Editorial
En la década de los 50, bajo el régimen de Marcos Pérez Jiménez, se entregaron a Venezuela tres destructores que habían sido construidos en astilleros de Inglaterra. Se trató del Destructor “Nueva Esparta” y el Destructor “Zulia” y el Destructor “Aragua”. Al inicio de la década de los 60, enviaron a reparación a Inglaterra tanto al “Nueva Esparta” como el “Zulia”. Yo era, para el entonces, parte de la tripulación de esta última unidad. Después de casi un año en los astilleros ingleses iniciamos el regreso al país, rumbo a Nueva York. A los dos días de navegación nos enfrentábamos a un terrible huracán. La tempestad nos azotó. Se agotó la comida y el agua de beber. Las gigantescas olas, con furia, golpeaban las láminas de acero de los navíos, haciéndoles abolladuras. Algunos compañeros enloquecían. Pero los timoneles mantuvieron firmes el timón, y se logró girar muy lentamente, y enfilar rumbo hacia Lisboa, Portugal, donde los buques fueron sometidos a revisión, para luego seguir ruta hacia La Guiara.
Fue una odisea. Pero los dos Comandantes habían mantenido una sangre fría extraordinaria. Y con la bendición de Dios, y la pericia de estos “lobos de mar”, salimos bien de aquel transe, sin mayores problemas que lamentar, arribando a buen puerto, después de haber estado sometidos a los vaivenes del infortunio.
1.Venezuela está en medio del huracán
Muchos venezolanos y venezolanas piensan que no existe ninguna “guerra económica”. Afirman que son artificios del gobierno para esconder su incapacidad de gobernar y darle felicidad a los gobernados. Casi todos quienes militan en la oposición, sean de la extrema derecha o no, piensan eso. Hasta algunos que se dicen ser chavistas caen en la trampa de los rumores que esparcen los enemigos del proceso revolucionario. “Son estos chavistas, que gobiernan, los que han llevado al país a este caos”. “No tienen ideas de cómo gobernar”. “Son unos piratas manejando la economía”. “Sólo han sembrado miseria”, etcétera.
Quiero decirles, con todo respeto, a quienes dudan de la guerra económica que revisen la historia del golpe de Estado en Chile. Allí obtendrán la respuesta a sus dudas. Todos, tanto los políticos de la IV, como los políticos de América Latina de vieja data, saben que sí existe una guerra económica. Con una diferencia, en Chile se sabia abiertamente quienes eran los responsables de los actos violentos y de la guerra económica, tendente a desestabilizar al régimen de Allende. Richard Nixon y Henry Kissinger, a través de la CIA, eran la cabeza desde el exterior. Mientras que internamente estaban los medios de comunicación de derecha como “El Mercurio” y “La Tercera de la Hora”, entre otros. Los archivos desclasificados de la CIA presentaron al mundo los entretelones de aquel golpe sangriento que sumió a Chile en el dolor por 19 años.
2. La receta chilena
No estoy hablando pendejadas. Esto lo sabe Henry Ramos Allup, Antonio Ledezma, Andrés Velásquez, así como algunos expertos escribidores, analistas, sociólogos y politólogos, entre muchos venezolanos y venezolanas. Aquí en Venezuela se aplica la receta chilena, con algunas variantes. Una de ellas es que no hay responsables visibles. Trabajan en el anonimato. Nadie es. Nadie se responsabiliza. Pero la receta sigue su marcha. En Chile hubo, previo al golpe, asesinatos selectivos. El general René Schneider fue acribillado. El embajador Orlando Letelier fue asesinado en Washington en 1976, por el agente de la CIA Michel Townley, después del golpe. Había violencia en la calle entre los radicales izquierdistas del MIR y la extrema derecha representada, entre otros, en “Patria y Libertad”. Fue una época turbulenta. Violencia en las calles. Apagones. Desabastecimiento. Escasez. Asesinatos. Luego vino la emboscada de Augusto Pinochet, y acabó con la democracia.
En Venezuela, hoy día, nadie da la cara. Todos callan. Pero el gobierno revolucionario está siendo sometido a una bestial y criminal guerra económica, sin parangón en la vida democrática de nuestro país. El imperio calla. La canalla criolla calla. La MUD calla. Pero lean lo que pasó contra Hugo Chávez, en el 2002: “La embajada estadounidense en Venezuela sabía de la asonada contra el presidente Hugo Chávez, al menos dos meses antes de que los golpistas secuestraran al mandatario”, señaló el 15 de abril del 2002 la revista Newsweek. Mientras tanto el diario The New York Times, reveló que altos funcionarios de la CIA, del Pentágono y el Departamento de Estado reconocieron que, en los últimos meses, se habían reunido varias veces con los organizadores del golpe de Estado. En tales reuniones –según la misma fuente— “los representantes de la administración de George W. Bush coincidieron con ellos en que el gobierno venezolano debía ser desalojado del poder”.
Por otro lado, un informe de la agencia privada de inteligencia Starfor , integrada por ex agentes de la CIA, afirmó: “Nuestras fuentes en Venezuela y Estados Unidos reportan que la CIA tenía conocimientos y posiblemente hasta haya dado apoyo a los civiles ultraconservadores y oficiales militares (que intentaron derrocar al presidente Hugo Chávez)”. El golpe –puntualizó el informe—originalmente fue planeado para el 27 de febrero; pero fueron convencidos de “abortar el intento”, dada la existencia de dos “proyectos paralelos”: uno de la CIA y otro del Departamento de Estado de Estados Unidos”. (Citas del libro “Un siglo de Terror en América Latina”. Autor: Luis Suárez).
3. Venezuela no es Chile
El pasado 11 de septiembre de 2014 se cumplieron 41 años del sangriento golpe de Estado contra el gobierno de izquierda (agrupado en la Unidad Popular) de Salvador Allende, presidente electo democráticamente en Chile, quien había asumido en 1970, en medio de una gran tensión política. La derecha había intentado dar el golpe antes de que Allende llegara al Palacio de la Moneda, como Presidente de Chile. Richard Nixon y su secretario de Estado Henry Kissinger hicieron lo posible por acabar con Allende, pero circunstancias imprevisibles se lo impidieron, en esa ocasión. Pero al final se impuso el poder del imperialismo. Y se implantó una atroz dictadura por 19 años.
Pero Venezuela no es Chile. Aquí, desde que asumió el poder, Hugo Chávez, el imperio y sus lacayos criollos, trataron de derrocar a Chávez y dar al traste con su revolución. Pero se estrellaron. Ya ustedes saben los resultados del 2002. Hoy día, el gobierno que lidera Nicolás Maduro, desde que fue electo se encuentra bajo la amenaza del imperio. Pero tampoco han podido contra el chavismo. En estos momentos creen que les llegó la hora, dado los efectos de la guerra económica, la cual se afinca, como lo hicieron en Chile, con todos los hierros. Tratando de ahogar al gobierno, y lograr la “salida”. Por eso está en marcha lo que se ha dado en llamar la “salida 2”. Aprietan y aprietan. Pero el chavismo, junto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana está alerta. Por lo cual, NO PASARAN.
4. La guerra económica sí existe
¿Quién duda de que el gobierno de Maduro está sometido a una criminal guerra económica? Sólo un ciego no puede ver lo que pasa en nuestro país. O dicho de otra forma, sólo unos desquiciados no se percatan de lo que están haciendo quienes aspiran derrocar al gobierno revolucionario. ¿Por qué el pueblo está sometido a una espantosa escasez? ¿Por qué se somete a una población a un sufrimiento sostenido en el tiempo? Donde escasea todo. Absolutamente todo. Hasta los pañales para bebés. Hasta el alcohol. Mientras las autoridades competentes descubren que en diversos galpones, a escala nacional, se encuentran todos los productos que no se encuentran en los supermercados, abastos y farmacias. La guerra económica sí existe.
Nadie se quiere responsabilizar de este crimen contra el pueblo venezolano. Pero todo el mundo sabe quiénes son. Fedecámaras, es uno de los organismos cómplices de esta guerra. Las empresas agrupadas en ese organismo empresarial piden dólares al gobierno. Se les otorga y la producción sigue en “paro”. Y no hay actualización de la maquinaria. Pero el responsable mayor está en Estados Unidos. Desde allá opera la CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado, utilizando a los lacayos criollos, de la extrema derecha o simplemente de la MUD. Y a esta acción se une la operación “salida 2” que ya arrancó. Esa es la verdad. Duélale a quien le duela.
5. Maduro está al timón
El Presidente Nicolás Maduro, está al frente del timón de este buque llamado Venezuela. En él, el chavismo deposito su confianza, así como muchos venezolanos y venezolanas que no son chavistas. En ese sentido, el Presidente se está batiendo como león al que quieren darle caza. Se trata de defender las conquistas de los venezolanos que siempre estuvieron excluidos en la IV. Se trata de defender con todo al legado que depositó en él Hugo Chávez.
El mar está embravecido, pero es la manera en que un buen marino puede demostrar de que fibra está hecho, para sortear exitosamente la turbulencia, y llevar al buque a buen puerto. Para ello cuenta con un gran partido, como el PSUV. Cuenta con una Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y cuenta con el apoyo internacional. Su gira por varios países demuestra que Venezuela no está sola. Pienso que la derecha saldrá, una vez más, con las tablas en la cabeza. ¡Volveré!
Puerto Ordaz, 16 de enero de 2015