A todas las personas que han sido confundidas por la difusión de campañas prolongadas y perversas con la única finalidad de buscar apoyo para los protagonistas del deterioro que fue envolviendo el país durante la vigencia del Pacto de Punto Fijo, régimen que estableció una cultura dirigida a la obtención de la riqueza fácil a través de la aplicación de variados procedimientos deshonestos, resaltando, por el daño moral hecho al pueblo, el cobro subrepticio de dinero como forma de lograr resolver favorablemente cualquier solicitud o trámite que se hiciera en alguna oficina pública. Que el quebranto físico, moral y filosófico de ese pacto político se vio resumido en el cínico dictamen expuesto por un presidente vitalicio del partido Acción Democrática, estando esa organización ejerciendo el gobierno de entonces, cuando dijo: “En Venezuela se roba porque no hay razón para no hacerlo”
Que es cierto que en Venezuela, sin ninguna duda, en 1958 se rescató la democracia y que los firmantes del Pacto de Punto Fijo hicieron la reconocieran en el exterior. Pero también es innegable que al poco tiempo se observó, en el país, que de lo que se trataba era de una horrenda tiranía de partidos y que fue así como los consecutivos gobiernos, fruto de aquel pacto, fueron cayendo en diatribas internas que ocasionó profundas crisis políticas, sociales y económicas que a lo largo de 40 años se fueron agudizando, ello, indiscutiblemente, consecuencia de que sombrías personalidades se apoderaron de los hilos que hacía funcionar el Estado y las direcciones de los partidos Acción Democrática y COPEI; como también a las otras organizaciones políticas que le hacían el juego.
Que hay que convencerse que en esta nación existió una dictadura disfrazada de democracia, que sus inspiradores la quisieron reinstalar con el golpe de Estado del 11-12 de abril de 2.002, y que fue el mismo pueblo que se opuso y participó activamente contra los golpista en una movilización numerosa e incontenible que hizo que la fuerza armada se viera obligada a actuar y cumplir con su deber; ciñéndose a la Constitución. Que fue en ese momento cuando se comprobó la fe en el proceso de cambios y lo grande que es la esperanza del pueblo de poder dejar como herencia un país decente y desarrollado política, social y económicamente en vez de uno humillado, convicción que hizo que el 15 de agosto de 2.004 respaldara mayoritariamente con su voto la gestión del presidente, el 31 de octubre lo apuntalara más aun eligiendo a 21 gobernadores revolucionarios de un total de 23 y por último, el 4 de diciembre de 2.005 eligiera una Asamblea Nacional totalmente chavistas
Que el puntofijismo durante años inculcó a su gente que el pacto firmado por sus representantes era indestructible y que nunca se podría rescindir por medio del ejercicio del voto, tal como sucedió en diciembre de 1.998, por lo que tercamente no aceptan, no toleran, no reconocen que ya no podrán abusar de prerrogativas bajo los esquemas de aquel régimen que jamás volverá. Que hay que despertar a la realidad y darse cuenta que la fuerza poderosa y soberana del pueblo que una vez estuvo con ellos, los ha rechazado una y otra vez cansado de tanto engaño, que hay que percatarse que aquel sistema de gobierno ya fue enterrado y que ello fue posible por causa de la corrupción y desvergüenza de políticos con sentimientos totalitarios que simularon ser demócratas para manipular las riendas de ese pacto y, sobre todo, que se debe tener muy en cuenta que la caída estrepitosa de ese sistema fue liderado por un hombre que batalló duramente por recuperar la autonomía y la dignidad de este país, siguiendo a la letra lo indicado por nuestro Libertador Simón Bolívar “COMBATID, PUES, Y VENCEREIS. DIOS CONCEDE LA VICTORIA A LA CONSTANCIA”