Como estrategia coadyuvante para combatir eficazmente en esta Guerra Económica, propia de la alta burguesía, es hora de conversar con el pueblo fabricante menor e intermediario.
Si nos ponemos en los zapatos de los detallistas y del pequeño industrial, clientes natos de visitadores comerciales que representan a las fábricas nacionales e internacionales y a los mayoristas en general, debemos reconocer que si sus proveedores le renuevan a diario las listas de precios, su dependencia de esos ellos los obliga a admitir todas la subas ilegales que están realizando quienes manejan precios sobre la paridad ilegal de una dólar paralelo que se halla al margen de la ley por extrajurisdiccionalidad.
Las paridades de cada país respecto a sus monedas y las divisas con las que se ve obligado a realizar pagos y compras las determinan oficialmente los bancos centrales de cada país. Cualquier paridad externa debe pasar por la nacional. Así, quien compre, por ejemplo, a base de dólares con paridades fijadas fuera de nuestras fronteras patrias está realizando una compra de dólares, o de yenes, o de francos, y como tales están entrando a nuestro país, aunque lo hagan es especie.
Es que, legalmente, todas esas divisas no pueden entrar a las cajas ni a las cuentas de las empresas importadoras de bienes para Venezuela sin el conocimiento y consentimiento del Banco Central de Venezuela (BCV). Esas importadoras deben consignar el monto de dichas divisas al ente oficial, o sea, al BCV, y este procedería a comprárselas para luego revendérselas a fin de gozar así de divisas legalmente adquiridas, libres de rollo alguno.
Hasta ahora, los comerciantes en general han estado importando dólares en especie, o representados en las diferentes mercancías importadas sobre la base dólares no provenientes del BCV. Esta conducta ya es en sí misma un delito que lleva consigo el decomiso de tales importaciones, al margen del precio al que hayan pretendido venderlas en casa[1]. El BCV tiene que dinamizar su competencia ante semejante burla cambiaria.
Como los importadores no están respetando las leyes venezolanas, y menos el Control de Cambio, y, al contrario, están usándolo como excusa para comprar dólares a precios distintitos a las paridades oficiales venezolanas, el gobierno bien podría urgentemente convocar y sostener una reunión con el amplio universo de vendedores detallistas para aleccionarlos sobre la ilegalidad general en la que están cayendo por comprarle a proveedores que no se están rigiendo por las paridades fijadas por el BCV, porque finalmente también ellos resultarán perjudicados como hasta ahora lo están siendo. Fedecámaras, por ejemplo, no le reconocerá pérdida alguna que sufran los detallistas por comprarles a precios basados en paridades ilegales.
PD.: Y por ahora, una congelación de precios para importadores y detallistas debe ser considerada de inmediato.
13/07/2015 04:37:55 p.m.
[1] Esa conducta asumida por fabricantes e intermediarios se asemeja a la practicada por aquel viajero que al llegar a un puerto venezolano las requisas correspondientes les arrojen dólares en sus valijas o mercancías prohibidas o restringidas como importaciones. Las divisas son también mercancías cuya importación se halla restringida por el Control de Cambio. Antes del Control de Cambio, la prohibición de importar regía sólo para algunas mercancías, no ahora ya que los dólares no pueden entrar ni salir libremente.