“Tenemos que poseer actualizado el listado con los costos de todos los productos para poder fiscalizar” (Andrés Eloy Méndez dixit)
Es una de las más recientes declaraciones del nuevo Superintendente de Costos y Precios Justos, que asume el reto de enfrentar a mafias muy poderosas, perfectamente articuladas con la derecha venezolana de quien nadie, a estas alturas, duda tiene la mano metida, en cumplimiento de las ordenes que recibe del Norte, del siniestro asesor del vecino país y para justificar el bojote de dólares que recibe, unos para metérselos al bolsillo y otros para financiar la violencia que hemos vivido, afortunadamente en un pequeño sector del territorio y con mayor intensidad aquí en el Táchira y en el Zulia, precisamente estados fronterizos, trampolín del contrabando y asiento de mafias de toda calaña que le sirvieron y siguen dispuestas a servirle a la intenciones opositoras de ponerle la mano al poder.
La reacción ante medidas restrictivas contra el contrabando, fue brutal y más al tener tierra fértil en los sectores comerciales regionales que encima de que se prestan para el boicot, el acaparamiento, el desabastecimiento, llenar sus bolsillos con las enormes ganancias que les reportan las ventas de los rubros con que operan en el vecino país, sirven a los planes desestabilizadores de una oposición que no tiene más de que agarrarse, que no sea la búsqueda por cualquier medio de crear una imagen de ineficiencia e ingobernabilidad del gobierno.
Ahora, desde hace unos días los venezolanos somos testigos de acciones conjuntas que pareciera que por fin nos hacen abrigar la esperanza de que sí es posible derrotar con voluntad política, con inteligencia, con participación del pueblo y con medidas que tienen que ser PERMANENTES (lo escribo en mayúscula para darle la connotación que ello tiene), porque ahora lucen como si fuesen sólo por treinta días, que de ser así, no va a representar para las mafias más que unas vacaciones, que les servirán para buscar la manera de torear los embistes de la fuerza del estado y del poder popular.
Todo lo que se haga entonces mediante procedimientos físicos de control máximo, a vehículos y personas, destrucción de trochas, aplicación de sanciones ejemplarizantes y exposición ante la opinión publica de los desalmados que durante años han desangrado la economía de la patria, es válido y necesario, pero también deben tomarse medidas obstructivas de tipo inteligente como la anunciada por el nuevo Superintendente, y con la cual inicio este artículo.
Lo dicho y que modestia aparte he planteado en varios de mis escritos, entiendo que es referente a la necesidad de elaborar listados con los cuales dotar a los consumidores de modo que cuando lleguen por ejemplo a una ferretería tengan en su poder como medio de consulta un documento publicado por la autoridad respectiva que le permita saber cuánto le va a costar cada artículo que vaya a adquirir, dicho documento debe ser alimentado por los resultados de la investigación de costos y precio final de todo lo que se expende en el mercado venezolano en todos los niveles de comercio, grandes medianos y pequeños y que cada consumidor sepa cuánto le van a cobrar.
En uno de mis artículos di un ejemplo de una farmacia que aquí en el Táchira tiene sobre una mesa a la entrada del establecimiento. Sendas carpetas en las cuales por orden alfabético aparecen los productos y el precio en que va a ser vendido, eso mismo pudieran hacer todos los comercios, llámense ferreterías, panaderías, papelerías, zapaterías, tiendas de ropa etc., es decir la totalidad; dichos listados deberían estar aprobados por la SUNDECOP en cada página para evitar alteraciones sin previa autorización y elaboradas, por cada comercio en base a los cálculos precisos a que haya llegado dicho organismo, ello es algo que debe hacerse a la mayor brevedad por esta vía o por la vía de la elaboración de los listados por parte del gobierno,
Es lo que se entiende de la declaración de Bandrés Eloy León. De otra manera sería una declaración más que quedaría, o para el imaginario de interpretes, o para salir del paso ante una pregunta de algún medio y no es ello lo que inspira el brillante, aun joven, ex parlamentario y ahora al frente de quizá el organismo más emblemático y que ahora mismo está en la mira de todos los venezolanos con uso de razón.
Ojalá y lo que yo interpreto sea lo que quiso decir el Súper, y agrego que dicha medida ha de venir acompañada de otra que garantice la facilidad expedita para la denuncia, lo cual en este momento está muy disminuida debido a que es una minoría de venezolanos quienes cuando se enfrentan a una irregularidad tienen la posibilidad de recurrir a un teléfono de CANTV, o bien porque están lejos de su casa u oficina donde posiblemente lo tengan, o bien porque con el uso de los celulares esos aparatos fijos han pasado a un segundo plano, y sería muy conveniente que las denuncias se hagan en caliente para que como a lo previsto en los cuadrantes, una autoridad acuda al sitio a la brevedad.
Con los 0800, ello queda descartado, simplemente porque desde un celular NO SE PUEDE llamar, lo cual sería muy fácil si los números para las denuncias fuesen de tres cifras como el 171 o el 911, claro, no esos mismos sino otros.
Creo que la tecnología de CANTV lo permita y entonces la denuncia a tiempo y su efectividad darían resultados inmejorables.
Las mafias no dan cuartel y el enorme deber que tiene la Revolución de proteger al pueblo, no puede ser derrotado, porque si así fuese, todo lo que se hace a través de las misiones, de los planes y programas contra la pobreza en vigencia, sacudones y los que puedan venir, se diluirían como el agua entre los dedos, si no derrotamos lo que ahora estamos viviendo con una inflación que sabemos inducida pero que opera en la mente de los venezolanos como un virus que borra lo positivo e inocula los males que perciben cada día, cuando se comprueba que el dinero no alcanza para subsistir decentemente y menos pensar en hacer unos ahorritos.
Estamos en guerra y se hacen necesarias medidas heroicas desde todos los frentes y sin dejar detalles al azar.-