A nuestro gobierno ya se le están agotando la existencia de los pañitos de agua tibia para combatir la crisis económica en que estamos envueltos, es decir ya pisamos los bordes de "la hora de la verdad", la hora de las definiciones, pocas posibilidades de acción le quedan a nuestro gobierno para conjurar la crisis, y estas posibilidades terminarán por definirlo desde el punto de vista político. Lo que ya desde hace mucho tiempo se debía implementar con referencia al "corte de cabeza" de los corruptos de alto vuelo dentro del aparato gubernamental, es decir el "caiga quien caiga" enunciado por Chávez, con la consiguiente gestión para repatriar los capitales fugados, es una medida la cual ya creo que es tarde para ver sus efectos inmediatos, es decir el hacerlo que (sigue siendo para este o cualquier otro gobierno un deber incuestionable), solo produciría su efecto a largo plazo y nuestra economía no lo va a poder aguantar.
Así y a mi humilde criterio, al gobierno no le queda otra alternativa ante la encrucijada que tiene enfrente, que la de decidirse a tomar por uno de los dos caminos que se le presentan, el de la derecha con la dolarización de la economía en los momentos en que el dólar como moneda de cambio universal tiene un futuro cercano más que incierto, y con las consecuencias que para la mayoría de la población venezolana "de a pie" esto representaría a corto y mediano plazo, sumado esto a las consecuencias para el País que significaría el derrumbe del dólar una vez tomada dicha medida.
El otro camino es el que le queda a la izquierda al cual y acorde con el criterio expresado por el PCV), criterio al cual me he sumado, tal cual lo he expresado en diversos artículos que por medio de APORREA antes he publicado. Es decir el camino correspondiente a la monopolización de las importaciones por parte del Estado (Nación), con todas las ventajas correspondiente a sincerar los precios de costo, a lo cual habría que sumarle los gastos de traslado y distribución, el monto a los comerciantes del impuesto correspondiente, y las ganancias netas por estos a obtener, una vez deducidos los costos correspondientes a los gastos por ellos erogados en cuanto, pago por alquiler o mantenimiento de locales, y pago de sueldos y salarios; camino este último que sería el lógico a transitar por un gobierno que proclama marchar hacia el Socialismo. El problema principal a enfrentar por parte del gobierno de tomar esta vía, sería antes que el logístico (ya de por sí solo solucionable con un alto grado de eficacia), el de cómo controlar la gruesa corruptela intra gubernamental, que afloraría con toda su fuerza durante todo el proceso de la adquisición y operaciones a efectuar antes enunciadas, a fin de ofrecer al público un verdadero precio justo de los productos importados. Hablando en términos generales yo afirmaría que la única manera de lograr hacerlo, sería con la más alta cuota de pública transparencia a lo largo de todo el proceso, desde las iniciales cifras de inversión, hasta las cifras de venta al público de los productos así adquiridos, lo cual sería difícil de lograr sin la ayuda y la supervisión del pueblo organizado.