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Siempre, o casi siempre, he pensado que Capriles tiene que visitar al psiquiatra. No es posible que a cada momento diga cosas sin lógica alguna. Él ha metido la “pata” en varias oportunidades, pero ahora, para mí, se lo comió todita, al decir que hay que bajar a los cerros. ¡Qué locura! Caprichito está loco, loco de perinola, como dicen en mi llano querido. No coordina bien lo que dice. Para prueba basta un botón. Recientemente dijo en su cuenta tuiter que, “Los cerros no van a bajar, hay que subir a buscarlos”. ¡Qué belleza! Todos suponemos que lo que quiso decir es que hay que ir por la gente que vive en los cerros y obligarlos a bajar. ¿Bajar para qué, señor Capriles? Para que vengan a guarimbear con los niños bien del Este de la ciudad. O con los mercenarios pagados por el imperio. ¿Es eso lo que usted quiere? ¿Cómo vas hacer para convencer a esas personas para que bajen a protestar contra su gobierno?, si tú no puedes convencer a los tuyos para que te sigan. Cada día pierdes más poder de convocatoria. Ubícate, Capriles, la gente de los cerros está con el proceso revolucionario. Son los invisibilizados de la IV República. Fue a esa gente que Chávez visibilizó. ¡Epa, Capriles, los cerros de Caracas pesan mucho!
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Para la MUD Eliécer Otaiza no existió.
Ni una palabra de condolencia salió de la boca del señor Ramón Guillermo Aveledo. Mucho menos del resto de la dirigencia opositora. Para ellos, el joven luchador revolucionario, presidente de la Cámara Municipal del Municipio Libertador, no existió. El soldado fiel al Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, el constituyentista que propuso el nombre de “La República Bolivariana de Venezuela” y como tal fue aprobado, el no existió para esta obcecada gentuza. Pero Eliécer Otaiza no necesita de esas condolencias. El pueblo chavista lo despidió a lo grande. Como él se lo merecía, por su lealtad a Chávez, por su posición radical en el proceso, por su don de gente, por su firmeza revolucionaria y por un ser humano lleno de amor, humilde y servidor como el que más. Lo dio todo por el proceso revolucionario, y fue un ejemplo para todos, hasta que llegó la muerte a manos de unos forajidos llenos de odio. ¡Otaiza, vivirás por siempre en la mente de los revolucionarios de este país!
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El aumento salarial
El Presidente Nicolás Maduro, sigue la tradición de su antecesor, Hugo Chávez Frías, en materia salarial. Por ejemplo, veamos los 5 últimos años como han sido estos aumentos. En el 2009, el aumento fue del 20 por ciento, en dos partes. En el 2010, 25 por ciento de una sola vez. En el 2011, 25 por ciento en dos partes. 2012, 30 por ciento en dos partes. 2012, 30 por ciento en dos partes. 2013, 45 por ciento en tres partes. Y 2014, 30 por ciento de una sola vez. He allí la continuidad de la política que implantó Hugo Chávez Frías. Nunca, a pesar de las coyunturas políticas de guarimbas y violencias, como de guerras económicas, se ha dejado de aumentar el salario mínimo. Ahora el salario mínimo queda en 4.251 bolívares y en más de cinco mil bolívares al sumársele el bono de alimentación. Pero como cosa rara, los voceros de la oposición, incluyendo al flamante candidato presidencial perdedor, no es suficiente. Capriles piensa que si él estuviera montado en la silla hubiera aumentado por lo menos el 100 por ciento, pero craso error, no está, ni estará por los tiempos de los tiempos, sentado con la silla que le perturba sus sueños. Capriles, ¡gózate la manifestación de los verdaderos trabajadores “descontentos con el aumento! Por cierto, el CICPC ya tiene técnicamente resuelto el caso del asesinato de Eliécer Otaiza, gracias por la eficiencia, y ¿el caso Nairobi, qué? ¡Volveré!
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