De entrada, téngase muy en cuenta de que durante los últimos 15 años no se ha tratado de INCREMENTOS SALARIALES, sino de AJUSTES S., ante la inflación ocurrida antes y después de la presente V República.
Hecha esa aclaratoria pertinente, decimos que como primera impresión el trabajador infiere que sus incrementos salariales tienden a “convertirse en sal y agua”, que detrás de cada aumento salarial sobreviene una nueva alza de precios.
No se equivoca quien así piensa, porque los salarios son automáticamente asimilados al coste primo, y, es más, normalmente los empresarios burgueses suelen inflar sus costes y precios antes de que esos incrementos salgan en Gaceta Oficial, y no sólo incrementan el costo, sino que al precio nuevo añaden una alícuota por concepto de ganancia del capital, razón por la cual esos incrementos hasta lucen como contraproducentes.
Hay quienes especulan al respecto y afirman que tales ajustes son posibles preámbulos de una espiral inflacionaria, cosas así.
Pero, ese razonamiento no tan descabellado. Ciertamente, los costes de mano de obra están perfectamente coadmitidos como costes reales.
Sin embargo, si bien a cada incremento salarial-decretado por el Estado para aliviar el alza en los precios de marras y así proteger el poder adquisitivo del salario-sobreviene un contradictorio incremento de precios, o sea, opera una suerte de círculo vicioso, entonces no debemos olvidar ni pasar inadvertido que todo incremento salarial tiene repercusiones de costo a corto, mediano y largo plazos, particularmente a largo plazo por aquello de los aguinaldos o "utilidades" y Prestaciones Sociales, esas mismas que fueron devueltas al trabajador durante esta V República y que habían sido eliminadas por la 4ta. R.
Así las cosas, mientras el efecto inmediato es una alza de precios, los cargos patronales se perpetúan en el tiempo y crecen exponencialmente en favor del trabajador, pero, no menos curiosamente, sin perjuicio de ningún patrono porque sencillamente ninguno de ellos pierde un céntimo con su reconocimiento, habida cuenta de que innegablemente él paga las Prestaciones y aun así sigue sacando ganancias.
Pasemos a conocer quiénes cargan con las Prestaciones Sociales: Dado que las Prestaciones son calculadas en términos integrales, sobre la base del salario integral, referido éste a todo tipo de beneficios recibidos por el trabajador con cargo al patrono, en consecuencia, las P. S. son costos que el empresario va cargando al precio de venta en cada ocasión de su cancelación, o mientras tanto los carga por concepto de fondos para su pago futuro o pasivos por pagar, máxime cuando detrás de toda prestación social está una parte impaga oportunamente del salario. Prueba de este aserto es que el Decreto de las citadas Prestaciones Dobles de los tiempos de Carlos Andrés Pérez vino a poner freno al uso ilícito que venían haciendo los empresarios-todos-con esa porción salarial. Otro tanto sigue ocurriendo con las denominadas bonificaciones de fin de año o aguinaldos. Estos también son parte del salario que es retenido para la compra de bienes duraderos, más allá de la cesta básica semanal o quincenal. Durante el año, el empresario usa ese salario subrepticiamente retenido y lo capitaliza de variopintas formas.
01/05/2014 05:23 p.m.