Está en el tapete, en este país que pareciera un torbellino permanente en el campo político, pues a un hecho o suceso le sucede otro con una velocidad inusitada, lo que sirve para recordarnos que estamos en revolución y por lo tanto en una forma de gobierno con una característica que las democracias tradicionales no tienen, lo que hacen a este proceso para no parecerse a ellas, crear, inventar e incluso errar per siempre en la búsqueda de cumplir el objetivo de lograr la mayor suma de felicidad posible para el pueblo.
Chávez, el eterno de este siglo, no acostumbró a ello, producto de su genio, tenemos hoy las misiones que la derecha en su momento trató de banalizar y hasta ridiculizar, pero que se han convertido aun con las fallas normales en un muro de contención de las pretensiones por lograr el poder por las vías constitucionales razón por la cual, en los últimos meses hemos vivido acciones violentas que nadie duda son terroristas conjuntamente con planes conspirativos que incluyen el magnicidio.
Maduro, no se ha quedado atrás y está demostrando que asimiló muy bien las enseñanzas de su maestro que se esmeró en formarlo, razón por la cual en apenas un poco más de un año, nos está demostrando que tiene la capacidad y la garra para frustrar todos los ataques como lo hizo el gigante, pero además sobre la marcha crear y tomar decisiones para que el objetivo prioritario no se vea reducido y las gotas de petróleo sigan llegando a la gente cada vez de manera más eficaz.-
Una de las decisiones mas recientes del Presidente ha sido tomar la idea revolucionaria y por qué no decirlo de otros sectores políticos que la han presentado, pero con un tinte capitalista que no repara en querer implementar la explotación a través del llamado “primer empleo”, que entiendo en los planes de la revolución no se puede circunscribir solamente al sector juvenil, pues es un hecho innegable que con la creación de nuevas universidades, en especial la Universidad Bolivariana, son muchos los que, por la razones que todos sabemos que tienen que ver con la exclusión a que la cuarta república sometió al pueblo, no lograron acceder a la educación superior y por ello apenas la Revolución les abrió una nueva puerta y una nueva posibilidad, se puede decir que en masa acudieron a buscar su formación en la esperanza de tener la posibilidad de accesar al campo de trabajo con mayor felicidad y propiedad, lamentablemente la realidad ha sido otra, porque el Estado no está en capacidad de absorber lo que ya es una gran cantidad de egresados y la empresa privada desecha de tal manera a los egresados de las universidades bolivarianas que les ha dado en llamarlos despectivamente “tapa amarilla”.
Recordemos que por iniciativa de nuestro eterno presidente, se creó la llamada Misión “Saber y Trabajo” cuyo objetivo es o era, darle la oportunidad, entre otros, a profesionales sin empleo a registrarse con el fin de, en lo posible, ser incluidos en el campo laboral, ello está por cumplirse y es una deuda que la Revolución tiene con este sector que hizo, en muchos casos, sacrificios apreciables para graduarse y lo único que consiguió fue un cartón para colgarlo en un sitio de preferencia en su casa o para sacarle muchas copias fondo negro y meterlo junto a un resumen curricular en unas carpetas para repartir a diestra y siniestra, pa nunca ser llamado o para que fueran a parar al sesto de la basura.
Es por ello que esta Ley del primer empleo, no puede salir a la luz pública sin que tome en cuenta esta realidad que no es exclusiva del sector juvenil, sino también, en numerosos casos, de personas que fueron excluidas de un cupo universitario y cuando la Revolución les dio la oportunidad de incluirse lo hicieron en masa y ya profesionales se encontraron con qué de nada les había servido el sacrificio,
Son numerosísimos los profesionales, por ejemplo de la Bolivariana quienes hoy en día padecen esa frustración, sé de muchísimos casos, los cuales se incrementan con cada nueva camada de egresados que por otro lado lo hacen en profesiones que han saturado el mercado como por ejemplo la de derecho, en la Bolivariana Estudios Jurídicos, carrera que debería ser congelada en todo el país pues encima que en el campo de trabajo las oportunidades no existen, en el ejercicio profesional es casi que imposible a nos ser que se conviertan en carga maletín de los abogados que ya copan, unos aun como mafias, todos los ámbitos.
Entonces ello es otra deuda que la revolución debe cancelar estableciendo oportunidades de profesionalización, en carreras que sirvan para cubrir las necesidades del país y no continuar produciendo profesionales cuyo único destino es aumentar los índices de desempleo.-
Se está intentando hacerlo, hay que reconocerlo, pero ello deb venir acompañado con el freno a la producción indiscriminada en profesiones que ya han sobresaturado el mercado y reducido las posibilidades de que los egresado los egresados su primer empleo.-
Bienvenida pues la Ley anunciada y ojalá en ella se cubran los aspectos que aquí recojo y que han sido planteamientos permanentes de la gente.-