Me limitaré a citar una anécdota antiambientalista y ustedes sacarán sus conclusiones. Por supuesto, el gran culpable en última instancia es el dólar de EE UU., en estos momentos en que los imperialistas burgueses declaran sin tapujos no querer ni interesarles la historia; que eso es para los pendejos*.
Este es el caso anecdótico: Un funcionario público otorgó permiso a una famosa transnacional de comida chatarra para que ella hiciera reformas parciales en las calzadas, aceras e isla de una importante y emblemática vía de una capital de Venezuela, a fin de que así le quedara expedito el acceso a su comercio en cuestión.
Me tocó pasar por ese escenario de muertes, a eso de las 6:40 am por el negocio favorecido con dicho permiso. Me di cuenta de que estaban talando unos 100m o más m de antiguos y gomeros árboles y no tan antiguos, un sacrificio muy corriente por parte de una transnacional en su "patio trasero", todo para complacerla en su mortal ejecución del proyecto de adaptación a sus intereses foráneos y comerciales.
Como me esperaban mis alumnos a eso de la 7:00 am, me limité a reportar la matanza que ya se había consumado en su mayor parte, con viejísimos árboles, y otra parte de ellos estaban marcados para morir esa misma mañanita.
Esa tala la hicieron a muy tempranas horas, por aquello del bajo tráfico prematutino y porque este talador y asesino de flora ajena estaba consciente de que alguien chillaría y los interrumpiría en su lesiva acción antiecológica. Seguí derecho hacia mi trabajo y pasé el dato a personas ambientalistas que lograron detener el sacrificio de los árboles que estaban ya condenados a muerte súbita.
Lamentablemente, estos hechos pareciera que ya se olvidaron o no aparecen en ninguna memoria oficial, cosas así.
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* Cada año de ejercicio económico deja de interesarle al capitalista, absorto como debe estar ante el nuevo que se halla en plena ejecución. La Contabilidad burguesa carece de historia por naturaleza propia.