Preguntémonos:¿acaso los pequeños patronos o empresarios personales naturales, estarán contemplados como potenciales beneficiarios de las pensiones de vejez?, ¿a tal grado llegarían nuestras bobaliconadas?
La figura del tercerizado, contemplada y prohibida por la LOTTT[1], presenta variedades propias de la sociedad burguesa, habida cuenta de que en ella hay burgueses que se arruinan y convierten en pobres, y proletarios que terminan aristocratizados, al punto de terminar creyendo que dejan de pertenecer a su clase originaria e intentan saltar la correspondiente talanquera hacia la clase burguesa, como si esta no mantuviera en sus viejos archivos la historia al hilo de todos los pobres, ascendientes y descendientes, directos y colaterales o ramificados del país correspondiente[2].
Por supuesto, una vez que ese proletario "hace dinero" por su buena conducta en la empresa del caso y con aquel puede vivir a lo burgués, termina apelotonándose con el resto del grupo de proletarios que le precedieron en esos saltos de talanqueras sociales[3], pero no por ello podrían integrarse a la burguesía propiamente dicha; esta es algo más que tenencia de mucho dinero.
Uno de los tercerizados más relevantes o exquisitos son algunos profesionales, particularmente el gremio de médicos y médicas que logran hacerse de bonitas clientelas, trabajar en afamadas clínicas, prestar-indudablemente-excelentes servicios medicoasistenciales y llevar una vida objetivamente conservadora, parca y sencilla, con algunas excepciones de infatuados que tampoco faltan en esta abigarrada sociedad burguesa.
¿Por qué decimos que este gremio-del grueso de sus integrantes, se entiende-es un tercerizado exquisito? Porque en su mayoría fungen de inquilinos de los propietarios de los inmuebles conocidos como hospitales o clínicas privadas de mediano y alto lujo medicoasistenciales.
Estos apreciados y distinguidos profesionales, en lugar de ser empleados directos de tales empresas de la medicina, montan sus consultorios particulares en cubículos arrendados, se dotan de personal auxiliar, incurren en gastos de oficina y también alquilan a la clínica correspondiente los servicios quirúrgicos y de estacionamiento, toda una inversión con su propio patrimonio, con su "capital", al punto de que lucen como propietarios de tales consultorios. No dejemos a un lado que la LOTTT podría estar protegiendo, más bien, a ese personal subalterno de estos exquisitos, más que a estos mismos.
Además, su rol como tercerizados, va más allá, puesto que de unas buenas décadas para acá, se han convertido en los principales o más importantes promotores de cuanto fármaco le hacen llegar los diferentes laboratorios de la farmacopea-las transnacionales por excelencia-según las especialidades médicas del caso.
Desde luego, a estos exquisitos tercerizados no les están dando una pedrada en sus ojos. A la mayoría les va muy bien bajo esa condición, misma que le impide gozar de las correspondientes bondades de la LOTTT, ya que esa cuestionable condición de pequeños patronos los ubica como empleadores y no como empleados que es lo subyacente en semejante forma laboral. Es un hecho contable que los dueños de tales clínicas se lucran con el trabajo de semejantes trabajadores, con tremendos y exquisitos tercerizados.
[1] Ley del Trabajo de los Trabajadores y de las Trabajadoras, vigente en Venezuela, República Bolivariana.
[2] Ya he tratado el tema de los apellidos en regímenes burgués y preburgueses. No es lo mismo presentar en sociedad a Juan Bimba que a Tacamajaca de Ño Leandro, independientemente de que el primero supere al segundo en probidad y hasta en sabiduría.
[3] Estas definiciones de proletarios aburguesados no me pertenecen, salvo que no son estrictamente literales respecto a la fuente original, propiedad de Leon Tolstoi, La muerte de Ivan Ilich.