Cosas que no entiendo (O mucho tiempo sin escribir)

Existe una anécdota sobre un profesor universitario zuliano, conocido por no ser muy afable al trato con sus alumnos, en donde una de sus discípula levantó la mano y le preguntó de manera ingenua que no entendía sobre lo que estaba explicando en su clase y el susodicho docente se volteó y dirigiéndose hacia la confundida alumna, con aire de docto le dijo: Ni entendereis.  Así, estoy yo en estos momentos. Hay cosas que no entiendo y no voy hablar o escribir sobre ciencia o tecnicismos que ameriten investigaciones. Son situaciones que se han convertido de insolente y maliciosa manera, parte de nuestro devenir cotidiano.

No se si con candidez se creyó que por ser 2014 un año no electoral, la canalla opositora se iba a tomar un tilo y a tranquilizarse y que la cordura política crearía un oasis de paz social. Pero no, era solo un espejismo, era la misma celada  que ha montado la derecha malviviente venezolana en contra del pueblo venezolano que escogió como derrotero, el camino trazado de justicia social reivindicativa señalado por el liderazgo del Camarada Hugo Chávez y que el compañero presidente Nicolás Maduro asumió como responsabilidad revolucionaria, acrecentar y mantener. Lo único que les quedaba a estos manipuladores y cobardes, era incendiar la calle enmascarada en la manida protesta justa que ha desencadenado en una vorágine de muerte y destrucción.

El estamento corporativo transnacional norteamericano que gobierna Estados Unidos y que tiene como fantoche al descolorido moreno farandulero de Obama, que reivindicó al gobierno del beodo y orate vaquero de Bush, tiene sus asquerosas narices metidas en esta nueva escalada desestabilizadora con los mismos argumentos, los mismos métodos y los mismos serviles lacayos. La derecha venezolana, no podía darse el lujo de que este año no comicial,  las calles y la psiquis del pueblo estuvieran tranquilas. No, ellos debían someternos a la nefasta perturbación, sobre todo cuando el gobierno bolivariano y voceros calificados (por ellos mismos) de la oposición se reunieron con el fin de concertar una agenda venezolana, a pesar de las innegables diferencias existentes. Y su carne de cañón son los universitarios, que le dieron réditos en las guarimbas anteriores.  Universitas estos, que con la manida frase de que son el futuro pensante del país, se le debe justificar los desmanes para que ellos decidan el futuro del resto de la Venezuela que quiere tranquilidad, siguiendo el guión montado por la derecha internacional. Y lo más lamentable, es que el talante natural revolucionario independiente y contestatario de esa juventud enmascarada se ponga al servicio del adversario natural: los Estados Unidos.

¿Por qué protestan de manera tan demencial la sifrinería venezolana? Por algo tan simple que ellos se niegan a aceptar: esto es una lucha de clases, donde la clase privilegiada busca el poder para gobernar y desmontar el estado popular logrado y su vía expedita no es la constitucional, sino provocando a las clases populares para que salgan a contrarrestarlos. En pocas palabras, buscan la lucha literal cuerpo a cuerpo, montando la olla para la intervención extranjera, como lo ha dicho abiertamente la aspiradora nasal de la María Cochita Alonso. Estas protestas con libreto gringo, dirigido en Venezuela por la casta reaccionaria de la elite económica, política, clerical, universitaria y social venezolana tiene varias connotaciones y una de ellas es el temor de segmento acomodado de perder aquellos espacios que ellos gozaban privilegiadamente: acceso a la educación universitaria, a la medicina especializada, a la tecnología en todos sus aspectos hasta a nuestros sitios de recreación y esparcimiento como las costas y sus insulares áreas. Es decir, ellos nunca aceptaran que personas como ellos, tan inteligentes, preparadas, hermosotes y de buena posición (la posición del mitómano)  puedan estar junto a esta plebe a menos que estos últimos (el pueblo llano) sigan siendo la servidumbre, los obreros, jardineros, lava carros, mandadero o cualquier evocación de marginalidad que esta aristocracia insuflada, vieran como natural.  El universitario guarimbero y los cobardones que los aúpan vía redes sociales diciéndoles que son unos héroes, se están convirtiendo en algo natural y esa vaina no es buena.  

Ahora, con mi poca ingenuidad me pregunto:

¿Por que nuestra revolución no reforzó, desarrolló y fortaleció nuestros cuadros universitarios de izquierda, progresista y de talante chavista, permitiendo contra natura que ahora se haya revertido la situación y sea la derecha armada, fascista, pro-gringa la que cubra estos juveniles y formadores recintos? Y no solo las universidades llamadas autónomas, sino las experimentales y hasta la Bolivariana y los programas de la Misión Sucre han sido inoculados. Aquella pléyade de dirigentes estudiantiles de inicio y mediados de nuestra revolución y que hoy ostentan cargos públicos y que se les criticó por sus privilegios y su recurrencia mediática, no dejaron tras de si (como era su obligación) la descendencia de liderazgo y acompañamiento que nos permitiera hoy día, no sentir el agobio de la derecha malandrina  en las universidades, sino también en las calles.

Hay que recuperar esos espacios, no es posible que el lenguaje procaz, intimidante y que ha subvertido el orden cívico, tenga eco en el pensar de la masa estudiantil. Si bien es cierto que hubo paciencia en combatir estos trasgresores de la paz ciudadana, tampoco es menos cierto que no solo con la acción del estamento de orden público podemos cambiar esta situación. Nuestra revolución debe retomar y formar una nueva camada de líderes estudiantiles que no se sientan huérfanos y que tengan el apoyo de todo el conglomerado revolucionario y no solo dándoles palmaditas en la espalda para insuflarles ánimo o un espacio en los medios, para después dejarlos solos en la tierra de nadie de los campus universitarios a expensa de la jauría armada de la derecha. Sin desmeritar la actual gestión del Ministerio con sus bemoles, el trabajo realizado por el profesor Héctor Navarro fue encomiable y se debería, con esa experiencia de este gran ideólogo y practicante  revolucionario, hacer algo al respecto.

El Gobierno Bolivariano está haciendo un inmenso esfuerzo para combatir la delincuencia acaparadora, que trafican con los alimentos del pueblo. Diariamente hay decomisos de alimentos y de productos de uso familiar. Pero y ¿luego? Las colas para expenderlos a los precios reales son intensas e inmensas y nuevamente escasean en un dos por tres. ¿Dónde van a parar? A la llamada economía informal. Los comerciantes informales (otrora buhoneros) eran visto como gente que diariamente se esforzaban con la venta de productos (por lo general, la llamada mercancía seca) a precios competitivos y de esta manera podían sostener dignamente un hogar y procurar un bienestar para la generación de la familia. Y ahora, a la vista de todos, en calles, avenidas, callejones, casas,  en mercados portátiles expenden de manera inconciente y sin atisbo de restricción, los productos decomisados. Estos mercados portátiles pululan por todo el país y estos ciudadanos son tan perversos como los acaparadores y sus ganancias sobrepasan con creces la ley de precios y costos justos.

Otra duda. Algo que me extraño, en esta oleada guarimbera es que no hubo una pronunciamiento del gremio que asocia las aseguradoras del país. ¿Por qué los directivos de estas empresas no  emitieron con firmeza una declaración, debido al incremento de la siniestralidad, producto de la destrucción de bienes que hace la derecha golpista y que afectarían lógica y ostensiblemente sus arcas? Habrá que ver los números y las circunstancias, para ver si ellos se están sacrificando e invirtiendo en el lado equivocado de la democracia.

Me preocupa lo siguiente. La educación, la alimentación y la salud son las necesidades fundamentales de los habitantes de un pueblo. Es gran parte de su felicidad si son logradas o satisfechas. Como dice mi vieja Rosa mientras uno tenga salud, donde dormir y que comer, lo demás se logra con voluntad. Hay muchas cosas que la revolución le ha devuelto al pueblo y los ha dignificado, en materia de salud, alimentación, vivienda y educación. Pero es justo dar un reconocimiento a los servidores públicos del sector salud y educación, en cuanto a sus reivindicaciones. Estamos de acuerdo que los funcionarios que resguardan nuestra seguridad, los que laboran en la industria petrolera, los que están en el área tributaria y judicial tengan una remuneración justa, equilibrada y acceso a vivienda, vehículos y servicios y bienes, además de la jubilación a tiempo y disponibilidad. Pero, también es justo que nuestros docentes, nuestras enfermeras y enfermeros, nuestros médicos les sea valorada su formación, empeño, dedicación y  que el acceso a la vivienda, aun vehiculo, aun salario mas real es necesario y que su jubilaciones no sea un calvario, sino el digno momento de reconfortar la labor humana que ellos emprendieron e hicieron como fe de vida. Los educadores y los miembros del sector salud, son los asalariados  que han estado menos propensos a la inquina de la corrupción y la contrarrevolución, en contraposición a los que tienen mayores ingresos y que laboran en aquellos trabajos considerados  más sensibles.

Aunque me queda mucho más por expresar, no lo haré hoy porque escribí demasiado hasta para mi. El día sábado 24 de este mes, el mercantilista de la información Ismael Cala, recalará en la ciudad de Puerto La Cruz con su conferencia "El Poder de Escuchar" y de telonero tendrá a Eduardo Rodríguez el de la información justa y equilibrada Venevisión. Los que asistan para oír las babosadas de este arrogante Pinocho informativo, tendrán que pagar miles de bolívares para que le den un certificado de asistencia. Lo irónico del caso es el nombre de la manida conferencia, cuando es indecente fablistán trató de manera insidiosa y no tuvo el poder de escuchar ni dejar hablar a la Fiscal Luisa Ortega Díaz. Este mitificado personaje mediático anda como perro por su casa en nuestra patria, reuniéndose de manera publica con la derecha conspiradora y creando una matriz adversa internacional de nuestra patria y de nuestro gobierno y del compañero presidente Maduro. Una pancartica de bienvenida sería buena.

 FELICIDADES PARA APORREA Y TODA SU GENTE

El próximo será mas corto

Sin Chávez no hay Revolución, porque Chávez es la Revolución.

Ingeniero

cajucont@gmail.com

cajucont@yahoo.com.mx

educarevo@gmail.com



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Carlos Contreras


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