Como se trata de una revolución clasista, actualmente tiene como contrario antagónico la derecha burguesa. Esta oposición no puede escapar a sus características individualizadoras, al egoísmo empresarial propio de la burguesía en la cual “primero,yo, y luego los demás” es una norma intrínseca de todo pensamiento anticomunista. De allí su imposibilidad de unión de fuerzas políticas ya que ellas son desunidas por naturaleza propia. Las cámaras de comercio, de industriales, sólo aparecen unidas en sus directivas, pero sus miembros suelen ir cada uno por su lado. El capitalista no tienen amigos ni patria alguna. Pueden compartir creencias religiosas, pero hasta allí.
El movimiento de izquierda, a pesar de operar en favor de la solidaridad de los proletarios nacionales, regionales, locales y mundiales, no escapa al divisionismo político, habida cuenta de que su misma proliferación de mentes claras, despejadas, muy talentosas y preparadas científicamente, ofrece muchos líderes políticos capaces de arrogarse el liderazgo en la conducción de las luchas sociales y políticas correspondientes.
Por esa razón, se trata de una crítica que bien podría ser constructiva protagonizada por la propia militancia del partido de gobierno, del Socialismo del SXXI, sin menoscabo alguno de la continuidad revolucionaria.
Precisamente, hoy tenemos un vestigio vivo de aquella izquierda que jamás conoció la unión revolucionaria venezolana, que jamás logró convencer al pueblo oprimido, a campesinos, obreros fabriles, profesionales, mujeres, hombres, pescadores, artesanos etc. Esta mancomunión revolucionaria la pudo lograr Hugo Chávez, a quien esta variante de izquierda, hoy criticona y retrógrada, sigue sin reconocerlo ni respetarlo como líder supremo.
A estas alturas, todavía subsisten lectores de El Capital que no tienen muy claro el mensaje de la Economía Política marxiana. Entre ellos, hay quienes han pretendido revisar a Marx, hay quienes sin haber triunfado el socialismo mundial ya entrevén que pasaría después de El Capital, y hay quienes consideran que esta obra se halla desfasada y debe marginarse, debe reformarse según las versiones particulares de esas variantes izquierdistas.
Súmese que proletario que le ponga amor al dinero burgués se convierte en enemigo de su propia clase originaria, se aburguesa y salta la talanquera en un ilusorio intento por negar su origen proletario, por servir de modelo a la oferta burguesa, según la cual, dentro de la burguesía se podría salir del hueco de la pobreza. Eso explica tanto escuálido proletario.
Sin embargo, el movimiento bolivariano y chavista hoy goza de respeto, admiración y seguimiento a nivel mundial. El proyecto emprendido por Hugo Chávez ha venido, precisamente, logrando unir a los proletarios más humildes y menos aburguesados, menos intelectualizados, menos académicos, tal vez por su pobreza, incluso extrema.
Esta izquierda criticona bien podría formar tolda aparte y declararse opositora al Psuv; de esta manera el gobierno tendría una oposición verdadera en lugar de la derecha burguesa que sólo es un contrario antagónico intraficable e indialogable.
10/08/2014