Estuve en Margarita este fin de semana pasado en un recuentro de muchachas y muchachos que hoy tenemos entre 50 y 65 años, que ayer compartimos una infancia, adolescencia y otros alcanzaron a permanecer en nuestro pueblo hasta alcanzar ser bachilleres y bachilleras.
Los Margariteños y las Margariteñas somos una cosa especial en eso del manejo del humor y de tener una gracia para dar respuesta a una cosa o acontecimiento. En la isla y particularmente en mi pueblo, me encontré con una explicación muy simpática sobre III Congreso del PSUV que deseo compartir con los lectores y lectoras; aunque ya parece que el tema del III congreso va expirando. Allá le oí a un camarada decir: El Congreso fue prácticamente una “mamaíta de gallo”. Como me pareció muy particular esta explicación y la persona que la manifestó no agregó muchos comentarios, me propuse, a medida que el tiempo me lo permita ir reuniendo artículos y comentarios que me facilitaran explicarme esta simpática opinión.
Pude leerme una importante cantidad de artículos publicados en Aporrea y otros medios y en la medida que iba leyendo, iba dejando algunos para una segunda consideración. En la medida que leía los artículos, me vi obligada a leerme cuidadosamente declaración oficial final del III Congreso, que no había leído. Me propuse leer las conclusiones, porque entre los artículos que leí, hubo uno que me llamó mucho la atención y no creía que todo lo que se comentaba en este artículo, se correspondía con la realidad.
Bueno resulta que por lo que sabido al congreso asistieron entre delegados, natos, natas y no natos y no natas, más de 900 personas y cálculo que todo el congreso duró uno cinco días. Pienso que nadie sacó de su bolsillo para pagarse su estadía y todo ese costo pudo haber salido del bolsillo de algunas personas o de las contribuciones que hace la militancia. Tanta gente reunida en tantos días y con un costo alto, uno esperaba realmente que este III Congreso fuera un encuentro muy particular y definitorio en algunas cosas fundamentales del proyecto. No debía ser parte de una rutina para repetir cosas.
Releí varios artículos, leía las conclusiones y logré entender perfectamente la explicación que le oí a un camarada en Margarita, que calificó al III Congreso como una “mamaíta de gallo”. Es realmente sorprende, realizar un Congreso en estos momentos para las cosas que se asomaron como conclusión. Era razonable lo que había leído en varios artículos y particularmente en uno, en el cual se decía que el III Congreso se había comportado como un departamento de publicación. Más de 900 personas reunidas como vanguardia de una organización política que confronta una difícil situación y todos ellos y ellas, se pusieron de acuerdo para colocar como agenda y conclusiones de este III Congreso la publicación, distribución de muchos documentos.
Es por lo menos una falta de respeto a la militancia, que tanta gente se haya reunido en un congreso y en el marco de una coyuntura muy especial para recomendarnos lecturas y ordenar publicar tal o cual información. No creo que este congreso por la calidad de la conclusiones, que todos podemos y debemos leer, haya trascendido el debate que por momentos escucho en la UBECH donde más o menos participó, porque la UBECH donde más o menos participo, se reúne más o menos en unos 15 días no y el los otros 15 día tampoco. Temas de importancia existía para acordar una agenda histórica para este III Congreso, pero por sus conclusiones, lamentablemente el tiempo destinado para este III Congreso del PSUV, pueden verse como un momento de relajamiento y que aprovecharon para mamarnos el gallo.
Finalmente por lo leído, creo acertada esta calificación de un III Congreso como una “mamaíta de gallo”. Esa mamaíta de gallo por supuesto es la militancia que esperaba otras cosas y otras conclusiones.
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@La_DagaRoja