El dólar paralelo equivale o proviene de una mala praxis de la tasa máxima de ganancia contemplada en la Ley de Precios Justos

El criterio oficial pareciera ser que la ganancia viene del mercado y no de la fábrica

  Precio  justo de compra y Precio Justo de Venta.

El consumidor se está preguntando por qué los precios suben y suben cada semana a pesar de los gigantescos e innegables controles de precios, de acaparamiento y  de antibachaqueo que practica la Superintendencia de precios; se pregunta y duda de que los precios admitidos por ese organismo sean justos

 

De partida, la regla de oro del comercio burgués se conoce como: “Mínimo costo y máxima ganancia”,  al punto de manejarse la idea de que la ganancia procede de esa diferencia y no de la explotación lograda en fábrica.

 

Efectivamente, esa regla invita  a conseguir una máxima diferencia entre esos dos tipos de precios, el de compra y el de venta, para lo cual compraría a precios bajos y vendería a precios altos, siempre que haya demanda.

 

Generalmente, el componente del precio de compra de los insumos de cualquier mercancía priva sobre el monto de los salarios involucrados por lo que los precios altos de costo suelen traducirse en precios altos de venta. En consecuencia, pareciera que el Estado sobrentiende y da por seguro que cada empresario busca comprar más barato, de acuerdo con aquella regla de oro. No siempre es así.

 

Nos preocupa, además, que la Superintendencia de Precios Justos parece  desentenderse del precio  justo de compra de los medios de producción de las fábricas, y, lo peor y más determinante en los procesos inflacionarios, ella sólo está vigilando los precios injustos de bienes importados con dólares preferenciales y su posible falsedad al comprar con este tipo de dólares y registrar en libros a precio del llamado mercado paralelo Hablamos así de un precio ilegal.

 

Sin embargo, al respecto, venimos denunciado que la Superintendencia no está haciendo respetar la tasa máxima de ganancia media[1], como si la ganancia  la ofreciera el mercado, y no la explotación de asalariados o en la fábrica.

 

Por supuesto, toda compra a precios ínfimos de los medios de producción implicaría una mala calidad de los insumos y una pobre dotación y organización de los medios de trabajo que al vendedor poco les importa mientras su oferta cuente con demanda.

 

En el caso actual, ya no sólo se trata de precios de compra mínimos, y este es el caso: por ejemplo, una mercancía comprada a 100, con una tasa de 30% como ganancia máxima, es vendida a 130 o menos, y todo parece legalito hasta allí, pero está ocurriendo  que el primer intermediario recarga su respectivo 30% para revender a 169 porque ahora el precio justo  de compra, para él =130 en lugar de 100,  cosas así, en lugar de que el primero venda a 115 = (100 +15%), y el segundo a 132,25 = (115+15%) como precio máximo de venta o precio justo de venta, bajo el criterio de que la ganancia parte de la fábrica. O sea, esa tasa = 300 la estarían aplicando tantos comerciantes como revendedores encadenados haya en el mercado de cada mercancía.

 

Y-así lo pensamos-es esa mala praxis de la tasa máxima de ganancia la fuente de las alzas en el dólar párelo.

04/04/2015 07:42:13 a.m.


[1] La tasa media de ganancia es el resultado de calcular todo el capital fabril y comercial empleado en la fábrica y todos sus intermediarios hasta que la mercancía llega a la bodega de la esquina, y luego de contar a  los comerciantes involucrados, dividir la tasa máxima entre tantos capitalista como haya en esa cadena.



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Manuel C. Martínez


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