Miseria de la Economía Vulgar

La variante moderna de la Economía Vulgar[1]

 Es la llamada Microeconomía, una excelente técnica dirigida al manejo gerencial, contralor y contable de la producción y el mercadeo para las empresas privadas burguesas, al margen de las relaciones sociales de producción. La ejercen indistintamente los egresados de las Escuelas de Economía, los amaestrados en administración de empresas (burguesas), en Contaduría Pública (del Estado burgués) y los Ingenieros en general. Como su fuerte es la técnica del proceso productivo, suelen desentenderse de la Economía Política[2], de los conflictos laborales y, particularmente, conciben la Economía como una ciencia aislada y separada de los asuntos del Estado, de la Política.  


[1] Léase Economía Burguesa. Ella, luego del fracaso de la Economía Clásica, ciencia incipiente que venía prestándole servicios a la economía posfeudal,   sigue hoy ofreciendo servicios técnicos e incondicionales a la derecha en todos los países capitalistas a través de sus apologistas-muchos nobelados en esta seudociencia. Sus principios, postulados y falsas leyes "económicas", más bien tecnicismos empíricos, se hallan obsoletos desde que apareció la demoledora crítica que hizo Karl Marx a las elucubraciones de esa Economía Clásica. Digresión: Si algo de clásico tiene Karl Marx es haber criticado y demolido la EC de marras que no sabía ni podía llegarle al meollo del valor. De ella sobrevive, por su trascendencia temporal, el aspecto técnico de la producción. Como no existe producción en abstracto, y ella debe concretarse, la Economía vulgar se queda corta cuando desprecia de partida las relaciones sociales bajo las cuales se lleva a cabo cualquier proceso productivo, ayer feudal, por ejemplo, y hoy capitalista con marcados asomos de relaciones socialistas. Decimos principios y postulados obsoletos y rezagados de la EC en relación al progreso social o extratécnico experimentado por la Teoría Económica derivado de la Economía Política ante los cambios en el desarrollo de las fuerzas productivas, particularmente manifiesto en el  despertar de las masas trabajadoras pensantes, un desarrollo propio de los modernos tiempos, y también como un proceso ya manifiesto durante el apogeo de la esa EC, llamada así por el crítico Marx con su criterio ajustado al apogeo del capitalismo de entonces que ya presentaba visos de decadencia, y que, hoy por hoy, los economistas vulgares, comprometidos con la economía burguesa,  todavía no se atreven a reconocerlo ya que en ello les iría el reconocimiento mismo del aporte marxiano. Esta actitud de bajo perfil científico los convierte en profesionales miserables.  Así, pues, fue el propio Karl Marx quien definió la Economía Vulgar como la prostitución o vulgarización de la EC, incipiente ciencia que tanto había avanzado en el estudio e investigación de la fuente y distribución de la riqueza de los países, cuestión, esta, importantísima para el Estado, para la Política en general, ya que, según se mueva la economía de un país, cómo lo haga, y  especialmente bajo cuáles relaciones de producción entre empresarios y los trabajadores, así debería irse  perfeccionando y evolucionando el Estado, sus gobiernos, sus instituciones. Un modo estancado como el Capitalista ha impuesto un Estado obsoleto y desactualizado en los países que siguen aferrados a la Economía vulgar.

[2] La idea es que los máximos representantes de la Economía Clásica, Adam Smith y David Ricardo, entre los pocos estudiosos del asunto económico, tocaron bastante de cerca la fuente del valor trabajo, pero, sin llegarle a su esencia. Ninguno de ellos pudo entender la diferencia cuantitativa que observamos entre el trabajo nuevo realizado o creado en la fábrica por la mano de obra, y la paga salarial que entra expresa y cuantitativamente en los libros de la contabilidad capitalista. Los sucesores de esa EC son precisamente los economistas vulgares quienes ya no investigan, siguen aferrados al mercado como fuente de la riqueza y de la ganancia, así como, por analogía, los fisiócratas preburgueses atribuían la fuente de la ganancia sólo a la Naturaleza, a la actividad natural agrícola, pero sin reconocer el aporte del campesino Consecuentemente, para los economistas fisiocráticos las actividades artesanales y comerciales quedaban excluidas por defecto del Producto Territorial Bruto, o Producto Social Global. Desde esta tribuna hacemos un llamado a las comisiones correspondientes, a los foros que tanto se agitan por allí ,en su encomienda sobre las actuales reformas educativas en aras de optimizar la calidad de los pensa de estudio nacional, les hacemos un llamado, decimos, para que esas comisiones revisen con minuciosidad el de las Escuelas de Economía Vulgar e Ingeniería. No tiene ningún sentido progresista que el Estado siga graduando profesionales de la Economía burguesa que egresan listos para seguirles prestando servicios a la burguesía, a los empresarios capitalistas, contrarios natos de toda jornada prosocialista. Su  pensa deben ser  enriquecidos con fundamentos económicos socialistas.



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Manuel C. Martínez


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