Un grupo de hombres y mujeres, gritaban y bailaban bajo los efectos del licor, cuando de pronto apareció un carro fantasma y de su interior salió una ráfaga de balas que impactaron en los cuerpos de aquellas personas que vivían concentrados en sus vidas, sin importarles la de los demás.
Ese párrafo pareciera anunciarnos un cuento sacado de la imaginación de alguna mente loca, desquiciada y sin tener nada qué hacer. Pero se equivoca quien así pensó. Ese párrafo es arrancado de la vida real. Es un pequeño reflejo de lo que viven los habitantes de la Urbanización AltaVista Norte, en las inmediaciones de las Residencias AltaVista I y II, en Puerto Ordaz, estado Bolívar. Urbanización de clase media, cercana a la sede de la Corporación Venezolana de Guayana, donde conviven chavistas y no chavistas. Pero, ¿qué es lo que está pasando en sector? Veamos:
Esa era una urbanización tranquila y segura, antes de que se le ocurriera a alguien montar un supermercado con el rótulo de “24 horas al día”. Al principio todos los residentes estaban contentos, pues podrían hacer sus compras en ese establecimiento. Eso valoraba las viviendas. Pero la alegría duro poco. El establecimiento estaba autorizado para vender bebidas alcohólicas las 24 horas de día, y se unía al cinturón de negocios de comida, en el perímetro del estacionamiento público construido para beneficio de la comunidad y en especial para los residentes y bancos que allí se ubican. Lo que de inmediato generó estos problemas: refugio de hombres y mujeres alcohólicos que beben licor sin parar ni siquiera para comerse un pan. Duermen tirados en el suelo, cercano a la licorería. Hay que señalar que existe otra a tan solo 100 metros de la del supermercado; olores fuertes de orine y aguas putrefactas, producto de los kioscos vendedores de hamburguesas; pique de carros, con escapes sonoros; un basurero que es un criadero de moscas que afectan la salud de residentes los edificios; sirenas que atormentan a los habitantes y perturban el sueño; gritos y discusiones a altas horas de la noche y hasta las seis de la mañana, por parte de hombres y mujeres refugiados alrededores de sus vehículos; gestos obscenos y hasta relaciones sexuales dentro de los carros, y en las zonas oscuras del lugar…
II
Existe un módulo policial en el centro del establecimiento, según para poner el orden y brindar seguridad para los residentes. Vean lo siguiente: hace meses mataron a un joven frente al estacionamiento, mediante una operación de sicariato. ¿Y saben qué? las personas que estaban sentadas comiendo en los kioscos del hambre, siguieron como si nada. Y un joven asesinado a sólo metros de ellos. ¡Dios mío! Hasta el respeto por los muertos se ha perdido. Los robos en los apartamentos se ha triplicado, así como el desvalijamiento de vehículos. ¿Y la policía? Bien gracias. Hoy el famoso módulo es sólo un elefante blanco, pues tan sólo se queda un policía durmiendo sin que le importe un pito lo que pasa a metros de su cama. ¿Qué funciones cumple ese modulo? La gente comenta… y con razón.
Los vecinos están hasta la coronilla. Por lo que han iniciado una serie de acciones pacíficas en el estacionamiento, con el fin de llamar la atención al señor Alcalde José Ramón López, quien tiene, como máxima autoridad del Municipio Caroní, la responsabilidad de ponerle coto a este desastre. Todos los residentes están afectados, chavista y no chavistas, por esta bebezón de aguardiente y por todo lo demás. Urge, señor alcalde, su presencia en el estacionamiento del hambre, y tomar las medidas pertinentes para que la paz, la tranquilidad y el convivir vuelva a reinar en esta Urbanización. ¡VECINO, has presencia en las acciones que se están tomando y asume tu responsabilidad de velar por tu bienestar y el de los tuyos!
¡Volveré!
Puerto Ordaz, 7 de abril de 2015
