Los medios de estos últimos días destacan declaraciones totalmente contradictorias de dos personajes, una aventurera de la política venezolana, destacada por sus fracasos y errores que le han llevado a venderle su conciencia al demonio imperialista, con actuaciones fuera de las leyes y la constitución, que le han convertido en digno ejemplo de lo que no debe hacerse en política, campo en el cual las improvisaciones se pagan caro, e improvisar es pactar con factores externos para la desestabilización, hasta el punto de provocar crímenes con saldo de vidas y destrucción de bienes, que son el resultado de las guarimbas que afectaron sectores del país, y cuyas cuentas están sobre sus hombros para que tarde o temprano responda a la justicia.
Sus delitos han sido tan evidentes que ni su misma gente se explica, cómo es que esta mujer siniestra, se encuentra libre y haciendo todo lo posible por crear situaciones que perturben la paz ciudadana.
Esa señora ha declarado: “el gobierno vive el peor momento de debilidad”, lo cual ni siquiera ameritó comentarios de sus más cercanos seguidores, para intentar crear una matriz de opinión, que a todas luces equivaldría a decir que es de noche cuando estamos en pleno día, pues la dinámica de gobierno que cada día el pueblo vive en carne propia u observa a pesar de los esfuerzos que los medios de la derecha hacen por ocultarlo, ha producido en un experto incuestionable como es el especialista en estudios de opinión de profunda seriedad y previas investigaciones, declarar precisamente todo lo contrario a lo dicho por la susodicha a la que premeditadamente ni siquiera nombré, porque estoy seguro que mis lectores la identifican apenas con lo poco que de ella expreso, ese científico de los estudios de opinión es el reconocido Oscar Schemel, a quien ni los más acérrimos enemigos se atreven a cuestionar, pues tiene una bien ganada fama de seriedad y rigurosidad científica de sus afirmaciones.
Sus declaraciones dejan al desnudo el empirismo, la irresponsabilidad y la costumbre de hacer afirmaciones alejadas de la realidad a que nos tiene acostumbrados la tarifada imperial, según pruebas irrefutables sumadas a su expediente que debe se muy abultado y aportadas por otra investigadora acuciosa como es Eva Gollinger, quien plasmó en su libro documentos desclasificados que la vinculan con financiamientos ilegales de una potencia extranjera para la desestabilización, lo cual la convierte simple y llanamente en traidora a la Patria a quien la justicia debe cobrarle sus crímenes que ya lucen inocultables.
Son cosas que se registran en una revolución, cualquier metida de pata venga de donde venga, se hace muy evidente y quienes aspiran a ser poder con la agallas de esta señora, no pueden caer en un rosario de errores tal, que prácticamente les proscriben y autoexcluyen, pues por fuerza, la credibilidad no les acompaña y menos en la conciencia de un pueblo que en nada se parece, al que este personaje lleva en su mente, cerrada a una realidad que nadie desconoce y que quienes pretenden hacerlo, se estrellan con hechos inocultables, que día a día se viven en un país, a esta alturas, ducho en política y fiel interprete de lo que aquí sucede.-
