Los excedentes de docentes nominales parasitarios que saturan el sistema docente venezolano frenan los rendimientos del docente trabajador. No se puede seguir premiando al docente corrupto.
Caso concretísimo es el que conozco con propiedad hogareña: Mi hijo es docente en un Liceo Público; su almuerzo le cuesta Bs.F 300 (trescientos bolívares), sin pan, y en transporte gasta aprox. 200 bolívares diarios, es decir: dos partidas de su gasto personal, para cumplir con su obligación a su trabajo-no lleva falta alguna en aprox. 10 años-le sale por unos 10M bolívares al mes, un monto que en sí mismo está muy por encima de su paga del MinEducación. Él da Formación Premilitar.
Como sabemos, con el actual transporte público valenciano no se puede contar, salvo para que lo atraquen o le arranquen la camionetica antes de tiempo-a una hermana casi la dejaron coja, en un accidente así, por culpa material de un chofer de lo peor educado como servidor público, pero ese es el funcionario público-privado que nos dio la 4ta República con Alcaldes dueños y/o consocios, o alcahuetas con flotillas de tales transportes que no tienen límite superior de carga de personas.
Hablando con mi hijo, uno de estos días pasados le dije que, precisamente, quienes nos metimos a docentes en Venezuela[1], nos convertimos en subsidiadores del Estado; ayer lo hicimos para que el liderazgo político pudieran darle empleo sin trabajar a cuánto recomendado del Puntofijismo plenó las nóminas ministeriales[2] y para que en paralelo la derecha mandona y alienada de siempre pudiera robar de lo lindo sin mayores problemas porque las protestas, fueron sólo de la izquierda ya que los adecos no le hacían huelga al Presidente de ellos, según su Reglamento del partido.
Por mejorados que se hallen relativamente los sueldos y salarios actuales, y por sustanciales que luzcan las mejoras que hoy siguen en proceso de aprobación por ese mismo sindicalismo parasitario de siempre[3], con motivo de la presente inflación inducida con intenciones claramente golpistas, el docente sigue trabajando y ganando menos que una taxista, menos que un técnico de aire acondicionado, que un plomero, que un técnico en PC y afines porque ,sencillamente, sus trabajos tienen como nunca antes una clientela que carece de una eficaz competencia oficial.
Por supuesto, a quienes están subsidiando los docentes en general es al docente parasitario porque es con parte de sus merecido sueldo con lo que el Estado cubre la nómina de tales funcionarios públicos. Pero, hay más: “Muchas manos en el plato ponen el caldo morado”-así le oía a mi amada Abuela-. O sea, los sobrantes de docentes nominales parasitarios que saturan el sistema docente venezolano frenan los rendimientos del docente trabajador.
[1] Le trabajé al Estado 27 años en fila, y con los Petrorinocos sólo me salieron 24 años de fideicomiso, y gracias a Dios y a Chávez puede recibir algo que empezó a desaparecer como sal en el agua con tantas y sostenidas inflaciones golpistas.
[2] La calidad siempre se hallará reñida con la cantidad cuando se pierde la armonía de complementariedad de ambas cualidades, la calidad del docente, y la contrata de funcionarios públicos para mejorar ese empleo que no cubre la empresa privada nacional ni la extranjera. Úslar Pietri perdió la Presidencia aspirada porque tenía como proyecto bandera rasparse unos 500M funcionarios ociosos de la Administración Pública de marras, y en su mayoría con funciones docentes.
[3] Son esos sindicalistas parasitarios del MinEducación quienes hoy retrasan la aprobación del Contrato Laboral Universitario: se les ha ido buena parte del tiempo logrando restarle partidas al docente de “abajo” para favorecer a los vivianes que otrora de titularon como doctores con credenciales chimbas, en su mayoría, que el Estado debería auditarles porque la oportunidad se presta. No se puede seguir premiando al docente corrupto.