La mayoría absoluta de la especie humana, se auto-clasifican creyentes y fieles incondicionales de Dios. En cambio una minoría insignificante, se hacen llamar ateos. Ambos sean ricos o pobres, se quejan de los injustos, incomparables, diversas y desiguales salarios, quienes a todos sin excepción, no les alcanzan para sus supuestas necesidades, que son interminable. Las circunstancias son profundas, complejas y confusas, ya que es visiblemente impalpable y conscientemente inadmisible. Las dos perspectivas, están perversamente perdidas, en el infinito desconocimiento de sus verdaderas y tristes realidades.
En nuestra cosecha, tuvimos el privilegio de convivir y compartir con el último libertador de América, Chávez, quien finalmente logró, resquebrajar las impalpables cadenas coloniales, en el término político y territorial. En cambio la inmensa mayoría del pueblo venezolano, chavistas o antichavistas, se encuentran sumergidos, en la estresante esclavitud, ocultada y contaminada universalmente.
Las necesidades irracionales de la especie humana, pueden ser escasas o inclusive bordear el infinito. Los caprichos y deseos son imperecederos, se van incrementando, mientras puedan costearlos, en cambio quienes no logran desembolsarlo, se estresan perdiendo su paz interna, subyugándose y limitándose con muchos disgustos e impotencia, tornándose en amargados insatisfechos e insaciables consumidores, de las eternas e imperecederas novedades.
De allí se van arrimándose todas las indudables arbitrariedades, anexando las innumerables dependencias occidentales, más las depravadas pretensiones y las condicionadas posiciones, siempre sin vacilación se aferran favorablemente a sus proveedores de acostumbradas bienestares, que solo la hegemonía imperial las atribuye. Aprueban lo inexplicable, apoyan lo injustificable y aceptan lo inadmisible. Sus contagios más su desviación, evoluciono transformándolos en encantadores esclavos, sumisos a los diabólicos patrones ocultos. Todos tienen en las profundidades de sus conciencias, escondidas en la amplificada esquina de las vergüenzas, se encuentran amordazados e inmovilizados el sentido y la razón, visualizan la verdad, pero temerosamente no enfrentan a los poderosos, entretenidos, sanguinarios y temidos amos.
Cuando confronta a la mayoría absoluta de los adictos terrícolas racionales, con la verdad acompañados con pruebas contundentes en contra su consignatario, ellos simplemente la impugnan, sujetándose a sus verdades mentirosas, negando a la simple razón de la consiente y vergonzosas mentiras verdaderas, injertada en sus transgredidas subconsciencias. Ninguno ha podido, pueda o podrá liberar a la mayoría de la raza humana, de estos espantosos e inescrupulosos afirmaciones, quienes se acobijan irresponsablemente por su acomodada, seducida y fascinante sumisión.
El dueño de la verdad es exclusivo de Dios, quien envió a sus mensajeros a luchar siempre, en contra los poderes establecidos, auxiliando persistentemente a las mayorías cautivos, liberándolos espiritualmente del diabólico y so metedor imperio de la época. Los mensajeros (p) sucumbieron, los imperios se desmoronaron, pero extrañamente solo el nombre y lugar cambia, manteniendo el mismo perfil diabólico, en los desfilantes imperios.
El imperio del siglo XXI, el más poderosos de la historia humana, con mucho exito ha logrado doblar las rodillas de todos SUS dóciles y enviciados terrícolas, bajo la innecesaria y necesarias dependencias, que solo ellos suministran. El altísimo precio de la verdad emerge, el recelo a perder lo construido mortifica, el temor a ser exterminado lo acobarda, el jamás contradecir al amo se acostumbra y la mortificación de derrochar las rutinarias y habituales magnificencias imperiales, los torturan. Sin duda son timoratos y cobardes esclavos, que siempre defiende a sus representantes.
La contundente respuesta a esta simple pregunta, desenmascarara a todos, quedando al desnudo sus posiciones favorables, al mismísimo diablo o Al Más Grande, Dios.
¿A quién escudará el Mesías, Jesús Cristo, (P) cuando descienda a la tierra?
Al diabólico pero entretenido imperio o a los oprimidos y esclavizados humanos.
Desgraciadamente la mayoría absoluta lo llamaran loco, ya que pretende quitarles su placentero modo de vida. Las contradicciones lamentablemente lo certifican, los comportamientos y consentimientos de la inmensa mayoría, indeliberadamente no están dispuestos a liberarse, son fanáticos radicales y simpatizantes del diablo. Lo más doloroso del asunto, ellos no quieren reconocer sus realidades, escondiendo la luz del inmenso sol, a través del lente de una lupa. Juran lealtad a Dios, pero envainan sus espadas En Contra.
Englóbanoslo a todos, podrán sentirse fuertes, protegidos y grandes en la actualidad, pero llegara el día del juicio, en donde todas las fuerzas juntas y unidas, equivaldrían a un insignificante excremento, de un temeroso y asustadizo parásito, porque aunque les duela os recuerdo que son intrascendentes, ya que tendrán que enfrentar Al Incorruptible, Al Legislador del Universo, en donde solo Dios, Es El Mas Grande.
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