Si en algo acertó siempre Chávez fue en la creatividad para enfrentar a sus adversarios políticos y en la "frescura" en su verbo y en la facilidad para armar estrategias que comunicacionalmente además se encargaba de implementar. Aló Presidente es una cátedra de la que aún la Revolución y su dirigencia tienen mucho que aprender.
Si algo le está faltando a la revolución en estos días son "respuestas comunicaciones asertivas" ante el pertinaz ataque al que los adversarios la someten.
Personalmente no pongo en duda que hay una feroz "guerra económica" en pleno desarrollo, lo que uno no termina de ver es la contraofensiva comunicacional ante ésta.
Nunca, en estos 16 años, la revolución pudo tener bajo su influjo el aparato comunicacional con que hoy cuenta, pero en la mayoría de los casos restringe su acción a la reproducción de "burda propaganda", carente de creatividad y de elementos que permitan "explicar" cómo se expresa la guerra continuada y el acoso al gobierno de Nicolás Maduro, como antes se hizo con el de Hugo Chávez.
La típica propaganda capitalista no hace más que manipular a los "consumidores", despertando en ellos el ansia desenfrenada por el consumo de mercancías, apelando a factores del subconsciente de los sujetos (ansias de poder, miedos, sensaciones de placer, frustraciones, deseos de éxito personal, etc.); la respuesta comunicacional que den los medios al servicio de la revolución, y del socialismo, deben apelar a otros modos de comunicación que más que "engañar" a los sujetos se planteen "develar" los entramados de engaños que el aparato comunicacional al servicio del capitalismo genera cada día.
Es fundamental que el aparataje comunicacional del Estado se promuevan valores como: solidaridad, valentía, heroísmo, sacrificio, grandeza, proezas colectivas, espiritualidad etc.; en contraposición a los valores de: libertad individual, individualismo, egoísmo, riqueza personal, etc., que promueve el modelo capitalista.
El asunto no puede ser mero "rating" televisivo o de crezca la audiencia radial, ni que los periódicos se regalen; debe elevarse sustantivamente la calidad de lo que los medios informan, así como superar la mediocridad en la que la tv, la radio y la prensa comercial mantiene sumergida a su audiencia. Ni que decir que no debe reproducirse en las redes sociales los esquemas que el capitalismo impone.