Pildoritas 60 (año VIII)

El tiempo es inexorable, cuando se pierde es irrecuperable

Muchas veces por extemporáneas las medidas que se toman resultan o inapropiadas o inefectivas sencillamente porque como lo indica el vocablo, no era el tiempo para tomarlas, pues sucede con ellas aquello de que es peor el remedio que la enfermedad, o que simplemente lo que se quiere corregir se ha arraigado de tal manera que no hay fuerza humana, a no ser que se salga de los parámetros legales que pueda sacar de raíz el mal que, en este caso, aqueja a la mayor parte de la población venezolana hasta el punto de que en el ambiente se siente la pesadez de situaciones que cada vez más, dificultan el acceso a los bienes de consumo, por su ausencia de la oferta o por la inaccesibilidad a los precios que se han disparado de tal manera, a todos los niveles de comercialización que no hay ingresos, al menos los percibidos como salario, que alcancen, lo cual nadie duda opera de manera negativa contra la gestión de gobierno, pues son muy pocos los que exculpan al sector oficial de sus padecimientos y aunque haya conciencia. que la llamada guerra económica es una realidad y una perversión creada por el sector opositor, con la ayuda de factores externos de poder, no le perdonan el que después de dos años todo los que ha conspirado contra el bolsillo y el estómago de los venezolanos se haya incrementado en lugar de disminuir, pues las medidas tomadas han resultado, muchas de ellas inoperantes, otras insuficientes y las más pareciera que estaban previstas por parte de quienes planificaron la guerra y a su vez montaros la acciones para contrarrestar las posibles respuestas.

De otra manera, no se explica el por qué el venezolano común tiene que enfrentarse, cada día, con los factores que actúan como misiles en esta guerra y que no son otros que el acaparamiento, la escases, los altos precios, el contrabando al menudeo del bachaquerismo todo arropado por la impunidad, uno de cuyos casos emblemáticos, es por ejemplo la puesta en libertad por parte de un juez del Táchira, del zar del contrabando, personaje que todo el mundo sabe actuaba desde hace muchos años de la manera más descarada, infringiendo las leyes e inundando los mercados del otro lado de la frontera con nuestros productos, propios e importados.-

Por otro lado esta guerra tiene una característica que la convierte en el arma más importante del sector opositor, sencillamente porque fue la manera más fácil que encontraron para desprestigiar la Revolución, haciéndola lucir como incompetente para evitar los efectos que dicha guerra está causando, no solo a las personas en forma individual, sino lo que es peor al seno familiar y colectivos enteros, lo que hace más eficaces los resultados positivos para los planes del enemigo.

Aquí en el Táchira, lo que aquí afirmo se cumple de tal manera que bien puede ser tomado este estado como piloto, para demostrar hasta qué punto ha sido efectiva la estrategia contrarrevolucionaria y de cómo ha sido imposible siquiera, minimizar los graves efectos que a diario le viene causando a la mayor parte de la sociedad tachirense.

El tiempo lamentablemente se agota y cualquier medida que se tome va a quedarse corta hasta el punto de que si los objetivos previstos no pueden ser superado y lamentablemente todo conspira junto al tiempo para ello, no nos caigamos a mentiras, los resultados se van a reflejar el día de las elecciones pues alguien, medianamente versado en sociología de masas, puede inferir cuáles son las características de las reacciones de la gente, que no se detiene en consideraciones románticas ni ideológicas, sino que sencillamente, ejerce con su mejor albedrio impulsada por sus vivencias efectivas y reales, más que afectivas, el derecho que en el vulgo político se conoce colmo voto castigo.

Y lo que se puede asegurar sin ánimos de ser extremadamente pesimistas, es que la decisión no va a ser contra quienes crearon las causas de todos sus males y sufrimientos, sino contra quienes no fueron capaces de evitarlas y los llevan a pensar, lamentablemente equivocados, que con un cambio de gobierno todo se les resuelve, simplemente porque aquello de capitalismo y socialismo contrapuestos, no les significa nada si se sienten ahorcados por dificultades a las que no le encuentran explicaciones lógicas, en un país inmensamente rico, que no debería estar pasando por momentos, cada vez más prolongados en el tiempo, espacio y perversidad en los resultados.

Ahora bien, somos testigos, unos más y otros menos que a lo largo y ancho del país, el tema del día, de la semana, de los meses y ya por años, es la crisis que ha llevado a que nuestra moneda pierda la capacidad de compra, nadie entiende la razón por la cual un vehículo usado vale más que uno de agencia, cómo es que uno que costó en el 2012, 350 mil bolívares cueste hoy 1000 quinientos y hasta 2 mil bolívares y así cualquier bien o servicio, que un médico por una consulta que dura 10 minutos cobre 2 mil bolívares, que tenga que recurrir a los revendedores para poder comprar un paquete de pañales, que no consiga los medicamentos esenciales para contener el avance de una enfermedad crónica y miles de etcéteras.

La solución que asoma el nuevo ministro del área de la salud, debió tomarse hace mucho tiempo, pero hay que esperar hasta dónde es efectiva pues por lo menos aquí las farmacias se hacen las locas y en nada colaboran para que el decreto surta sus efectos.

¿Cómo es que hasta ahora se toman y anuncian medidas, que bien pudieron haberse tomado cuando apenas se iniciaban las acciones que son componentes de la guerra económica?

¿Qué fuerza oculta impidió que se detectaran los ilícitos que laboratorios, que recibieron dólares a 6.30, cometieron, al no invertir la totalidad de lo asignado en fabricar y/o importar?, el caso de Laboratorios FHARMA, seguro no es el único, y por qué no había sido detectado antes?

La razón: ¿falta de seguimiento a cada dólar que se asigna, por negligencia o complicidad?

Y lo que sucede con los fármacos se repite en repuestos, materias primas y cualquier bien que debería ser estrictamente necesario importar.

El presidente acaba de anunciar nuevas estrategias para la fijación del PRECIO JUSTO, que hace ya bastante debió imprimirse en TODOS los productos, los cual no se cumplió en muchos, y menos en los acaparados que ahora están siendo revendidos sin dicha impresión, es el caso del café, leche, arroz, azúcar, granos, en presentaciones de empacadoras piratas, así como enlatados, útiles de aseo personal y limpieza, la leche, no se diga, las marcas tradicionales desparecieron y aparecieron muchas con diferentes nombres, muestra de que la guerra económica fue preparada con precisión pues tenían preparados nuevos envases, que dicen contener "bebida láctea", las venden en las calles y en bodegas a precios altísimos y nada sucede, encima de que para ver el precio se requiere de una lupa, pues se nota que premeditadamente lo colocan casi que invisible, por lo que debería establecerse que sea de buen tamaño y resaltado a la vista de todos.

Uno puede observar cómo entre los clientes hay funcionarios de uniforme, que deberían actuar por flagrancia con la prueba en la mano y no lo hacen. ¿Quien le explica eso al común de la gente?.

Es verdad que el problema es complejo, es verdad que buena parte de la burocracia oficial es infiltrada, y opera a favor de la desestabilización, saben que nada les va a suceder si la revolución se viene abajo, es verdad que esos factores internos, más los externos y el ansia de ganancia rápida y fácil de quienes conforman el sector comercio, hace más factible el hecho de que se haya podido casi que por generación expontánea, prácticamente un ejército con mucho poder, en número e intencionalidad, bien conscientemente, sumándose a los objetivos de desestabilización o porque ven la oportunidad de lograr dividendos simplemente haciendo lo que los que si están comprometidos hacen.

En fin, no podemos caernos a coba, hay que ser realistas y al serlo no se puede dejar de reflexionar sobre los costos, por no haber reaccionado diligentemente y tener que aceptar que el tiempo se nos vino encima, es verdad que aquello de "Dios proveerá", se ha materializado en milagros aceptados por todos, pero que también aquello de "Ayúdate que yo te ayudaré", es cierto y a mi entender es poco lo que hemos hecho por ayudarnos y lo grave es que el tiempo se acaba inexorablemente.



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Saúl Molina


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