Hace más de 15 años, que en los predios con mayores necesidades de la patria caminaba entre los excluidos. Un personaje de tez morena y palabras sencillas. Entonaba los mensajes con firmeza y con una sonrisa que generaba confianza, afirmaba; - es posible un cambio. Poca a poca, muchas gentes se le acercaba y con interés y curiosidad, lo seguían escuchando y sentían; que él era uno de ellos. Insistía que el poder era un tome y dame, entre dos tendencias y el pueblo le seguía escuchando y cada vez, incrementaban las esperanzas. También decía: ellos, con pretensiones de seguir accediendo al poder; se apoderaban de los votos de los partidos minoritarios.
Convencido, que aunque el pueblo le creyese. Tenía que asegurar la victoria y ofreció la Constituyente. En una singular batalla, al final el contrario se desinfló y el cambio ocurrió. Con valentía logró la Constituyente y puso el cargo a la orden; y el pueblo respondió. Aceptó, que había cometido errores, pero estaba dispuesto a enmendarlo y de hecho lo hacía. Hombre de pueblo, humilde y chicharachero, soñaba con la unión de los pueblos, como lo hizo Miranda y Bolívar. Se confió y los meritocráticos lo madrugaron y el pueblo lo restituyó. Sin embargo, no albergó rencor y en el interno, esperaba que rectificaran.
Con alta voluntad psíquica y con un alto espíritu de trabajo, la industria petrolera nacionalizó e hizo los cambios pertinentes. Y se dispuso a verles los ojos, a los que podían ayudarlos y a los que tenían que convencer; de la honestidad en las transacciones. Los resultados fueron evidentes, el precio del petróleo subió. Decía: ahora se tiene las fortalezas para lograr los objetivos de la revolución. Con un poder mediático en contra, pensó que podía convivir. Los ataques, mentiras y manipulaciones, no se hicieron esperar. Consiente del poder del enemigo, tomó la decisión, de callar al mediático más bravucón. Afuera, chillaron, gritaron y amenazaron. Pero con entereza resistió.
Convencido que otra forma de ver el mundo era posible. Cultivó a muchos amigos, a pesar que los contrarios afirmaban: que estaba aislado. Descubrió, que el Norte era el Sur. Concentró esfuerzos en hacerlo una realidad y los resultados fueron evidentes: Unasur, Celac, Telesur, Mercosur y otros. Se sentía más seguro y también logró amigos más cercanos. Sin embargo, el alma no descansaba, porque continuamente el enemigo estaba al asecho. Estaba convencido, que no daba tregua. Con prestancia y decisión, sabía que los escenarios de luchas, tenían que ser según la Constitución. Y a pesar de tantas victorias electorales, se puede inferir, que estaba decepcionado de la oposición.
El gran esfuerzo al someter la Voluntad, para el bien de la Patria, agotó las energías y el Alma del Genio se separó. Los enemigos al acecho, creyeron que era el momento y con saña al legado atacaron. Pero las reservas morales de la mayoría de los venezolanos son muy altas y las ganas se disiparon. Con el lamentable hecho, de víctimas inocentes que fueron blanco de una irracionalidad orquestada.
Ahora, aunque los objetivos fundamentales de la revolución todavía no se han logrados. Se puede inferir, que la Alma del Genio, está en todas las obras que se construyeron y que se están construyendo; plasmado en el Plan de la Patria. Donde un gran contingente de compatriotas, están diseminados a lo largo y ancho de la patria; para defender lo que hasta ahora se ha logrado. Aunque, nuevamente los precios del petróleo bajaron, se espera que la racionalidad y la cordura imperen; porque a todos en el planeta, afecta. Y la historia ha demostrado, que Venezuela es un país rebelde y no se rinde muy fácil.