Leyendo los artículos que aparecen en la única página web que reviso diariamente, me encuentro que un alto porcentaje de sus articulistas más leído, se la tienen dedicada al presidente Nicolás Maduro. La mayoría de ellos le enrostran una supuesta ineptitud gerencial y otros lo acusan abiertamente de haberse desviado hacia la derecha socialdemócrata.
En los últimos días, después del mensaje anual a la Asamblea a los críticos revolucionarios como que se les revolvió las bilis y lo que escupen por la red es puro veneno contrarrevolucionario incitando a la renuncia o caída del presidente legítimo que hoy tenemos. Como el presidente no dijo lo que yo quería oír, entonces hay que quitarlo. Flaco favor le estamos haciendo al legado que nos dejó el Comandante eterno.
Nuestros escribidores le están quitando o robando a la oposición política su rol de enemigos del gobierno, dejando a ésta sin argumentos para convencer a sus seguidores y al pueblo en general para que vote por ellos en las próximas elecciones parlamentarias. Pienso que decir ser chavista, revolucionario y socialista y a la vez caer en el juego de hacer críticas suicidas a un gobierno nuestro, que está resistiendo a las embestidas de una derecha antipatria, es lo más parecido a una traición a los principios y valores que se dice defender.
Demasiadas arrugas tienen nuestros enemigos para dedicar nuestro tiempo en destacar las nuestras. De eso que se ocupen ellos. Ese es su papel. Nosotros debemos LUCHAR , BATALLAR Y VENCER al enemigo histórico que siempre hemos tenido. Gastar la poca pólvora que tenemos para disparar contra nuestra propia gente, es lo más parecido al haraquiri japonés.
Chávez era un soldado y trataba al pueblo como si fuéramos sus soldados. (Patrullas, Unidades de Batalla) y que hacia?: Suministrarnos pertrechos y logística para la guerra contra el enemigo capitalista. Maduro es sindicalista y trata al pueblo como trabajadores afiliados al sindicato que dirige. ¿Qué hace?: conseguirnos reivindicaciones contractuales que se expresan en aumentos salariales, becas, planes de viviendas y algunas que otras reivindicaciones a nosotros sus afiliados sin afectar los intereses de los que realmente son dueños de la economía nacional.¿Cómo me dijo una vez mi madre: "Si ustedes acaban con los ricos, ¿a quienes les vamos a trabajar los pobres?" ¿Es malo esto? ¿Hay que demoler al gobierno por esto?.¡¡¡¡No!!! Ningún otro que hubiera dejado Chávez lo habría hecho diferente, pues la esencia y raíz del capitalismo rentista están intactas. El venezolano es de por naturaleza consumista y su mayor valor ético está en presumir que consume más y mejor mercancías que los demás. De allí a su apego a las marcas y su identificación con símbolos importados. Así se les educó durante los últimos 60 años y para desaprender todo eso le tocará trabajar en su conciencia unos cuantos años más.
No podemos "pedir peras al horno" como decía el filósofo del Zulia. Pedirle al presidente que se comporte y actúe de otra manera, que contradiga su esencia de trabajador sindicalista, es como esperar que un alacrán no clave la ponzoña en tu cuerpo si lo colocas sobre ti. ¿Es malo el escorpión por hacer eso? Si no lo hace es ir contra su naturaleza.
Maduro es de los nuestros y si hay algo que esté haciendo que no nos guste, dejemos que sea la oposición que lo ataque y lo critique: ¡Esa es su naturaleza!