Corrían los mil ochocientos y las tropas del imperio español devastaban nuestros pueblos, el general realista Morales escribía a su Capitán General en 1815: “No han quedado ni reliquias de esta inicua raza en toda costa firme –informaba desde el Oriente del país- Con brevedad marcho para el rinconcillo de la miserable Margarita…” en otro informe, señalaba: “Para extinguir a esta canalla era necesario no dejar uno vivo y así es que en las últimas acciones habrán perdido de una y otra parte más de 12.000 hombres, pero afortunadamente todos los más son criollos y muy raro español. Si fuera posible arrasar con todo americano sería lo mejor (…) Estamos en el caso de extinguir la generación presente porque todos son nuestros enemigos…” (Bolívar: acción y utopía del hombre de las dificultades, Miguel Acosta Saignes). Años difíciles, aquellos para la causa independentista, de ofensiva imperialista contra nuestra patria. De aquellos años, el genio del Padre Libertador Simón Bolívar, quien apenas con 29 años a cuestas, un joven patriota, de su puño y letra responde bravíamente a la barbarie imperialista que amenazaba con el genocidio de las y los venezolanos de entonces: “Nosotros somos enviados a destruir a los españoles, a proteger a los americanos y establecer los gobiernos republicanos que formaban la Confederación de Venezuela”. (…) “Tocados de vuestros infortunios, no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacían experimentar los bárbaros españoles, que os han aniquilado con la rapiña y os han destruido con la muerte; que han violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las capitulaciones y los tratados más solemnes; y en fin han cometido todos los crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más espantosa desolación”. (…) “Todo español que no conspire contra la tiranía en favor de la justa causa por los medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo y castigado como traidor a la patria, y por consecuencia será irremisiblemente pasado por las armas. Por el contrario, se concede un indulto general y absoluto a los que pasen a nuestro ejército con sus armas o sin ellas; a los que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se están esforzando por sacudir el yugo de la tiranía”. (…) “Y vosotros, americanos, que el error o la perfidia os ha extraviado de la senda de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarríos, en la íntima persuasión de que vosotros no podéis ser culpables y que sólo la ceguedad e ignorancia en que os han tenido hasta el presente los autores de vuestros crímenes, han podido induciros a ellos. No temáis la espada que viene a vengaros y a cortar los lazos ignominiosos con que os ligan a su suerte vuestros verdugos. Contad con una inmunidad absoluta en vuestro honor, vida y propiedades; el solo título de Americanos será vuestra garantía y salvaguardia. Nuestras armas han venido a protegeros, y no se emplearán jamás contra uno solo de vuestros hermanos”. (…) “Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables” (Proclama, Simón Bolívar, Cuartel General de Trujillo, 15 de junio 1813).
Esa Proclama, era la respuesta que daba el joven patriota contra quienes azolaban la patria de muerte y destrucción, no podía ser otra la respuesta, sino esa Proclama libertaria, contra los enemigos de la humanidad. En comunicación a Manuel Antonio Pulido, gobernador de Barinas, el 18 de agosto de 1813, el Padre Libertador le exponía sus ideas sobre la organización en tiempos de guerra a muerte: “Mientras más resortes haya que mover en una máquina, tanto más lenta será su acción; más si no hay sino un solo resorte, gira con rapidez y son más sus efectos. Simplifiquemos, pues los elementos del gobierno, reduzcámoslos a un resorte si es posible, y hará en menos tiempo más utilidades que los perjuicios reales que con muchos resortes haría por dilatado tiempo…” (Doctrina del Libertador Simón Bolívar, Biblioteca Ayacucho, Compilación, Notas y Cronología: Manuel Pérez Vila). Así respondía, el Padre Bolívar, ante los efectos perversos que la burocratización pudiera causar a los gobiernos patriotas y su Ejército: “girar con rapidez” y serán mayores nuestros efectos.
Importante traer sus ideas a nuestras memorias, al colectivo nacional, para vernos en ellas y seguir su ejemplo. La ofensiva imperialista, arreciada en estos comienzos de 2015, no debe colocarnos en las posturas del llamado doctor pensemos, o actuamos o esta Patria sucumbe ante tamaña agresión. Sanciones unilaterales; asesinatos de líderes revolucionarios; desinformación mediática, intentando colocar nuestra Patria ante los ojos del mundo como un Estado fallido, violador de los DDHH, los cuales no tuvieron tanta vigencia como hoy lo tienen; colocar al escarnio público internacional la dirigencia revolucionaria, como es el caso del camarada Diosdado Cabello Rondón, a quien manifestamos nuestra mayor solidaridad y respeto; sometimiento a nuestro pueblo a la mayor guerra psicológica a que se sometiera pueblo alguno en la historia de la Humanidad, solo con el fin de revertir su conciencia de ser libres; nuestra Fuerza Armada Bolivariana, sometida a infinitas presiones buscando socavar su moral y la unidad cívico-militar, uno de los mayores logros de nuestro Comandante Hugo Chávez; finalmente, sometimiento a nuestro pueblo a políticas de caos económico, ya implementadas en los tiempos del Presidente Salvador Allende, pero incrementadas en crueldad y perfeccionadas en estos tiempos que corren, obstruyéndoles los caminos para que nuestro pueblo pueda adquirir sus alimentos básicos y sus medicamentos. Delitos de Lesa Humanidad, se practican a diario contra nuestro pueblo. No es hora de diálogos con los verdugos que ejecutan sus matanzas, sino de respuestas contundentes, tan contundentes, como las promovidas por el Padre Libertador Simón Bolívar, en esa hora de ofensiva criminal imperialista, de 1813.
Y mientras, el imperialismo arremete libremente contra nuestro pueblo, el Gobierno luce paralizado, apenas el Presidente Maduro da luces sobre cómo actuar, pero sus colaboradores y colaboradoras parecieran aquella máquina de muchos resortes que nombrara el Padre Libertador, sus lentas actuaciones atentan contra la paz y la seguridad de la República y el futuro político de la Revolución Bolivariana, herencia histórica legada por el Padre Libertador, Hugo Chávez Frías. El Presidente Maduro, apenas se limita a presionar verbalmente: "A partir de mañana arranca la ofensiva de revisión de todas las distribuidoras del país, de todas los mayoristas, vamos apretar las tuercas", señalaba el pasado 21 de enero; “Tengo las pruebas, tengo denuncias de sus trabajadores de que esconden productos desde hace dos años”, “o rectifican o el Estado actuará junto con los trabajadores, ya basta de que estén saboteando”, decía en un acto público el 23 de enero; tanto ruido, para convocarlos a Miraflores, a firmar un “ultimátum de respeto a las leyes”, ¡a respetar las leyes!, a quienes, solo reconocen como Ley al “Dios mercado” y sus leyes: libertad de precios, divisas sin control, libertad para imponer sus condiciones al consumidor o consumidora, máxima ganancia, imposición del factor capital sobre el trabajo. "He sembrado dragones y cosechado pulgas" diría en esta hora, el Comandante Chávez, parafraseando al viejo Marx, quien a su vez citaba las palabras de Heine.
Las presiones de las huestes imperialistas, insolentes presiones, se constituyen en desafíos abiertos al Gobierno legítimo que, las y los venezolanos, nos dimos libremente el pasado abril de 2013. “El gobierno además de un mal desempeño económico tiene ahora encima una caída de los precios petroleros que implica que tiene que tomar decisiones estrictas en materia fiscal y lo que estamos es instando al gobierno que las tome cuanto antes”, señalaba Jorge Roig, Presidente de Fedecámaras, el pasado 12 de noviembre 2014; con el característico cinismo de quienes se creen tener a Dios agarrado por la chiva, señalaba el mismo Roig: “no voy a comprar esos de que la gente está contenta, existe un nivel de descontento y angustia. También hago colas y observo el descontento de la gente en las colas que hago”. Al menos, manifiesta algo que pareciera no hacen los funcionarios y funcionarias gubernamentales, hacer la cola. Si siguieran el ejemplo del enemigo de clase, quizás apreciaran con mayor nitidez, la urgencia de actuar, hacer algo y ya, para luego es tarde. Hacer cálculos políticos en vista de la parlamentarias decembrinas, y jugar con el momento político, pudiera ser fatal; este pueblo, aprendió a pasar factura, y así como viene observando quienes están detrás de esa jugada política de esconderle sus medicinas y alimentos, también observa a un Gobierno incapacitado de actuar diligentemente en las soluciones que el problema amerita, ambos pudieran ser criminales, uno por actuación y el otro por omisión.
Bolívar, siempre el Padre Libertador, ante una circunstancia grave contra nuestro pueblo, actuó como se debía actuar, empuñando su espada contra los enemigos de la Patria. Hoy, nuestro pueblo, reclama esa misma actitud en sus dirigentes bolivarianos, ¡basta de operativos!, requerimos soluciones permanentes. La Constitución, nuestra Constitución, obliga al Gobierno y al Estado como un todo, a garantizar la Soberanía Alimentaria de nuestra población. Nos preguntamos del por qué, dejar en manos de privados, algo tan estratégico para la vida de un pueblo como lo es su alimentación, su salud. Es hora ya, Presidente Maduro, que todas las cadenas de alimentos y medicinas (distribución, producción, importación y exportación) pasen a control estatal, en cumplimiento del mandato constitucional de garantía de la seguridad alimentaria y la salud de nuestra población. Aunque, en su informe anual, el Presidente Maduro, mencionaba que no era el momento, estamos convencidos que no se debe seguir regalando los dólares de la República a esa burguesía parasitaria, para que se sigan enriqueciendo, mientras prometen a los funcionarios gubernamentales, importar lo que necesita nuestro pueblo. A manera de ejemplo, a través de Cencoex, se liquidaron de enero-agosto 2014, 2.234.251.422,32 de dólares, y el año pasado, el pueblo venezolano, pudo sentir la mayor escasez de medicamentos en toda nuestra historia, acotando que fue en los enfermos de hipertensión, donde mayor afincaron su criminal política de escasez inducida, las cámaras farmacéuticas privadas, jugaron con nuestras vidas. Recientemente, el vicepresidente para la seguridad y soberanía alimentaria, Carlos Osorio, denunciaba que Lorenzo Mendoza, el mismo del golpe de abril de 2002 y de toda cuánta conspiración se haya librado contra nuestro Comandante Chávez y el pueblo venezolano, pretendía “vender el kilo de su harina de maíz a Bs 500,00”, obtener ganancias exacerbadas, aprovechándose de las privaciones a las que someten a nuestro pueblo, un vulgar delincuente.
Nuestro pueblo, reclama mayor energía y actuaciones del Gobierno Bolivariano, el mismo espíritu de nuestros padre Libertadores: Bolívar y Chávez, la misma valentía que motivara al presidente Antonio Guzmán Blanco, a enfrentar las huestes de la burguesía comercial, que le amenazaba en su mandato, separándose de su cargo en noviembre de 1871, para salir a enfrentarlos con las armas de la República, proclamaba entonces: “El partido oligarca estrellará contra nosotros todos sus hombres y todos sus elementos, como los ha venido estrellando hasta ahora; y cuando exánime y vencido en todas partes y de todos modos, se contemple sin porvenir posible, desaparecerá. Ese, que será el último de sus días, va a ser el primero de los de la República legal”.
Caracas, 01-02-2015