Señor Presidente, usted tiene la palabra

Usted, señor Presidente no sólo tiene la palabra, sino  también tiene el poder. No completo.  Un tolete lo tiene Diosdado Cabello (negar esto es vivir en la luna). Aunque a usted lo nombren Presidente del PSUV, en el III congreso del partido, no es menos cierto que el que mueve el aparato del partido es el Presidente de la Asamblea Nacional. Otro pedazo del poder lo tiene el general Vladimir Padrino López. (Aclaro que no estoy sembrando cizaña alguna. Ni estoy al servicio de nadie. Estoy al servicio de la verdad).

Recuerden: soy revolucionario hasta los tuétanos. Y chavista. Que nadie se equivoque. Estoy reseñando lo que ven mis ojos. Nada más. Vuelvo con el Presidente Maduro: sin embargo, toda la responsabilidad de lo que pasa o deje de pasar en este país, cae sobre sus espaldas. Eso está claro como la luna llena.  Por eso la expectativa que ha se ha creado en la mente de los venezolanos, en torno al anunciado “sacudón”.

2. Un “sacudón” ¿para qué?

 Un sacudón tiene varios sentidos. Pero el que más interesa es el que se refiere (en política) a cambios fundamentales en el gobierno, y esencialmente, en los ministros. Un sacudón no es un enroque. Un Sacudón no es para que nada cambie. Todo lo contrario. En este sentido, los venezolanos esperan con esperanza, mucha esperanza, lo anunciado por el Presidente Maduro, y reiterado en varias ocasiones. Esperamos, señor Presidente, que se deshaga de varios ministros, viejos en sus puestos. Rotados de un  lado a otro. Ya dieron lo que tenía que dar. Y se llevaron lo que tenían que llevarse. En el buen sentido, se llevaron la gloria de estar al lado del Comandante Supremo.

3. Urge armar un buen equipo de gobierno

Presidente Maduro, estamos en una crisis económica. Eso no es una consigna de la derecha. Ese un llantén del pueblo, que desemboca en una tremenda arrechera. ¿Qué hacer entonces? Usted dice que se critique, pero que se de soluciones. Allá voy: arme un equipo. Que lo integren hombres y mujeres no sólo del PSUV, sino del Polo Patriótico, también. Hombres y mujeres revolucionarios y revolucionarias de verdad, verdad. Los hay Presidente. Tráigalos a su lado. Escójalos. Tómese su tiempo. Pero que no sea mucho.

Estos colaboradores deben ser, ante todo revolucionarios a toda prueba. Aún siendo revolucionarios, se corre un riesgo, ya que el poder corrompe. Pero estos ministros que usted tiene, hoy día, llevan demasiado tiempo en sus cargos. Creando burocracia. Siendo ineficientes. Y algunos, metiendo la mano. Arme un trabuco, y enfílese a solucionar los problemas económicos. Recuerde lo que he dicho en otras ocasiones: ¡la mala economía, sí tumba gobierno!

4. Usted lo puede todo, o casi todo

Usted puede apagar las candelitas que se han desatado desde el caso Giordani para acá. Ponga su liderazgo y ahogue a esas candelitas, antes de que se conviertan en llamas. Usted puede crear la confianza suficiente para enamorar a los inversionistas nacionales y extranjeros. Hágalo. Imagínese actuando al Comandante Supremo ante esta adversidad. Actúe. Usted puede armar un equipo trabuco, que lo ayude a echar para adelante. Que lo ayude a superar la crisis económica. Que lo ayude a bajar esta maldita inflación. Usted puede hacer cambiar la percepción que se tiene del funcionario público. Una percepción acorde con la realidad. Los empleados públicos (hay sus excepciones) se creen dueño, cuarto bate y madrina del equipo. Hacen lo que les da la gana con quienes tienen la necesidad de ir a un ministerio. O a una empresa pública. Son déspotas y engreídos. Hay que bajarles el copete. (Ojo, también los hay en las empresas privadas. Es un mal generalizado).

 Usted puede reducir esa enorme cantidad de ministerios. Para quitarle peso al aparato burocrático del Estado. Son muchos ministros. Unos trabajan por los otros.  Usted puede dar un viraje, sin que se afecte el legado del Gigante Hugo Chávez. Por ejemplo: De dos pasos hacia delante. Uno hacia atrás. Y así, avanzar y avanzar.

Y para terminar: usted cuenta con el apoyo irrestricto del pueblo chavista. Por lo tanto, haga lo que tenga que hacer para corresponderle como debe ser. Presidente, usted tiene la palabra. Yo sólo tengo mis dedos para teclear mis ideas y pensamientos. Y créame que lo comprendo. No es fácil. Pero el Comandante Supremo lo eligió como su sucesor: por algo sería. ¡Volveré!

Puerto Ordaz, 14 de julio de 2014



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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