Todos los precios suben de manera permanente y acelerada, pero el salario va como "morrocoy volteao". Algunos preocupados por como sube el dólar paralelo piensan que el problema central de la economía venezolana es ese, dejando de lado lo primordial: la justa valoración del trabajo.
Mientras la tendencia de los precios es a cuadrarse con el dólar paralelo y especulativo, a pesar del invento del Simadi, que en concreto no ha servido para nada como política de contención de la especulación cambiaria, la línea del gobierno es cuadrar el salario según el dólar Cencoex, con el que cada vez se adquieren menos productos de primera necesidad.
Hoy el gobierno "obrerista y revolucionario" del Presidente Maduro, no sólo afirma que los trabajadores no están aún capacitados para el control obrero, sino que se asume que tampoco está capacitado para gastar de manera correcta lo que le corresponde por la retribución justa de la venta de su fuerza de trabajo, por lo que debe ser retenido su valor por terceras manos que supuestamente tienen más criterio para redistribuirla en función del bienestar.
De hecho, la dolarización del consumo, genera, como consecuencia de la depauperación salarial que hoy los empresarios tengan la posibilidad de multiplicar al menos de manera oficial por 32, lo que le cuesta pagar la nómina de una empresa, sólo con una transacción financiera, sin que el gobierno haga algo ante la potenciación de los niveles de explotación.
La escasez de divisas hoy, hace que, utilizando como referencia al dólar Simadi en casi 200 Bs. por dólar, nuestro salario mínimo no sea mayor de 34 dólares mensuales, aunque quienes ficticiamente son capaces de calcularlo a 6,30 Bs. por dólar, dirían que nuestro salario mínimo real es de 1070 dólares mensuales.
El problema real de nuestro pueblo trabajador hoy es que no le alcanza el salario, y que cada día que pasa, con una inflación que se mueve al ritmo del dólar paralelo, le alcanza cada hora menos. Mientras que la masa monetaria que debería corresponder al diferencial entre el valor real de nuestro trabajo y lo que al final se paga por ella se queda en manos de la burocracia, de la banca y de los empresarios, o por mera especulación cambiaria o por consecuencias de la corrupción.
El día que nuestro salario responda al justo valor de nuestro trabajo, en Venezuela existirá socialismo, lo demás es una quimera.
"Este artículo es originalmente publicado el www.elestimulo.com"