2005 comenzó con signo trágico por el derrumbamiento del Viaducto 1 sobre las miles de personas que habitaban bajo su dudoso cobijo. Sin contar los del derrumbe del cerro. Los sobrevivientes aseguran que desde ha tiempo alertaron sobre extraños ruidos. Ahora se sabe que eran crujidos de la estructura al restregarse sobre las rocas, también movedizas por efecto de las aguas servidas.
Los sobrevivientes se extrañan de que las autoridades incompetentes no los hubiesen atendido, pues son las mismas que les permitieron habitar la luz del puente.
Leopoldo Ledezma Petkoff Bocaranda Borges, Autoridad Única encargada, fue finalmente abordado por los reporteros, golpeados por los numerosos escoltas. Declaró sucintamente que los cuerpos de seguridad investigan la presencia de Al Qaeda detrás de esta catástrofe, pues él mismo estuvo una vez bajo el puente y «se veía ópticamente que estaba chévere». Una reportera le preguntó si habían hecho estudios de la estructura. El funcionario repreguntó:
—¿Tú estudiaste la estructura de tu marido antes de casarte?
En medio de una risotada se retiró a inspeccionar la abandonada Carretera Vieja, en donde varios puentes estaban ya caídos antes de este suceso. Partió en siete Hummers por donde está planeada una vía de emergencia, interrumpida por errores en los cálculos de la empresa encargada de la carretera de Chuspa. No habló de otro viaducto ni de una nueva autopista, que los periodistas tampoco pudieron constatar «ópticamente».
La Secretaría de la Presidencia no informó si el presidente Henrique Herrera Caldera Allup interrumpiría sus vacaciones en La Orchila en compañía de su homólogo George Wolfowitz Bush Cheney. Trascendió que ambos están cazando morrocoyes y pescando almejas.
Continúo en serio: ¿no convendría más bien a la oposición callar sobre la crisis terminal del Viaducto 1? Digo, no sea que la gente, salvo los gafos, se acuerde de los 40 años de imprevisión sistemática. ¿Qué hicieron en ese período? La respuesta está en la lista de las reputaciones consagradas y nulidades engreídas que firmaron la carta a Insulza, a quienes Venezuela no debe estrictamente nada, salvo a tres.
roberto.hernandez.montoya@gmail.com
