¡Cómo frenar la usura sin romper la cadena comercial!

La propiedad comunal, y este es el caso, no puede albergar propietarios individuales, sino una cohesionada unión de copropietarios, de comuneros, sólo divididos desde el punto de vista técnico[1].

De entrada, tengamos presente que la especulación no es totalmente subjetiva, ella está objetivamente inscrita en la esencia misma del modo capitalista; este prescribe la obtención de máxima ganancia con una inversión tendenciosamente minimizada. La contrata de trabajadores a cambio de salarios inferiores en valor al valor dejado en fábrica por los trabajadores[2] de la plantilla es el exponente básico y modular de la usura hecha norma para las explotaciones fabriles, comerciales y financieras.

De esa minimización surgen las evasiones fiscales para lo cual el comerciante, el fabricante y el banquero, quienes cuentan con la irrestricta y alineada colaboración de los Contadores Públicos, profesionales, estos, cuya formación suele ser costeada 100% gratis por el Estado pendejo, siempre pendejo por ser Estado burgués o al servicio, en principio, de la Burguesía. De allí salen las más astutas fórmulas de corrupción burocrática, los engaños al consumidor con su falaz publicidad, sus "gatos"por liebre", etc., etc.

En las notas marginales de esta entrega lanzamos al mundo algunas ideas para controlar precios de mercado sin la rotura de las cadenas comerciales y fabriles que sean objetos de esos adueñamientos. En la conservación regulada de esas de cadenas mercantiles nos va la estabilidad del nuevo sistema, por ahora, en proceso de formación.


[1] Curiosa y paradójicamente, así opera la sociedad global: La división del trabajo, no sólo dentro de las fábricas, sino dentro de la sociedad, sin excluir por supuesto, que halla multiespecialistas capaces de reemplazar a sus colegas tan pronto se les requiera su participación específica y hasta puntual.

[2] Por numerosas que sean las mejoras cualitativas y cuantitativas que vaya obteniendo el trabajador en sus luchas y desavenencias obreropatronales, siempre quedará un margen de explotación-una plusvalía- que es la fuente primaria de la ganancia de mercado. Ni no fuera así, no habría negocio, y por eso la única forma de eliminar la plusvalía es con adueñamiento económico total de los medios de producción por parte de todos los trabajadores. Observación: no se trata de quitar patronos para poner trabajadores al frente como dueños de la fábrica apropiada por esa plantilla. Se trata de un empoderamiento en favor de todos los trabajadores. Este proceso podría llevarse a cabo gradual y sostenidamente: Una empresa primero, luego otra y después otra Las cartelizaciones capitalistas han buscado obtener una máxima ganancia macroeconómica con la asociación o colusión privada de varios capitales aislado, sólo que mediante ellas sólo han convalidado y reforzado la explotación de los trabajadores de sus carteles y la de los no asociados al cartel, todo con cargo a trabajadores productores de mercancías y a ellos mismos como compradores de los bienes por ellos mismos elaborados.



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Manuel C. Martínez


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