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Dios mío, ¿qué le pasa a nuestras autoridades y a los cuerpos de seguridad de este país? En ninguna otra nación se ve esta barbarie en las narices de los cuerpos “encargados” de proteger a la población, donde un grupo de delincuentes mercenarios ponen jaque a un gobierno y a los vecinos de algunos municipios como Chacao. El Estado tiene Guardia Nacional, Policía Nacional, Ejército, milicias, etcétera. ¿Y qué está pasando? Incendian con bombas mototov a ballenas, tanquetas, autobuses, gandolas y camiones, así como se destruyen bienes públicos, a cada momento. Bien en Caracas, bien en Valencia, Mérida o Táchira. Mientras tanto usted oye a ciertos personajes del alto gobierno decir que la guarimba ha sido derrotada. Que todo está en paz. “Hemos derrotado a los guarimberos. El pueblo venezolano disfrutó de su Semana Santa en paz. El bien triunfó sobre el mal”. Mientras el caos impera en Chacao, donde ni siquiera pudo realizar la procesión de jueves y viernes Santos. Ahora han vuelto estos malparidos con más ínfulas. Es el comienzo de una nueva fase de terror.
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Hasta dónde hemos llegado que ayer se difundió una declaración “desesperada” del Alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, militante de Primero Justicia. Dijo cosas como estas, “Están buscan un muerto (Muchacho, van 42) para incrementar la espiral de violencia… Adultos, mujeres y niños están siendo afectados por las piedras, bombas molotov, el humo… Nadie sabe quiénes son ni lo que quieren… Pobre de mí”. (Qué inocencia la de este Muchacho). Por otro lado, Diosdado Cabello, en su programa “Con el mazo dando”, dijo que las protestas en Chacao no son para “sacar” a Maduro, sino a Ramón Muchacho. Le pregunto a Diosdado ¿y en Valencia? Es para sacar a Ameliah. ¿Y en el Táchira? Es para sacar a Vielma Mora. ¿Y en Mérida? Es para sacar a Alexis Ramírez. ¿Y en Puerto Ordaz? Es para sacar al Alcalde José Ramón López. ¿Y en el Zulia? Es para sacar a Arias Cárdenas. Ubiquémonos, diputado. Esta violencia está orquesta desde el exterior y tiene un objetivo: desestabilizar al país, hacerlo ingobernable y facilitarle las cosas al imperio. Usted sabe a qué me refiero.
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Mientras tanto el Presidente llama reiteradamente al diálogo. Una parte de la derecha ha asistido a Miraflores con el objeto de dialogar, pero mientras hablan paja en Miraflores, por otro lado llaman a seguir en la calle, a presionar, presionar y presionar. Las órdenes de Robert Alonso, desde Miami, es resistir, resistir y resistir. Las de Álvaro Uribe es destruir, destruir y destruir. Entonces ¿qué hacer? La respuesta la tiene el Presidente Nicolás Maduro y su equipo de gobierno, incluye, como es lógico, a sus asesores militares. Presidente Maduro: la victoria aplastante es la única opción. El cáncer hay que erradicarlo desde la raíz. Sólo así no volverá a brotar. No de larga a esta violencia criminal. Usted tiene el poder. Usted tiene el apoyo de su pueblo. Tiene el apoyo de los pueblos soberanos del mundo. Hay que actuar ahora, o se prolongará esta barbarie, perjudicando, de paso, su liderazgo. Y termino con esta reflexión de Confucio: “Pierdes personas si no hablas con aquellas que merecen la pena hablar; pierdes palabras si hablas con aquellos con los que no merece la pena hablar. La persona inteligente ni pierde personas ni pierde palabras”. ¡Volveré!