Finalizada la fantasía navideña, el país se asoma al 2015 por la calle de los medios del miedo. “Todo lo malo que podría ocurrir está ocurriendo”, frase acuñada por una analista, define perfectamente la estrategia del miedo y la intencionalidad informativa que prevalece en la construcción de la noticia.
Ante la proximidad de las parlamentarias cobran protagonismo los sondeos de opinión y, cual gurúes políticos, analistas pronostican que la crisis condicionará el voto en las parlamentarias. Frente a ese escenario afirman que “los seguidores del chavismo no perciben en sus dirigentes una oferta que se traduzca en esperanza, por eso los abandonan". A la oposición recomiendan no confiar solo en el voto castigo. Me llaman calle…calle perdida…del desengaño.
Curiosamente, analistas consideran que el gobierno debe recuperarla esperanza, mientras la Iglesia se interna en el terreno económico. Los obispos afirman que el modelo socialista es la causa de la crisis, piden reformas económicas y solucionar el desabastecimiento. Desde el ámbito de los negocios, un vocero plantea que “el gobierno debe renunciar al socialismo del siglo XXI:"La gente sabe que esta economía no funciona”. A este coro se suman políticos y universitarios. Los primeros demandan cambiar el modelo rentista, los segundos, afirman que la crisis se supera solo si se cambia el orden económico. Aprovechan para reivindicar la protesta pacífica, como una manera de luchar contra las dificultades para conseguir alimentos, medicinas y seguridad. Me llaman calle… …vas sin futuro, va sin salida.
Por la calle de los medios entran las colas y la apuesta a la violencia. “Con más cola que productos, Las colas le dan la vuelta al país, Largas colas no dan tregua, Peligrosa incertidumbre” y "cuando la incertidumbre se prolonga, una persona puede apelar a su impulso más instintivo, la violencia."Me llaman calle… calle más calle…voy calle abajo, voy calle arriba.
Mientras Copei propone adelantar las parlamentarias, voceros de “La Salida” insisten en que el cambio es impostergable. Henrique Capriles, cual profeta, promete que la unidad se va a reorganizar, volverá, será perfecta y permitirá promover los cambios.Me llaman calle…Sube pa abajo, bajan pa arriba.