Al compatriota Diosdado Cabello por los nuevos magistrados

Creo eres, como individuo, aparte de la insustituible presencia popular, a quien Hugo Chávez dejó la difícil tarea de vigilar la marcha del proceso. Cuando alguien me formula la pregunta -¡vaya que me la han hecho tantas veces! - ¿por qué siendo Cabello, al parecer, un hombre de confianza casi extrema de Chávez, éste no le escogió como candidato? He respondido, ¡justamente por eso mismo!

No fue Chávez Frías, el simple hombre atado a las ideologías y por los habituales ritos que ella genera. Tuvo mucho del arañero y el comandante que compartía y debía velar por los camaradas de armas, sobre todo los bajo su mando y evaluación.

El Psuv no deja de parecerse a la vieja izquierda, y es natural que así sea, son vainas de la genética, que no pudo pasar por alto la internalizada costumbre de estructurarse en grupos, los cuales tienen sus propios programas, tácticas, comandos y hasta líderes. En veces un grupo se alía con otro para lograr propósitos comunes y hasta repartirse algunas ventajas. Cuando esos grupos coinciden, imponen a la mayoría, eso incluye la multitud o movimiento popular – Betancourt solía decir que en fin de cuentas el pueblo no es más que una entelequia – su voluntad o percepción particular, no necesariamente acertada del proceso.

Bien supo Hugo Chávez de aquello y hasta se vio obligado a determinadas prácticas y decisiones, en virtud de la dinámica que se impone.

Quienes allí llegamos, porque en este mundo hay de todo, hasta inocentes entre los políticos, sin acompañamiento, en pelota, ni grupo o comando organizado, han quedado como la guayabera. No sé por qué, quizás por simples observaciones, pero eso se me antoja creer, este es el caso de un hombre lleno de méritos como Fernando Soto Rojas. Pero no es caso único, posiblemente sí emblemático.

Llegaste junto con Chávez, siendo muy joven, justo al punto donde se partió nuestra historia. Aportaste tu modesto esfuerzo para contribuir a derrumbar la vieja clase política y cuando el golpe de abril del 2002, siendo vicepresidente, diste demostración de firmeza y lealtad a tu comandante. Tu relación íntima con él, de lo que uno poco conoce aunque intuye, pudo derivarse aquella decisión que te dejó de segundo al mando.

Viniendo del sector militar y no de la "vieja izquierda", teniendo por ella no a una de la época del Neanderthal, sino antes que Chávez pronunciase su "por ahora", te hace ajeno a las viejas prácticas grupales, las mismas que no contaminaron al comandante, pero tuvo que soportarles y manejarlas.

Las recientes designaciones para integrar los poderes, distintos a Ejecutivo y Legislativo, mostraron a nuestro parecer, procederes propios de posibles componendas grupales. Pero no sería eso lo lamentable, son cosas del oficio y no es uno tan ingenuo para pensar que de pronto mucha gente dejó a un lado su vieja cultura, lo que sería verse obligado a hacer concesiones a algún grupo con desconocimiento de la opinión popular y de la gente – hablo de multitudes – sobre determinados personajes y la evaluación que de ellos mismos hizo el comandante Chávez antes de las últimas elecciones regionales.

La escuela o filosofía del pragmatismo, si es que ellas existen o sólo son vicios de la vida mundana y el nada ético proceder, suelen recomendar esos acomodos para alcanzar otras metas, quizás, pensemos así sea, más elevadas, no impiden querer ser rigurosamente asépticos, hasta donde se pueda, al momento de aceptar o poner condiciones.

A quien esto escribe, sin interés personal alguno, porque sencillamente me acostumbré a la vida austera, libre, sin ataduras, egoísta al máximo con mi tiempo, desde un principio me llamó sobremanera cómo la derecha, a un hombre cuyo lenguaje difiere en lo sustancial de un tradicional izquierdista, dirige toda su furia y peores deseos. Sé bien no es por aquello de militar y apetencias dictatoriales. Quienes por alguna vía eso dicen, apoyaron el golpe de Carmona y su jauría militar y a lo largo de estos años han soñado con el "gendarme necesario" que le devuelva al poder. Menos por figura y fama que han pretendido crearte de corrupto, viéndoles defender a cuantos de éstos, de fuera o dentro del chavismo, se les aplica o intenta aplicar la ley, etiquetándoles de perseguidos políticos.

Por las opiniones que de ti me había formado, el año pasado publiqué un artículo en Aporrea, cuyo link anexo: http://www.aporrea.org/actualidad/a158876.html.

Celebré la firme demostración que diste a tus enemigos, donde quiera se encuentren, desafiando a EEUU a publicar la lista de propiedades e inversiones que presuntamente tenían allá, quienes habían sido amenazados con las sanciones que promulgó Obama al día siguiente de los anuncios relacionado con Cuba. Lo celebré porque eso muestra la falsedad de las acusaciones – salvo pruebas ocultas - que contra ti han venido haciendo. Quien se sabe culpable no desafía a su acusador a exponer pruebas que contra él, aquél tenga.

Por todo lo que he dicho, poco habitual en mí, sobre todo dirigiéndome, como lo he hecho, en público y a una persona con poder, me atrevo recomendarte, por conservar tu prestigio que es grande, imagen de valiente y con la necesaria fortaleza para la toma de decisiones, rasgos que adornaban a Chávez, te abstengas de hacerle concesiones a quienes son poco escrupulosos a la hora de llegar a acuerdos o hacer proposiciones que no le agradan a la multitud, sobre todo cuando ella ha comprobado la ineficacia, indiferencia de algún cierto personaje, ya reprobado por el propio Chávez, pero favorecido, inexplicablemente, en las recientes designaciones de los Poderes Nacionales.

¡Feliz año camarada!



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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