Recuerdo muy bien el caso chileno. Yo me encontraba en Santiago de vacaciones y pude ver de cerca lo que estaba pasando. El imperio maniobró a fondo para que no hubiese elecciones presidenciales, donde competiría Salvador Allende. Para eso el súper agente 07, Henry Kissinger en su rol de Secretario de Estado del gobierno que presidía Richard Nixon, fue encargado de hacer chillar la economía chilena, en vista de que las elecciones presidenciales eran un hecho. Ganó Allende. Asumió la presidencia en medio de muchos rumores y con una economía debilitada. El imperio hizo lo posible para que el Congreso anulara las elecciones, antes que juramentaran al presidente Allende. Para ello se valieron de un grupo paramilitar de ultra derecha denominada Patria Y Libertad. Este grupo asesinó al general René Schneider, con el fin de causar una conmoción nacional y lograr la desestabilización y, por ende, la anulación de las elecciones. Pero no pudieron. Salvador Allende, representaba a los partidos de izquierda, agrupados en la Unidad Popular, asumió la presidencia de Chile el 4 de septiembre de 1970.
2. El imperio financió la preparación del golpe
Richard Nixon y Henry Kissinger continuaron con el plan de deshacerse de Allende, fuera como fuera. Previo a la realización de las elecciones, habían invertido millones de dólares para impedir que Allende llegara a la Casa de la Moneda. Ahora siendo presidente, arreciaron la decisión de tumbarlo. Para eso utilizaron a la empresa estadounidense ITT y al periódico El Mercurio, a través de su dueño el señor Agustín Edward, para recibir y canalizar el chorro de dólares que estuvo destinado a financiar el golpe. Es así como el 11 de septiembre de 1973, una acción militar, sin precedente, en América Latina, entre las Fuerzas Armadas, conjuntamente con los Carabineros, dio al traste con la naciente democracia socialista en Chile. La pesadilla, en que se convirtió la dictadura de Augusto Pinochet, se prolongó por 17 años, dejando atrás una estela de torturados, asesinados y desparecidos. Así actúa el imperio cuando un gobierno no es de su agrado.
3. Ahora vienen por Venezuela
El escenario, cada día se parece más al de chile, previo al golpe de Estado. Hay muchos millones de dólares financiando las guarimbas y la violencia, entre otras cosas. En Chile fue igual. Hay guerra económica. En Chile también la hubo. Hay escasez. En Chile también fue así. Hay asesinatos selectivos (caso Otaiza). En Chile los hubo. El más notorio fue el asesinato del general René Schneirder. Aquí opera un mercado negro del dólar. El Chile, también operó. Me consta, los chupa sangre cargaban en los vehículos, en escondites bien diseñados y construido, las pacas de billetes verdes. ¿Qué están buscando en Venezuela? Lo mismo que buscaron en Chile: la desestabilización, como paso previo a la intervención. ¿Tienen el camino libre, como lo tuvieron en Chile? No. Mil veces no. Venezuela y Nicolás Maduro, cuentan con algo que no tenía Salvador Allende: una Fuerza Armada Nacional Bolivariana, casada con el legado del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías. Un partido fuerte y sólido como lo es el PSUV. Y un pueblo chavista que defenderá con su sangre y su vida el legado de Hugo Chávez. Pero hay más. Venezuela no está sola. Chávez, antes de morir, trabajó duro por la integración Latinoamericana. Una herencia de este trabajo es EL ALBA, UNASUR y la CELAC. América Latina y El Caribe de hoy, no son los de ayer. Esa es la gran diferencia.
4. ¿Qué hacer?
El gobierno y su equipo deberían saber qué hacer. Para eso gobiernan. Pero, paralelamente, hay que desenmascarar a la oposición llamada moderada. Esa gente es más falsa que un medio liso (cuando existía). Son tramposos. Falsos y mentirosos. Tienen una doble moral. Esa dirigencia de la MUD, habla paja, por un lado, y por el otro, a la calladita, está apoyando a Leopoldo López, María Mentira Machado y Antonio Ledezma. Al final, ellos también quieren salir de Maduro y acabar con el proceso revolucionario, y apoderarse del poder, para hacer y deshacer. Por estas razones el famoso diálogo fracasará. ¿Quién ha visto que un sector revolucionario llegue a acuerdos, para nada, con la derecha? Ellos quieren que Maduro ceda. Que ceda en esto y aquello, como muestra de que quiere el diálogo. Es decir, ponen condiciones, o obstáculos para que se concrete algo que no tiene sentido. Igualito como si se estuviera discutiendo una Convención Colectiva. Hay que desenmascarar a esta derecha tramposa. Y, por otro lado, hablarle claro al pueblo. Hay que informar a las UBCH de lo que está en marcha. Hay que mantener la unidad entre las fuerzas revolucionarias, y tratar de ganar adeptos para la causa. Pero sobre todo, hay que mantener bien aceitadito al binomio cívico-militar.
5. ¿Se van a acabar las guarimbas?
Nada que ver. Las guarimbas están recibiendo billetes del bueno. Así que eso no parará. La derecha radical esta clarita: ellos continuarán hasta Nicolás Maduro se vaya. Esa es su pretensión. Es su consigna. Esta vaina no ha sido improvisada. No. Han invertido mucho real en la preparación en el exterior de los mercenarios que cobran buen billete. Sus aliados son los estudiantes venezolanos. Por razones obvias, los estudiantes se han dejado engañar, manipular por gente especializada en estas lides. En Miami y Colombia se generan las directrices.
6. ¿Está quebrado el Estado?
La respuesta a esta interrogante la deben dar los que manejan el petróleo, las finanzas, y, en general, la economía. Pero hay cosas que están sucediendo que podrían adelantarnos señales en ese sentido. Pregunto: ¿Por qué el Estado no le paga a las líneas aéreas? ¿Por qué se mantiene una deuda elevada con el sector farmacéutico?
¿Por qué se les debe a empresarios panameños? ¿Por qué se fueron los rusos constructores de Ciudad Tiuna? ¿Hasta cuándo se va a comprar comida en el exterior? ¿Por qué no alcanzan los dólares para equipar los hospitales y comprar las medicinas? Hay muchas otras preguntas. Pero debo terminar diciendo que algo huele mal con eso de los dólares. ¿Se acaban? Si fuera verdad, es abono para la pretensión imperialista. Ojo. ¡Se cansa uno! ¡Volveré!