En víspera de una nueva elección dentro de las filas del PSUV, el partido se muestra un tanto movido producto de las consideraciones que han hecho (y con expectativa de que sigan otras manifestaciones) algunos connotados miembros tanto del estamento político cupular, como del gobierno. Giordanni, Navarro, Isturíz, Bernal, Osorio y algunos mandos o líderes regionales que manifestaron su parecer y que no gustó mucho a la directiva nacional y al ejecutivo, que sintieron que estas críticas no eran justas o extemporáneas. El conglomerado psuvista nacional, el dirigente de base, el patrullero, la gente llana, el colectivo vio expectante estos dimes y diretes de sus líderes creando espontáneamente reuniones o asambleas políticas en cada barrio, en cada esquina, en cada bodega, en cada plaza, cuestionando o apoyando cada parte en diatriba. El pueblo opinó en su espacio vivencial y eso a mi parecer se reflejará en la convocatoria nacional de este evento electoral interno: habrá una abstención importante. El soberano siente, que a pesar de que no hay disidencia, en el PSUV están juntos pero no muy revueltos.
Creo, que el congreso nacional psuvista debe ser el sitio donde las corrientes (que en muchos casos son estáticas, convirtiéndose en parcelas) deben converger y no solo entre ellas, sino con el llamado respetuoso de otros factores del Gran Polo Patriótico, no como invitados de palo, sino como actores de gran valía como quedó demostrado en las elecciones de 14 de abril del 2013, donde cada voto aportado fue importante para la victoria, dado el margen que se obtuvo, para tener la continuidad revolucionaria con el camarada Nicolás Maduro.
Es por eso camaradas, sin ser agorero, todo esto que ha pasado y está pasando (incluyendo el desmadre de la derecha) debe ser analizado más que con un vaho optimismo que a veces confunde, con una permanente reflexión que genere debate ideológico y praxis permanente y tangible sobre la situación actual y venidera en nuestra patria. Pero no un debate del pueblo provinciano que se extinga en Caracas. Debe haber un debate nacional donde no nos desgastemos echándole la culpa al contrario, sino que miremos a lo interno que se está haciendo mal. Porque, los espacios emocionales, geográficos, sociales, culturales, productivos y políticos ganados con voluntad, creados y reivindicados por las ideas revolucionarias de Chávez, no los ha reconquistado de nuevo la derecha, se han perdido algunos por nuestros yerros en la revolución.
Es por eso compañeras, compañeros, que debemos hacerle sentir al pueblo (del que somos todos) que nuestro socialismo no solo es el sacrificio de muchos o una permanente y utópica búsqueda de la felicidad. Debe ser una felicidad ya instalada, permanente no intermitente y que la defensa de ella sea nuestro esfuerzo a dar.
Sin Chávez no hay Revolución, porque Chávez es la Revolución. Y Chávez somos todos y todos somos de esta Revolución Chavista.