Ministro que no sufre ataques por parte de la oposición, no le sirve a la revolución

Hoy, que  se producirá  el  "Gran Sacudón", prometido por el Presidente  Nicolás  Maduro Moros hace  dos  meses, voy  a recomendarle  un método  de  evolución  ministerial, que  le  sirva  para   medir  la  capacidad  y  pertinencia  de los  ministros  que  les dejó  el  Comandante  Chávez y  los  que  ésta  noche  reciban  su  nombramiento.   Simplemente  tiene nombrar  un equipo  de tres  técnicos  en Comunicación  que  le  haga  un seguimiento  a todos los medios  de difusión  controlados por   la oposición  y medir  matemáticamente  las veces  que durante el  mes son atacados ,  nombrados, señalados o  de alguna  forma tomados  en cuenta.  Además  revisar  diariamente  la página Aporrea e ir  acumulando e investigando las denuncias  que por  allí se hacen  Así  de sencillo.  Ministro que no  es atacado  pa´  fuera  del gabinete.  Ministro  que  es lisonjeado por  la  derecha  apátrida, destituido y  preso. ¿Es mucho pedir  para  saber  si vamos bien?

La  oposición  no le dio  cuartel, ni  dejó  de atacar, vituperar e insultar  al Comandante  Chávez ni un día  de los  14 años  que  tuvo en el poder; tanto en lo personal  como  en  el trabajo  que hacía.  Los  que  seguimos  al Comandante, nos  orientábamos  por  ese  indicativo  y  sabíamos  que  íbamos  por  buen  camino.   Ahora  después  de su  muerte andamos un poco preocupados,   porque  los enemigos  del  pasado,  se la pasan diciendo  que él  era bueno y ellos  no  se dieron cuenta   y   ahora  desearían  que   resucitara   para  que  quitara  a  Nicolás Maduro. 

Con  los gobernadores  pasa  algo similar.  Aristóbulo Izturis es  el  más  odiado  de todos  los gobernadores  chavistas, le  dicen mono y  hacen chistes de él  por  su color de piel.  Nada  de lo  que hace  les gusta  a  la oposición  de  ese Estado.  Eso  es un  buen  indicativo.  En cambio  en Mérida, a nuestro gobernador  no lo tocan ni con el pétalo  de una  rosa, lo más  que  le  dicen  es "palomo  de oro". Los  anteriores  gobernadores  i que revolucionarios se encargaron  de  comprar  a los periodistas  y dueños  de medios  para  que no  se metieran  con ellos.  Por eso pasaron sin pena ni gloria por esta  gobernación  la  cual  parece  le cayó  la pava ciriaca.

Bailábamos  en una pata cuando  el Presidente  anunció  que  todos  los Ministros  habían renunciado y puestos  su cargo a la orden.  Carajo, dijimos  por  fin como  que vamos  a pegar  una y  de pronto vienen nuevos rostros, nuevos procedimientos  y nuevas bolas  y ovarios  para  éste proceso  bolivariano que  ya  se está  poniendo  viejo   con apenas  15 años  de edad.  Sentimos  a algunos  Ministros  cansados, adormecidos, sin aliento y  para más vaina "el látigo  de la contrarrevolución"  de la que hablaba  el Comandante se hizo trizas.

El Presidente Maduro ha hecho lo posible  por insuflarle  al gabinete  algunas caras nuevas, pero  los y las   escogidos hasta  ahora,  hacen arrancadas   de  caballos y tienen paradas  de burros.  No duran más de 3 meses  en los cargos.  La única  esperanza  están puestas   en  López Méndez y Rodríguez Torres que  está  encargados  en meter  en cintura  a los  comerciantes  importadores  y  al hampa común (que son la misma cosa) para  ver  si  dejan  de joder  tanto  al pueblo.  Lo  demás no  se siente.  Ninguno arma  un escándalo  por   atreverse a hacer  algo que    se salga   de  lo normal.  Todos  llegan   a  los puestos, arrasan  con los funcionarios  que  han adquirido  alguna experticia  y montan  equipos nuevos   que lo primero  que hacen es modificar las oficinas  que dejaron los anteriores.

Todos  los Ministros  que  están  actualmente  en el Poder  sufren  del Síndrome  del  "Mesianismo – Caudillismo" que  les  implantó Chávez  como un chip en el cerebro.  Nadie  se atreve  a  no coincidir  con  El Presidente o con  otro Ministro.  La lealtad  mal  entendida  con el jefe superior  se ha internalizado y por  ello nadie  tiene  un punto discordante  que  discutir.   Nos imaginamos  esas  sesiones  de Consejo  de Ministros, aburridas,  oyendo  una sola  voz, como ocurría  cuando  estaba  El Comandante.  Sabemos  que  la  palabra  Ministro   se define  como  "sirviente",  pero  no  es  para  que   la  cojan  tan   al pie  de la  letra.  El pueblo  sigue  creyendo  que un Ministro  es un personaje  que  fue  escogido por el Presidente  por  su capacidad para  administrar y dirigir  un despacho  de la administración  pública y no  por  ser un servil  sirviente.

Ya es  tiempo  de hacer  la revolución  dentro  del gabinete presidencial.  Llegará  el día   que  los Ministros  darán de que hablar,  la  oposición  los  atacará  por  sus  obras  y entonces  podremos  decir  con orgullo: "En verdad esta  es una  revolución  colectiva de  hombres libres"…Soñar  no cuesta nada.

Juanveroes64@hotmail.com



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Juan Veroes


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