Los desarrollos urbanos de la GMVV[1] lucen separatistas, tal como ocurre en los municipios y sus parroquias

En la presente sociedad burguesa hasta la geografía rural y urbana ha  sido inducidamente discriminatoria, en dos platos, segregacionista: Los pobres en sus barriadas de pobres, de  subpobres, paupérrimos y   miserables, y los ricos en sus casotas, cuasimansiones y quintotas; por su parte, los proletarios medios[2] , se han autorrezagado en otras zonas muy diferentes tanto a las primeras como a las segundas, tal como les ocurre con sus vestidos, calzados y perfumes, mismos  que son vulgares imitaciones con toda la apariencia de costosísimos originales [3] .  

 

Estamos viendo y nos preocupa que, tal vez, por razones de disponibilidad de terrenos e inmediatez política, los numerosos y bien acabados desarrollos urbanos llevados a cabo en todo el país por la Gran Misión Vivienda Venezolana, y cuyos avances se miden en varios cientos de miles de viviendas ya ocupadas 100%  con todos sus “macundales” de muebles hogareños, tienden a seguir el mismo patrón heredado durante centurias: En su parroquia, cual pertenencia privada, la gente acomodada en billetes y con créditos de ricos, como la del rancio Este caraqueño, y   los pobres petareños y vecinos, allá, bien lejos, donde desembocan las aguas sucias, las polvaredas de verano y la basura despreciada por los Alcaldes correspondientes.
 
Es decir, las divisiones parroquiales de los municipios han albergado por milenios la separación entre pobre y ricos, y tal vez por eso a algunas de  las jerarquías eclesiásticas se les bientilda de adulones de una clase y opresora de los más pobres a quienes paradójica e hipócritamente  han usado como  bandera para edificar el Imperio religioso que ya lleva sus buenos 7 u 8 centurias de soberanía monárquica e indiscutible. Por cierto, las tres principales religiones “monoteístas”, (sic) se hallan  divorciadamente espaciadas en sendos y “privados” territorios y continentes.  Hasta la propia “Tierra Santa” viene siendo objeto de separasionismo allá en la palpitante Palestina de ahoritica mismo, pero volvamos tema que nos ocupa de fondo:

 

Esa oprobiosa distribución de las viviendas de otrora y del presente  no debería continuar en una sociedad que está luchando por cambiar todos los parámetros de vida sufridos hasta ahora. Tal discriminación espacial se ha fundamentado en los precios burgueses de terrenos  y viviendas, y por eso les ha funcionado a los diseñadores de semejantes discriminaciones sociales,  comerciantes que no son otros que los dueños del billete burgués, sin importar, repetimos, la buena o mala procedencia de ese billete en cuestión. Así opera el sistema capitalista, cuyos protagonistas, los burgueses, carecen de voluntad propia y responden inconscientemente al poderoso mandato de unas relaciones de producción donde priva lo más oprobioso del darwinismo  biológico.
 
Corolario: ya no se trata de la eliminación de ranchos deprimentes y su reemplazo por "viviendas dignas", también debe irse homogeneizando la composición intrasocial de todas las parroquias.

17/11/2014

 


 

[1] Léase: Gran Misión Vivienda Venezuela.

[2] Proletarios medios en lugar de su inapropiada expresión: clase media.

 [3] Leon Tolstoi los definió como un tipo de personas que hacen lo imposible por parecerse a los burgueses y burguesas, pero sólo consiguen parecerse entre sí mismos y entre sí mismas, palabras menos, p. más.



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Manuel C. Martínez


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