Ahí está el saqueo que hicieron con CADIVI y aún no aparecen los culpables sancionados

El dólar barato, si bien abarata las mercancías importadas, también estimula la fuga de aquel

¿Acaso, un dólar barato no estimula su fuga, habida cuenta de que lo usamos para las importaciones, viajes turísticos al exterior y otras compras no necesariamente básicas?, ¿acaso, la oligarquía capitalista criolla no bloquea cualquier tipo de competencia e impide la formación de nuevas fábricas e importadores que no pertenezcan a sus roscas?

En materia de paridad cambiaria, hemos identificado como vendedor de dólares a un empresariado burgués, y nos olvidamos de que el gran proveedor de esa divisa es el propio Estado venezolano al que los defensores del capitalismo criollo parasitario y rentista considera como su Caja privada. Efectivamente, han sido privilegiados por este Estado pendejo que les ha vendido bien barato todos los dólares que se les antoje solicitar, para luego embolsillárselos y fugarlos del país con fines especulativos, además de jugar con esa estrategia para desestabilizar al gobierno con pretensiones de retomar el poder que ya no podrán alcanzar por vía electoral democrática.

Luego, debemos proteger los dólares petroleros mediante su venta encarecida, inclusive hasta para bienes de la cesta básica, y al consumidor de menores ingresos, sencillamente reconocerles un subsidio o reintegro directo, según los comprobantes de compra que vayan haciendo al precio de un dólar protegido en su valor en bolívares para evitar las fugas de las que ha sido objeto hasta ahora. Con esta medida, además, se reduce el poder circulante en moneda nacional que podría perfectamente conducir a bajas en los precios en general.

Cuando un PTB petrolero expresado en barriles permanece igual, como igual sería el volumen de exportaciones petroleras, ¿cómo es que podemos devaluar nuestra propia moneda porque supuestamente haya muchos bolívares frente a las disponibilidades de dólares?, y, en todo caso, ¿por qué la paridad tiene que responder a una relación con una moneda extranjera que requiere determinado país para poder penetrar en todos los demás países’, ¿por qué ese país no mantiene reservas de nuestros bolívares para comprarnos a nosotros? Sólo de esa manera la relación comercial internacional sería estrictamente bilateral.

Una sana administración monetaria se cuida de poner en circulación una masa dineraria cónsona con el PTB[1], y, en principio, el circulante debe permanecer constante durante un tiempo.

Por otra parte, sábese de gobernantes que han degradado el tenor de sus monedas, pero en ese caso no se trata de pérdida de confianza en el circulante, sino de que la moneda vale menos per se para su convertibilidad[2].

En entregas anteriores, hemos citado la "histéresis de los costos", un fenómeno tomado de la Física con pretensiones justificativas de que en Economía también rija esa propiedad del cobre y otros metales, como si la economía de un país o la sociedad fuera un asunto meramente físico o deshumanizable.

Ciertamente, los costes generales de producción tienden a subir porque todavía las mejoras salariales otorgadas como respuesta de las inflaciones y alzas de precios impuestas por el capitalista desde fábrica y desde las cadenas marcadoras de precios inflados sin relación alguna con costes reales, no ha impulsado al fabricante nuestro a incrementar su oferta, y esto porque el grupito de empresarios nacionales se halla enteramente enroscado e impide mediante agentes burocráticos corruptos y corruptibles el bloqueo de posible nuevos fabricantes a quienes ellos jamás le darán luz verde. Se trata de un oligopolio u oligarquía nacional propia de la mezquina y rentista y parasitaria burguesía criolla.

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[1] Todas nuestras variables macroeconómicas parecieran responder-de hecho lo hacen-a intereses contrarios a nuestro autónomo desarrollo económico. Autonomía no significa autarquía, sino soberanía en materia de decisiones no intervenidas por países que mal podrían tener interés en nuestro progreso si en ello les va frenos a la opresión colonial burguesa que vienen ejerciendo sobre nuestro país desde la comercialización concesionaria del petróleo. El PTB, por ejemplo, es expresado en dólares o en Bs.F, pero con ello se esconde la producción en especie, o sea, cuántas papas producimos como valores de uso, cuántos barriles de petróleo exportamos. La simple expresión en dinero de un barril de petróleo pareciera insinuarnos que nuestro circulante vaya creciendo según ese PTB y con ello abundaría la moneda nacional que facilitaría y hasta justificaría una devaluación monetaria tras otra. Sin embargo, si a ver vamos, mientras más cara resulte una divisa menos propensión tendremos para comprarla y con ello frenaríamos la fuga de las que dispongamos.

[2] Recuerdo que los bodegueros, sin conocer a Gresham, cuando regía el patrón oro y plata, rechazaban los llamados "mediecitos lisos", tan lisos que no se les veía la silueta de El Libertador ni el correspondiente Escudo Nacional. Se supone que eran monedas que habían circulado mucho ya que ellas suelen hacerse en bajo relieve para proteger las grabaciones correspondientes. Los comerciantes tenían razón en virtud de que se trataba de monedas que había perdido peso en plata, a diferencia de las monedas de oro que circulaban de mano en mano con la mayor delicadeza en su manipulación. La calderilla actual de Venezuela, por el contrario, no circula por ser inmanejable y porque con ellas ya no se puede comprar nada. Debemos reconocer que quien dispuso tal cono monetario no sabía nada de esto o fue sencillamente manipulado o sorprendido en su buena fe. Se están deteriorando muchos billetes, inclusive los de Bs.F. 100.



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Manuel C. Martínez


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