¿Quién en este país puede negar la ineficacia de un Estado Burócrata? ¿Quién puede negar que muchas empresas expropiadas sean hoy día pura basura? ¿Quién puede negar que el amiguismo, el compadrazgo, y el tráfico de influencia siguen como si nada? ¿Quién puede negar que existen torturadoras colas para adquirir los pocos alimentos que nos ofrece Abastos Bicentenario, Pdval, Mercal, Makro, etcétera? ¿Quién puede negar que la corrupción siga creciendo y creciendo en las narices de nuestro Presidente Nicolás Maduro? ¿Quién puede negar que exista una escasez bárbara en todo el país? ¿Quién puede negar que la burocracia cada día sea más grande e inoperante? Pero a la par, ¿quién carajo, puede negar que hay una guerra económica, a nivel nacional, con la intención de hacer morder el polvo al gobierno de Nicolás Maduro? Quién puede negar la existencia de una oposición que se alía hasta con el diablo con tal de derribar al gobierno revolucionario? Se necesita ser miope para no entender que la derecha venezolana no duerme, sino pensando con quien se asocia para dañar a la patria de Simón Bolívar y de Hugo Chávez. No importa que sea un Felipe González. Un Álvaro Uribe, entre tantos ex presidentes cavernícolas que andan de payasos, alborotados con la lloradera de la oposición. Está oposición vende hasta al diablo si pudiera a su país, con tal de no verle la cara más al chavismo.
Haber… ¿quién puede negar la felicidad que embarga a los viejitos y viejitas de la tercera edad, quienes antes éramos olvidados y desechados? ¿Quién puede negar la atención que se les presta a los niños y niñas de la patria? ¿Quién puede negar que hoy día la atención médica llega, de forma gratuita. a todos los rincones de Venezuela? ¿Quién puede negar que el Seguro Social le diera un vuelco a su actitud al afiliar al sistema a casi tres millones de personas? ¿Quién puede negar que hoy día la educación llegue a niños, niñas, jóvenes, adultos y a los viejitos de manera gratuita? ¿Tenemos problemas? Sí los tenemos. Pero eso no justifica que se quiera descalificar y tumbar a un gobierno, porque no le guste al señor Obama o a los lacayos de la oposición.
Los pueblos que tienen dignidad no se rinden ante nada. Así sea frente al más poderoso imperio de la tierra. El ejemplo del pueblo cubano es ejemplar. Así como la heroicidad del pueblo vietnamita, quien hizo morder el polvo a los soldados yanquis. Los venezolanos somos un pueblo guerrero de la paz y la libertad. Así nos enseñó nuestro Libertador Simón Bolívar. Él tuvo, en su época de lucha, sus enemigos. Los enemigos de siempre. Aquellos que se oponen a la libertad, a la soberanía, a la justicia, a la atención a los más desposeídos, y quienes no osan esconder sus sueños de entregar al país al imperio. Siempre fue así. Hoy los herederos de Santander los tenemos agrupados en un parapeto llamado MUD. No tengo porque recordar a los vende patrias el pensamiento histórico de Simón Bolívar. Algunos de ellos han leído algo de la historia de este pueblo guerrero. Y no toleran que la revolución bolivariana se haya inspirado en el pensamiento bolivariano. Por eso se mantienen alejados del reconocimiento a nuestros próceres. Ellos prefieren a su amo Obama.
Los pueblos con dignidad no se rendirán jamás ante las adversidades. No podemos optar entre arrodillarnos o erguirnos como un portentoso árbol de raíces enterradas en lo más profundo de la tierra. La ruta es clara: luchar hasta vencer. Sería bueno recordar como andaban los hombres y mujeres que acompañaron a Bolívar en sus batallas, ganadas o perdidas. Eran personas desnutridas, famélicas, algunas, de vestimenta roída por el tiempo; en alpargatas algunos, otros con los pies desnudos sobre el estribo, y con una lanza en la mano, impulsados por un corazón grande. Un corazón que amaba a la patria, y a su vez anhelaban la paz, y que estaban conscientes que para ganar la paz, había que ganar la guerra contra el imperio español. Por eso y por mucho más ahora, en la actual coyuntura, no podemos rendirnos ante el imperio estadounidense. Tenemos que vencer al enemigo interno y al externo. ¡Aquí nadie se rinde! ¡Patria o imperio! ¡Vivan los pueblos libres del mundo!
¡Volveré!
Puerto Ordaz, 2 de mayo de 2015
Por Teófilo Santaella