrará dividirlo.

 

¡Con Nicolás Maduro, como lo ordenó Chávez!

¡El pueblo chavista unido con Maduro!!



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Raúl Bracho


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