Hemos sido suficientemente advertidos de la enfermedad del infantilismo izquierdista por parte de camaradas como el mismo presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien incluso ha llegado a señalar que es más un obstáculo a nuestros procesos progresistas un izquierdista infantil que un derechista denodado.
A raíz de las renuncias de algunos colaboradores de Aporrea, esta advertencia cae como anillo al dedo. Así tenemos,que uno de los retirados aduce que no estamos en socialismo o en camino al socialismo, y que lo que el gobierno está haciendo es pactar cada día más con la derecha, es decir, con la burguesía, con el capitalismo si se quiere.
Pues bien, esta postura demuestra una supina ignorancia de los procesos económicos necesarios que se están produciendo en nuestros países, que no están ni pueden estar desligados a la forma en como se maneja la economía a nivel mundial, es decir, a la forma capitalista.
Volviendo a citar ideas del presidente Correa, este subraya que esperar que un país cambie a un sistema socialista de librito, dogamático, es una hipótesis negada, ya que es algo utópico pensar que con la poca influencia del mismo en la geopolítica internacional pueda derrotar el sistema económico imperante; son entonces izquierdistas desubicados e infantiles, además de ignaras quienes se empeñan en creer que en un solo país pueda instalarse un socialismo de "librito", ello es imposible.
Quienes han obrado abandonando Aporrea lo han hecho realmente por desánimo, porque se han desesperanzado y se han entregado,¿de qué se retiran sino de la lucha emprendida por el comandante Chávez aunque salgan con eso de que seguirán sus luchas aparte?;eso constituye una mentira y una deslealtad imperdonable e injustificable.
La patria está siendo atacada inmisericordemente y corren de una trinchera de lucha muy importante como lo es Aporrea -más aún a sabiendas que el ámbito de batalla principal son los medios de comunicación,lo que hace peor su deslealtad- ; son cobardes, flojos de convicciones, han abdicado y esa es la verdad,nunca fueron ni son verdaderos revolucionarios, pudiéramos llamarlos pseudorevolucionarios alimentados con leche de magnesia puesto que cuando hay verdaderas y duras dificultades aflojan sus esfínteres inventando excusas que por demás nadie les ha pedido.
Imagínense si se tratara de una lucha armada, no sería extraño o que se escondieran de primeros o que trabajaran para el enemigo como quinta columnas.
Se fueron, sí, se fueron de Aporrea llenos de verguenza, y por cierto no sólo no hacen falta sino que nadie los va a extrañar,y han hecho un favor a la revolución al quitarse las caretas.
Hasta nunca,no se les ocurra volver,esta lucha es para los que tenemos verdaderos sentimientos patrios. No se justifica que el comandante Chávez nos haya pedido encarecidamente que apoyemos a Nicolás como su última voluntad y vengan unos dizque camaradas a dejarlo solo afrontando brutales ataques mediáticos, económicos, de violencia, terroristas etc, eso no tiene otro nombre sino traición.