Con todo el respeto que se merecen los bachacos, esa comunidad de insectos rojizos y fundilluos que es productiva y previsiva, que debería ser ejemplo de organización y perseverancia para los conglomerados sociales, hay ciertos especímenes improductivos y parasitarios que pretenden imitar a los bachacos, reduciéndolos a una categoría que no les pertenece, que es la de "acaparadores".
En la Venezuela de los últimos tiempos y, especialmente en la que enfrenta una imperial guerra de desestabilización económica, con acciones neurotizantes y mediáticas, ha aflorado una plaga, corrosiva, egoísta y miserable, que se le denomina "bachaqueros". Ellos juegan al terrorismo, a veces sin reconocer concientemente que lo hacen, en la ilusa esperanza de convertirse en burgueses. Guardan, no para las temporadas de invierno y aguaceros, sino para indefinidos vicios de acumular, para luego revender a precios incalculables, triplicados, cuadruplicados, eneplicados, para hacerse ricos.
Una extraña ideología convence a sus cerebros de que lo podrán lograr, de que están muy cerca porque son "clase media", porque no hay nada que les detenga, porque son astutos y vivarachos, que es lo más cercano a un imitador del burgués explotador.
La plaga de los bachaqueros que, probablemente, debe considerarse "clase media", no simplemente acumula para el autoengorde y, en un esfuerzo por parecerse a los grandes capitalistas, enriquecerse en consecuencia, sino que lo hace para extorsionar a sus pares, para cobrar el triple o el séxtuple de lo que le costó la mercancía que adquirió y, feliz, sentir que vivarachamente se rebusca, que resuelve sus problemas económicos y que "sale de abajo".
El bachaquero, en realidad, un especimen egoísta, pequeñoburgués, lumpen y contrarrevolucionario, nunca estará pensando en algún tipo de bien común, sino en la satisfacción de una ilusión de parecerse a los explotadores o convertirse en uno de ellos. Asunto, este último, que jamás conseguirá. En este sentido, el bachaquero se parece a los bachacos solamente en la forma de captar, trasladar y acumular lo que se propuso acaparar, pero no en función previsiva o de sobrevivencia, sino de robo y especulación a sus pares sociales, a los que jamás considerará como tales.
En la actualidad, nuestra Venezuela asediada por los enemigos de la Revolución Bolivariana, mediante el bachaqueo, es sometida a estados de incertidumbre, neurosis, desestabilización económica y política, sin alcanzar otro objetivo que el del caos. Ni siquiera el propio bachaquero logra romper con su estadio de depauperado, sino que lo incrementa a largo plazo, pues él mismo termina siendo su propia víctima, en beneficio de los grandes capitalistas.
Bachaqueros extraterritoriales e internos operan para la victoria política y militar de quienes planifican la guerra económica desde centros de poder como el Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA, sin llegar a percatarse jamás que como "fichas" de un juego que no llegan a comprender a cabalidad, van a ser desechadas o reemplazadas cuando los objetivos así lo requieran.
Es decir que si usted alguna vez pensó en incorporarse a las filas de los bachaqueros coyunturales con la misma ilusión de hacerse burgués, le invitamos a bajarse de esa nube. Sencillamente, no lo conseguirá. Simplemente estará sirviendo a los intereses de clase de quienes planificaron la guerra económica y encuentran en usted a un tonto útil, que ni siquiera llega al estatus de "soldado de fortuna".