Andrés Eloy Méndez, brillante parlamentario, contundente en su discurso, enérgico y seguro en sus planteamientos, es el tercer chavista que coloca el Presidente al frente del organismo que nació con la nueva Ley de Costos y Precios Justos, dicen que a la tercera va la vencida, Dios quiera, porque no se ha sabido cuáles fueron las razones reales para que los anteriores, una brillante joven profesional, casi que nacida en Revolución y un brillante y también joven profesional que en cargos anteriores había demostrado capacidad gerencial y eficiencia para dominar la antigua ONIDEX, monstruo emblemático como ejemplo de corrupción y dejarlo casi que saneado, e igualmente en otro no menos que el anterior como el INTT, pero que al frente del último casi que no se sintió su labor, sobre todo aquí en el Táchira, territorio donde confluyen factores que pareciera se hacen cada día más fuertes y que se han hecho famosos nacional e internacionalmente como la base opositora que con sus ejecutorías de violencia han proyectado este Estado como irreductible, con consecuencias para la mayoría de los habitantes que estamos sometidos a toda clase de acciones delictuales, generadas por la guerra económica que con sus manifestaciones en el desabastecimiento, el acaparamiento, el contrabando, mantienen al Táchira como un territorio proscrito, sin ley en donde nos vemos obligados a ser humillados para obtener lo necesario para la vida.
Las colas han caído como una maldición y lo doloroso es que las mismas se presentan con mayor énfasis en organismos de distribución de alimentos del gobierno, tales como MERCAL, PDVAL, BICENTENARIO, donde inexplicablemente la atención es insoportable y se ha llegado al extremo de permitir las compras en días específicos, por terminal de la cédula de identidad, lo cual supuestamente debería reducir las malditas colas y sin embargo éstas son kilométricas, llueva, truene o relampaguee y lo que es peor no se atiende al público después del las 4 Y 30 de la tarde.
De ello, que aquí es el pan nuestro de cada día y en el resto del país también lo es, pero sin la intensidad de la que aquí padecemos, se ha dado cuenta el nuevo flamante superintendente y ha declarado la guerra a las colas, vamos a ver, vamos darle el beneficio de la duda y que por fin un funcionario con atribuciones legales para derrotar la guerra económica, se embraguete y lo haga por la calle del medio, especialmente aquí en el Táchira donde cada vez que vemos por la televisión que en inspecciones a comercios, una de las medidas que se toman es la de obligar a la venta de todos los artículos al PRECIO JUSTO, nos preguntamos por qué aquí no sucede igual y esos precios estipulados no se transpolan a artículos similares y comercios que los vendan en todo el país, porque esperar a que llegue a todos los comercios nos llevaría este siglo y el que viene y entonces nosotros seguiremos discriminados y el Táchira seguirá siendo tierra fértil para la conspiración, para las acciones violentas, destino de sicarios y paramilitares y fuente de inspiración de una derecha que sabe que jamás podrá ponerle la mano al poder por vías constitucionales.
Así que la designación del Diputado Méndez en el cargo más emblemático que ahora mismo tiene el gobierno revolucionario, es como un bálsamo de esperanza para los sufridos tachirenses que en esta guerra económica, de guarimbas, violencia y muerte hemos llevado la peor parte.-
