Nos estamos “jodiendo” entre sí

Me da dolor y lástima ver lo que está pasando en mi país. En tú país. En nuestro país. Jamás pensé que pudiera ver cosas como las que estoy viendo en la Patria de Bolívar y de Hugo Chávez. Jamás de los jamases pensé ver cómo unos venezolanos y venezolanas que ayer fueron pobres, lo son y lo serán siempre, especulando, robando y golpeando a otros pobres por un poco de alimentos subsidiados por el gobierno nacional

 

Todos los días, las mismas personas, haciendo colas en Abastos Bicentenarios, los Pdvales y Mercales. Se llevan a los niños, perros y gatos. Llevan consigo colchones, sillas y taburetes. En esas colas hay grupos de familia, de tal forma que cada uno compra lo mismo. ¿Por qué tanto afán por comprar los alimentos, todos los días y la misma gente? Porque es un negocio. Esa comida la revenden en sus barrios ganándole un dineral. ¿A quién se la venden? A los mismos pobres.

 

Pero hay otro tipo de persona que no han sido pobres, no lo son ahora y no lo serán en el futuro, especulando, robando  con saña a toda persona sin distingo de clase. “Roban” los taxistas, profesionales y “piratas”. Se afincan con todo contra los indefensos usuarios, sean gente de bien, inválidos o exponentes de la más pura pobreza. Pero especulan, por no repetir la misma palabra, en las panaderías, en las licorerías, en los supermercados privados, en las tiendas, en las librerías, en las farmacias, en la venta de repuestos para vehículos, en las agencias de carros, etcétera.  

 

¿Dios mío, dónde hemos caído? ¿Cuándo saldremos de esta barbarie? Salir a la calle da miedo. Uno vive angustiado en las calles y en los hogares. Nunca sabemos de dónde va a salir los delincuentes bien armadas para atracarnos y despojarnos de todo. Atracan en las colas de tránsito, en las colas para adquirir alimentos, en los consultorios médicos, en la playa, en el río, en las funerarias, en el cementerio, en los parques, en el cine, etcétera.  

 

Unos “vivos” se están “llenando” con la venta de dólares. Los adquieren de cualquier manera y en cualquier parte y los venden a precios exorbitantes. Ya el valor de un dólar en el llamado mercado paralelo está rozando los doscientos bolívares. Y hay quien compre los billetes verdes al precio que sea. Y con los comerciantes se “agarran” del Sicad 1 y 2 para “clavarle” a usted precios que rayan en el robo. “Si no  quiere el producto, déjelo, allí, que otro se lo llevará”, dicen. Como reza el viejo dicho: “No hay paz con la miseria”. Para colmos no contamos, entre nosotros, a Chapulín Colorado, el único que podría salvarnos. Dios mío, ¡Sálvese quien pueda!

 

Gotas de rabia:

 

*Una señora traía dos aires acondicionados de Margarita, y en una alcabala de la Guardia Nacioanal, en El Tigre, quisieron “retenérselos”. Tuvo que bajarse con cuatro mil bolívares. Aunque usted no lo crea.

 

*Un señor traía en su carro 6 bolsitas de jabón en polvo. Lo paró la Guardia y intentaron quitárselas. El señor se bajó del carro. Agarró las bolsitas, las rompió y botó el jabón a orillas de la carretera. “No son para mí, pero tampoco para ustedes”, y arrancó su carro.

 

 

*A un señor lo llamaron por teléfono: “Señor, su carrito llegó, pero ahora cuesta 3 millones. Usted dice, porque hay alguien que está ofreciendo “cuatro palos. Lo toma o lo deja”.

 

Atención, Presidente Maduro: o hacemos la revolución, de verdad, verdad, o la anarquía nos devorará. ¡Volveré!

Puerto Ordaz, 21 de enero de 2014



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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