Nicolás Maduro, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, entre las 100 personalidades más influyentes en el mundo, según la revista TIME. El hombre que sostiene el futuro de Venezuela, señala la revista. Con tan sólo un año en el poder, resulta halagadora tal inclusión. Eso apuntala, de alguna manera, las medidas económicas que está tomando, y donde aprieta por un lado y afloja por el otro. Se está moviendo como un pez en el agua, a pesar que recibe ataques del bando oposicionista, como del bando de los radicales del chavismo. Es así como su gobierno enfrenta con energía a los guarimberos, a pesar que aún están causando daño en algunos puntos del país, por un lado, mientras que por el otro abre el compás para un entendimiento transparente, en el marco del diálogo económico por la producción y la paz, a nivel nacional, con el empresariado que quiere trabajar de manos con el gobierno por Venezuela. Esa actitud causa piquiña en un sector de la oposición, que acusa al Presidente Maduro de estar ganando tiempo para tratar de someter la crisis económica y política.
2. Los radicales del chavismo no perdonan
Mientras tanto los radicales del chavismo también lanzan sus piedras contra el Primer Mandatario. Lo acusan de blandengue y de haber doblado la cabeza ante la burguesía parasitaria. Juego seguro, no se tranca, dicen. Es bueno refrescar la memoria de los radicales, ya que la economía es algo serio. Es una ciencia. No se puede pensar que se trata de una pulpería. Por lo tanto, no se puede jugar con el estómago y la estabilidad emocional de los venezolanos. Chile es uno de los ejemplos más categóricos, en la materia. Cuando Salvador Allende gana las elecciones en su país y asume su cargo, ya el imperio había abonado el terreno para debilitar a su gobierno significativamente. Hay que hacer chillar la economía y caerá, decía Kissinger. Lo demás lo hicieron los militares encabezados por Augusto Pinochet. Una tragedia que se perpetuó por 17 años, dejando una estela de muertos, torturados, exiliados y desaparecidos.
3. Cuba ha flexibilizado su economía
Otro ejemplo. Cuba ha tenido que flexibilizar algunos sectores de la economía, en la búsqueda de un mejor nivel de vida para los cubanos que han sufrido el más feroz de los embargos económicos de la historia. Otro ejemplo. China, un país que está etiquetado de comunista. ¿Cómo ha llegado la China al momento actual, cuando supera la economía de los Estados Unidos? Sería bueno que los radicales del chavismo estudiaran la economía china, para que se hagan de una visión distinta a la que tienen respecto al manejo de la economía del Presidente Maduro. Él, como Presidente de los venezolanos, tiene la obligación de preservar el desarrollo productivo de la economía, ya que sólo así se puede lograr un nivel decente de alimentación, vencer la escasez y, a la vez, robustecer la economía para los años venideros. A pesar de las predicciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), las cosas tienen que mejorar senciblemente. Hace poco la Directora-gerente de ese organismo, Christine Lagarde, señaló que Venezuela necesita ajustes profundos en su política económica, para restablecer la estabilidad macroeconómica y evitar dinámicas desordenadas. (Señora Lagarde, ocúpese de sus asuntos. Deje de opinar sobre Venezuela, un país libre y soberano. La economía de nuestro país la mejoraremos los venezolanos).
4. Reunirse con los empresarios no es claudicar
Nadie puede decir que buscar el bienestar de todos los venezolanos es claudicar. Y eso pasa por un diálogo sincero y transparente, de cara al país, con el sector productivo, en procura de la elevar la productividad. El Presidente Chávez, no vivió situaciones como la que está viviendo Nicolás Maduro, en materia económica. El Gigante, antes de morir, preveía esta situación, pues su pensamiento visionario le permitía intuir las cosas que vendrían. Y valoró la conciencia política de Nicolás Maduro y su firmeza revolucionaria para catapultarlo a la presidencia, tal y como sucedió. Él sabía que Nicolás era el hombre para enfrentar lo que se avecinaba. Y me atrevo a afirmar, so pena de que me caigan críticas de los radicales, que nuestro Comandante Supremo hubiese tomado el mismo camino del diálogo y el entendimiento con el sector productivo y con el sector político. No tengo la menor duda. ¡Volveré!
