Una nueva forma de capitalismo ha nacido de la guarimba. Si al mercado llega mercancía, esta se agota de inmediato. Si ponen cupos `por persona, aparecen personas como bachacos y se lo llevan todo. ¡No hay café, no hay aceite, no hay azúcar, no hay, no hay, no hay.
Pero salga a la puerta del mercado y pregúntele al buhonero, ¿aceite? A 80 bolos, ¿se lo busco? Y manda a un chamo que en minutos te lo entrega en una bolsa.
Ahora la mercancía es como la droga. Todo el que quiera un rebusque la trafica. Los mercados son los mayoristas de kioskeros y buhoneros, apenas llega merca, se las ingenian y traen toda la familia a hacer la cola. Lo que vale 10 se vende a 80. Amas de casa, en los barrios no se quedan atrás. Arroz, azúcar, café, aceite, cuanto usted no pueda comprar en el mercado, porque no hay o porque la cola es bestial, pague el triple y lo tiene de inmediato. Es una plaga, es el bachaqueo general, el rebusquefashion en los barrios.
Hace días leí un artículo, muy bueno, subido en Aporrea.
Deme dos tarjetas señorPor: Carlos Lópezhttp://www.aporrea.org/contraloria/a187316.html
Quisiera adjuntar este párrafo que me impresionó. Si esto es lo que pasa, no encontraremos productos más nunca. Los operativos que se hagan, serán perder el tiempo.
Lean.
¿Qué carajo es esta revolución que no es capaz de meter en cintura a un simple quiosquero? Por eso cuando discuto con mis compañeros sobre la especulación les sostengo. ¡Los especuladores somos el mismo pueblo! Y no hemos tomado conciencia de ello. Nos desgastamos tildando de especulador a Lorenzo Mendoza, pero protegemos a sus obreros distribuidores que llegan a cualquier minorista y le condicionan la venta de acuerdo a sus precios personales. -Te dejo Mazeite si me pagas la caja en mil novecientos bolívares. Pero, ¿a como lo voy a vender yo? Véndeselo a los colombianos por dos mil quinientos bolívares, y te vas ganando seiscientos. ¡No está mal! ¿Si te lo pago a ese precio, me dejas harina pan?. Claro te la dejo a trescientos bolívares el paquete de 20 kilos, tu lo puedes vender a 50 bolívares el kilo, los colombianos te la arrancan de la mano. ¿Y tienes mayonesa? Si te dejo las cajas que quieras, pero me debes comprar dos cajas de migurt por cada caja de mayonesa, y esa te la pongo en 700, y tú la puedes vender en ochenta bolívares el pote de 910 gr, y va que chuta. En la frontera Ureña y San Antonio lo venden en 150 bolívares y te lo arrancan de la mano. Tengo de todo, dice el camionero distribuidor, así que empecemos a negociar que para mañana es tarde.
Andreina Tarazón y sus inspectores deberán ser un pasajero más en los camiones de Polar, de PyG, de Pepsico. Sino no podrán detener esta fiesta de especulación generalizada.
Ni bajarán los precios ni aparecerán los productos.
El Poder Popular no puede ser cómplice ni partícipe de esta trampa, rentable para quien la hace, que nos tiene atrapados en la crisis de la escasez y los precios locos.
Ya el problema no está en los fabricantes o los mercados. Son los camioneros y la economía informal, el bachaqueo se hizo nacional.
¡Vamos Andreina, tu si puedes!
¡Móntale un inspector a cada camión y a cada esquina!