Felipe Calderón, el odio expandido y la Vinotinto

No soy experto en futbol, mis ocupaciones habituales fueron, han sido y siguen siendo otras. Pero de niño y todavía a lo largo de la adolescencia, practiqué intensamente ese deporte. A lo largo de la vida me he mantenido como aficionado al mismo, más que al béisbol; eso me ha dado la oportunidad de observar por largos años su práctica, lo que permite asegurar que algo sé del asunto.

Por lo anterior puedo decir, sin duda alguna, que el juego de Venezuela del domingo me produjo una sorpresa agradable. Los juegos anteriores de la Vinotinto, preparatorios para esta copa América, que al mismo tiempo significaron la incorporación de Noel “Chita” San Vicente a Director Técnico, me habían dejado dudas e insatisfacciones. Observé en los pocos que pude ver, las mismas fallas que mostraba la selección en los meses finales de la era Farías.

Llegué a afirmar, por lo observado, que pareciera que el nuevo director técnico no estaba a la altura de una selección formada, sin duda alguna, por excelentes jugadores, tan buenos, sobre todo en la resultante colectiva, como tantos del área. Venezuela es equipo que defiende bien, en el medio campo y donde arma la ofensiva, dispone de jugadores de gran calidad. Juan Arango, pese los años transcurridos todavía exhibe un gran talento y capacidad para causar daño a cualquier equipo que nos enfrentemos. En la zona propiamente de ataque, desde hace años venimos contando con excelentes artilleros, hasta llegar ahora a tener un hombre de calidad en cualquier liga del mundo como Salomón Rondón, sin olvidar a otros que le acompañan. El asunto entonces, en mi opinión consiste en saber administrar tanto talento. Farías, en mi humilde concepto se agotó al frente de una selección que cada vez sumaba mejores jugadores; una situación distinta a aquella de Richard Páez, quien manejó técnicamente una agrupación, donde cuando miraba a la banca, no veía mucho que le entusiasmase y hasta inspirase para resolver las dificultades.

Venezuela se enfrentó a una selección de una gran calidad, con jugadores de muy alto nivel que pasan por excelente momento. Colombia en el mundial pasado desempeñó un descollante rol sin contar con la figura de Radamel Falcao, entonces seriamente lesionado, pero su desempeño fue tal que ahora la FIFA le tiene en los primeros lugares de la clasificación mundial de selecciones.

Pero el domingo, si bien es cierto, como dicen algunos comentaristas, el juego colombiano estuvo muy por debajo de su nivel, lo que es una manera parcializada de visualizar lo acontecido. Porque se pudiera decir que la Vinotinto jugó de manera extraordinaria y su línea defensiva y medio campo no permitieron que Colombia jugase como suele hacerlo. La línea delantera o de ataque, donde apareció en el papel, en la alineación, como solo, Salomón Rondón, supo sumarse con habilidad y audacia por los extremos y llevar peligro constante al arco colombiano y de paso obligar al portero y defensa de ese equipo a trabajar en exceso. James, el magnífico, habilidoso y fino jugador que destaca en el Real Madrid y Falcao mismo, se vieron casi o casi casi no se vieron durante el partido, controlados por los nuestros como Tomás Rincón. No hay duda, que mayor parte del tiempo, el balón estuvo en manos de nuestros muchachos y fueron ellos quienes hicieron las mejores jugadas, incluyendo al portero. Ronald Vargas, “El lobito” Guerra y Rosales, jugaron de encanto y superaron sus equivalentes colombianos. El gol que nos dio el triunfo, fue una joya, elaborada con finura desde el principio, entrando por el lado derecho, por Juan Arango, continuada de cabeza por “El lobito” Guerra, a la izquierda y finalizada con Salomón Rondón, quien hasta con elegancia, introdujo el balón en la red contraria.

Más o menos eso fue lo que sucedió el domingo en una cancha chilena que produjo mucha sorpresa por la visión pertinente que se tiene del futbol colombiano. Pero desde los tiempos de Richard Páez, ya la Vinotinto no es la “Cenicienta”, el simple trámite en el deporte “rey”, en Sur América. Por eso mismo, la mayoría de los venezolanos siempre esperamos que la nuestra gane y los muchachos juegan para eso porque, como ya dijimos, forman hoy un grupo de gran calidad futbolística.

Por lo que vi el domingo, rindo mi reconocimiento a Noel San Vicente, quien pudiera haber encontrado el cómo hacer con tanto talento a su disposición.

Llegado aquí, vayámonos a lo del título. Como todos saben, Felipe Calderón, expresidente de México, a quien todos conocemos, dejándose llevar por su iracundia y odio inducido por la derecha de aquí a la de allá y hasta entre quienes pudieran no estar en esa posición política, emitió un detestable juicio, incluso no propio de quien por fortuna llegó a aquel alto cargo, contra nuestra selección, la inmensa calidad de su juego del domingo y hasta contra los venezolanos todos que amamos a la Vinotinto. Tanto que algunos sectores adversos al gobierno venezolano, se sintieron obligados a manifestar su molestia por la impertinencia de aquel personaje.

Ningún venezolano, pese los hechos de Ayotzinapa y muchas otras cosas aberrantes del poder mexicano, sería capaz de denigrar de la selección de los “manitos”, que jugó muy mal ante Bolivia. Porque, en fin de cuentas, diría que los hermanos de la meseta boliviana le hicieron un juego maravilloso a los también hermanos mexicanos. O mejor dicho, no es que México jugó mal, sino que los suramericanos lo hicieran de excelente forma.

Sucede que el señor Felipe Calderón, reveló su pequeñez, al desconocer no sólo la calidad de juego que hicieron los nuestros, sino que dejó ver el enorme sentimiento de odio que atesora contra nosotros y eso, lamentablemente, de alguna manera lo expanden en el pueblo hermano de los aztecas.

La oposición venezolana, esa misma que respondió a Calderón que la Vinotinto era “de todos los venezolanos”, no sé si porque al fin y al cabo le satisface que no sólo hayamos ganado sino jugado a lo grande, debe sacar las conclusiones apropiadas de ese asunto.

Lo del pequeño Felipe Calderón, es resultado de la propaganda llena de mentiras y aberraciones que hace la oposición por distintos medios incluyendo aquellos que, en abundancia, le sirven en el exterior. Lo que se dice en Venezuela y se exporta en abundancia, de su gobierno, que no es una usurpación, sino simple voluntad de los venezolanos, hasta ahora ha sido así, habla muy mal de todos nosotros y no extraña que embargue de odio a mucha gente contra el gentilicio todo; si aquí sucede, entre compatriotas, como será a quienes afuera se les bombardea con tan vil propaganda. Si lo hace un hombre como Calderón que llegó al mismo cargo del gran maestro de América Benito Juárez, no es extraño que muchos en el mundo lo hayan hecho. Y eso se debe al inadecuado, falso y hasta denigrante mensaje contra la venezolanidad que se lanza al exterior para que los allá interesados lo multipliquen.

La Vinotinto, es cierto, somos todos y también todos formamos este país al cual no debemos seguir descalificando ante el mundo asumiendo


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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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