Lo primero que debe hacerse para ser una potencia es hablarle a la juventud, enamorarla de un país por hacer, planificar por áreas y proponerles el reto. Enviar a las mejores universidades del mundo a prepararse para asumir el reto, construir con ellos y para ellos esa patria potencia de la que nos habló Chávez.
En la Venezuela actual tenemos una juventud que es el objeto primordial de las guerras sicológicas. Está siendo bombardeada de forma inclemente, quedó atrapada y postergada con la guarimba oligarca, los jóvenes clase media han sido captados por el neo fascismo, se les construyeron imágenes fashion y se identificaron con la violencia, el resto de la juventud debe recibir una propuesta objetiva y palpable, posible y real de optimismo y amor a nuestra Venezuela de inmediato.
El nuevo ministro de la juventud brilla por su ausencia. Cuando más falta hace políticas públicas hacia quienes recibirán la patria, no se escucha nada, no se sabe nada. Se siente descontento, apatía, desengaño y decepción en muchos jóvenes. El poder de las redes los ataca con laboratorios de terrible precisión y no hay respuestas ni acciones que actúen con notoriedad. Es preocupante.
Cuando el presidente de la república le habla a su país de convertirse en potencia, debe tener un discurso claro, una planificación por etapas, un presupuesto, áreas específicas de desarrollo que tienen que ir acompañadas de jóvenes que asuman ese inmenso reto. Ciudades nuevas o repotenciadas que brinden excelentes beneficios a la juventud que asuma la creación de las industrias pesadas y medianas que requeriremos para ser esa potencia de la que hablamos. Fábricas para ser independientes en la alimentación, la vivienda, la medicina, el deporte, la industria automotriz, la ciencia y la tecnología y la nueva cultura de la patria grande. Todo en un proyecto de vida que les garantice vivienda, excelentes salarios, salud y vida plena a las jóvenes parejas que construyan sus familias protegidas como primera potencia de la potencia que pretendemos construir.
Mandemos a nuestra juventud a China, a los países de Mercosur, a Rusia. Donde sea posible su formación para poder manejar la economía socialista.
Invitar a la juventud a asumir este reto es un paso gigante y necesario. O se enamoran de la patria que hemos soñado o terminarán en las filas del odio que hace su trabajo implacable sin perder un segundo. Están atacando a la juventud para derrotar la patria.
¿Dónde encontramos el plan para ser un país potencia? ¿Dónde un joven se entera de las áreas prioritarias? Dónde de programas de becas para el desarrollo de planes con Mercosur? ¿Dónde planes para ciudades nuevas donde nacerá la potencia? ¿Dónde queda ese país potencia? ¿Cuál es el futuro que le ofrecemos a la juventud dentro de esa Venezuela Potencia?
Quiero hacer un llamado al ministerio de la juventud.
¿Será que existe? Debe revisarse al menos sus políticas de comunicación porque la verdad es que por ningún medio se le ve la cara.
La juventud es la única garantía de revolución y su compromiso con la transformación a la Venezuela Potencia la vía necesaria para derrotar los cantos de sirena imperiales que enfilan sus ataques sobre nuestros hijos e hijas.
Con Chávez nunca se descuidó atender a la juventud, unirla, hacerle conciertos, encuentros, presencia fundamental en la política. Canciones, cultura, programas de formación tan grandes y hermosos como esa Venezuela que debe nacer para que no se pierda el sueño de Bolívar y de Chávez.
Ojalá y sea yo el que estoy equivocado.