Con las medidas relativas a la asignación de dólares electrónicos y viajeros, ahora exclusivamente manejados a través de la banca pública, se ha podido observar una avalancha de tal magnitud con colas kilométricas, apenas comparadas con las que se hacen en los abastos y supermercados cuando se corre la voz, especialmente a través de las redes de comunicación montadas por las mafias del bachaqueo, de que ha llegado tal o cual producto.
Es decir es un nuevo insumo para los medios de la derecha y para que abonen los argumentos de campaña contra el gobierno, más ahora cuando estamos a las puertas de una nueva elección de carácter nacional.
Pero es además que paralelamente a las colas ha surgido una nueva modalidad de corrupción con la aparición de gestores, que en dichas colas se ofrecen para agilizar el trámite, con el argumento de que tienen dentro del banco la conexión para lograrlo, a cambio de cantidades que apenas comenzando el operativo ya llega, en algunos casos hasta la suma de 25 mil bolívares.
Ahora bien si el gobierno se lo propusiera esta sería una buena oportunidad para detectar una buen porcentaje de potenciales raspacupos que hacen cola y que por su simple aspecto de personas humildes se nota a leguas que lo menos que harían con los dólares sería viajar y que solo son personas reclutadas por las mafias para que una vez obtenida la tarjeta, operen las prácticas que permitan seguir extrayéndole a nuestras reservas, millones de divisas como hasta ahora.
Como sabemos las mafias tienen organizaciones que con el tiempo se han venido perfeccionando y que se encargan de elaborar todo el papeleo.
Por ello es de suponer que de ahora en adelante, si se quiere aprovechar que la concentración de todo ello en la banca pública permite reducir el campo para una investigación y seguimiento, con un poco de voluntad política e inteligencia, es posible, incluso llegar hasta las mafias que manejan el entramado de expoliación de nuestras divisas, pero además fuente que alimenta el llamado mercado negro, que ahora aparece más lleno de vida que nunca y de una vez poner al descubierto a la nueva modalidad que ha hecho de la expedición de tarjetas por parte de la banca oficial, una fuente más para la corrupción, que es lógico pensar tiene complicidad de funcionarios dentro de los bancos.
¿Una terrorista a la Asamblea?, ¿Culpa de quién?
Aquí en el Táchira tiene que haber dignidad, o si no, habría que aceptar que estamos definitivamente destinados a continuar dando los tristes espectáculos que ya vivimos con las mal llamadas guarimbas que no fueron otra cosa que terrorismo puro.
Pues bien una de la figuras más emblemáticas de la violencia a la que todo el mundo vio montada en una camioneta frente al Fiscalía arengando a los facinerosos bajo sus órdenes, del monstruo de Ramo Verde y de la inefable María Violencia para arremeter contra las instalaciones de esa institución, tiene la desfachatez de venir al nuestro Estado a buscar ser elegida diputada a la Asamblea Nacional,-
Hay que aceptar que en realidad no sería su culpa si sale electa, lo cual es muy posible a sabiendas de que aquí la oposición vota así sea por un jumento siempre y cuando se oponga a la revolución,, la culpa seria de la lenidad de las autoridades precisamente de la misma Fiscalía, que como víctimas, no procedieron aplicar la justicia con todo su rigor, y ahora corremos el peligro y la vergüenza de que esa desquiciada llegue a ocupar una curul en la más alta instancia del poder legislativo, lo cual sería igualmente bochornoso pues bien sabemos que ese personaje siniestro, busca llegar a ese cargo, para utilizarlo en sus planes terroristas haciendo uso de la inmunidad que las leyes le darían como diputada y ofrecérselo a sus amos del Norte.
Es degradante para nuestro estado el que en los anales de nuestra historia se registre en el futuro que aquí se eligió a una criminal como ella, para que nos representara, y más luego de conocer su trayectoria de conspiradora al sueldo del imperio lo que la convierte además en traidora a la Patria.
Que sea lo que Dios quiera y si sale electa, que sirva para que con su actuación le enrostre a sus electores, la sin razón de haberla llevado a esa posición, y así se arrepientan alguna vez de pensar, más con el odio que con la razón y el amor por nuestra tierra. a la que algún día deberemos desagraviar.