No está demás, pese lo obvio, admitir que sabemos de política cambiaria, tecnicismos de la economía, tanto como de sanscrito. Pero no obstante la falla descomunal que nos agobia, los hechos con toda su contundencia, nos dicen muchas cosas.
He venido diciendo en reuniones entre compatriotas, que si el presidente Maduro tiene necesidad de acrecentar su confianza en la calle, tanto como fuese necesario, lo primero que debería hacer es cambiarle la cara a su tren ministerial. Acabar con esa práctica habitual y ya ancestral del enroque, como si en el chavismo no hubiese gente capacitada para ocupar con eficiencia pertinente esos cargos. Como también con esa manía de crear ministerios para cada cosa y cargar a ministros que no pueden con un cargo con unos cuantos que los espaturran, como si pensara, por el contrario, que está rodeado de titanes. La excesiva confianza en unos pocos, que no es sino desconfianza en los más, aquellos ajenos al grupo, patota o macolla, pareciera hacernos demasiado daño. Vieja herencia de aquella izquierda mezquina y acorralada.
Aunque a los de arriba les cueste creerlo, desde que el gobierno o funcionarios de confianza del Estado, como Ricardo Sanguino y Jesús Farías, presidente y vicepresidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, "anunciaron" –uso esta palabra exprofeso- que había sido "perforado" el sistema de asignación de divisas y sustraído casi hamponilmente la suma de 20 mil millones dólares, en los de abajo se fortaleció la idea que a la ineficiencia, de la cual ya había hablado Chávez cuando reclamó la aplicación de "los tres R", se había unido la corrupción; la de los de fuera que están en el negocio y la de los de adentro que trabajan en equipo con los primeros o son incompetentes para contenerlos. Es generalizada la idea pues que, el gobierno está seriamente afectado por la ineficiencia y la corrupción, sin negar por supuesto la declarada guerra económica que incluye maniobras oscuras, aunque se les ve fácilmente, contra la política cambiaria del gobierno que no da pie con bola y la distribución de mercancías. La respuesta ha sido tal que los denunciantes optaron por subsistir, lo que implicó callar y no hablar más del asunto y de las famosas listas.
Hoy se dice por distintos medios, tanto desde un lado como otro, que aquella cifra anunciada por los diputados anteriormente mencionados se quedó pequeña, pues ahora ronda los 350 mil millones de dólares. Mientras tanto, es ya un hecho visible, las importaciones de productos básicos de consumo e intermedios, se han reducido sustancialmente; conste que esta palabra la hemos escogido como misericordiosamente. Circunstancia ésta que es aprovechada para especular sin clemencia.
En los últimos años de Chávez presidente, el grupo encargado de dirigir la economía y la política cambiaria, en el cual estaban Giordani y Merentes, se cansó de decirnos y más que eso entusiasmarnos con la idea de "ahora sí es verdad que le vamos a torcer el brazo al dólar paralelo"; pero pese tanto optimismo, a los pocos días se manifestaba el fracaso de los técnicos oficiales; conste que todavía no se hablaba de "Dollar to Day".
Recientemente el presidente Maduro, ya en ausencia de Giordani pero con la aparentemente sempiterna presencia de Merentes, optó por una política que llamaron, como quien llora a un muerto, de "ajuste", que al final tomó la figura implacable de una devaluación desbastadora y por supuesto desató una carrera inflacionaria que pareciera no tener consideración, aunque según los técnicos debería llevarnos a los debidos y deseados equilibrios. En esta oportunidad, al anunciar un sistema cambiario "libre", donde el valor del dólar flotase como una tripa de camión en el mar, la divisa oficial se fue arriba, como en persecución del dólar paralelo, en una carrera como la de los galgos que, en el canódromo, inútilmente corren tras la supuesta presa.
Ante tal situación, uno sólo escucha a funcionarios importantes del gobierno, hasta los "técnicos", quienes deberían tomar las medidas del caso, sin dejar de seguir amenazando con torcerle el brazo al dólar paralelo que les pone en tela de juicio, buscando culpables en el bando enemigo, desde donde hacen lo que quieren hacer para destruir al gobierno bolivariano, acusar a "Dollar to Day" de desestabilizar nuestra política cambiaria. Lo más preocupante es que pareciera que con eso se conforman y creen conformar a todo el mundo.
¿No hay otra solución a ese problema, salvo esperar que "Dollar to Day" se conduela de nosotros, sobre todo de quienes estamos obligados a ir al mercado, no a comprar dólares sino los alimentos básicos e indispensables?
¿Si tenemos dólares suficientes, no porque uno lo crea, sino el gobierno lo dice, entre otras maneras "porque la fluidez de caja de PDVSA es más que suficiente", cuál es la razón para que el dólar oficial, el "libre", continúe empeñado en alcanzar la liebre y la inflación nos deje los bolsillos secos, sobre todo a quienes vivimos de un salario que está anclado? ¿Por qué los dólares oficiales se muestran tan esquivos? ¿Acaso la estrategia cambiaria consiste en ponerles a jugar al escondido o simplemente la "fluidez de caja" no es como la pintan?
Creo que nuestros "técnicos", los encargados de manejar la política cambiaria y los del área económica en general, con segundo énfasis en aquellos que deben promover la producción, llegaron al límite de su capacidad. También creo que "caiga quien caiga", llegó el momento de deshacerse de los corruptos. No hay problema sin solución. No puede ser imbatible una estrategia opositora en un país privilegiado que, pese las dificultades, todavía goza de una fabulosa reserva petrolera.
Ganamos elecciones tras elecciones, podríamos hasta ganar también las legislativas de ahora, pero en materia económica estamos atrapados en un pantanal y detenidos en la tarea a cumplir de acuerdo al "Plan de la Patria". Y, esto último, podría pasarnos la cuenta a la hora de escoger.
¿Vamos a seguir escondiendo la lista de quienes según las fuentes oficiales parecen habernos dejado en el esterero? ¿Vamos a seguir permitiendo que los perros cuiden la carne?
Insistiré en decir o recomendar al presidente Maduro, mirar más allá de la cerca o anillo que tiene frente a sí. ¡No deje le estrechen los espacios! ¡Afínquese bien donde es debido!