No hay nada mas injusto que el salario minimo

En el régimen capitalista de producción, el salario mínimo, es la más cruel demostración de lo injusto de ese sistema. Los creadores de la idea, establecer un salario mínimo de subsistencia, sólo pensaron en la cantidad de calorías que era necesario reponer diariamente para que el cuerpo del trabajador pudiera volver al siguiente día a sus labores.

Si por ejemplo el cuerpo humano de un obrero minero necesita consumir 1.400 calorías al día en alimentos durante 12 horas de trabajo y estos tienen un valor en el mercado de $10, entonces, el salario mínimo será de $10 . Un obrero que en su labor diaria no pueda reponer las calorías consumidas por el ejercicio del trabajo, es muy difícil que tenga las suficientes fuerzas para volver al día siguiente para continuar trabajando.

Si hay algo más opuesto a la justicia, la equidad y al amor al prójimo, es la idea de establecer el salario mínimo como patrón de referencia para lograr la tan sagrada igualdad a la que aspiramos los que nos definimos socialistas.

Si algo es contrario a la idea de justicia es el capitalismo. Es una herejía pensar que puedan establecerse precios justos y menos salarios justos, en un régimen de competencia despiadada, donde reina el más fuerte y la especie que sobrevive es la que depreda a las otras. .Por su misma naturaleza, el capitalismo, es contrario a la igualdad, a la justicia y al bien común. No estamos hablando que sea un régimen económico malo o bueno. Esas categorías no entran en ese juego dialectico. Yo gano y tu pierdes; si tu pierdes, yo gano. Esas son las reglas del juego. Obreros y Patronos, jugando a ganar o a perder.

La libre competencia, valor supremo del capitalismo, es contraria a toda legislación que pueda imponer condiciones igualitarias en las relaciones laborales, contractuales o salariales y el salario mínimo es una de esas imposiciones que aceptan a regañadientes los capitalistas, argumentando que eso atenta contra la libre contratación entre los factores productivos, pues les quita al mercado laboral el incentivo de la competencia que genera la ley de la oferta y la demanda.

En Venezuela y específicamente durante los últimos 15 años se ha instaurado un régimen salarial a partir de la fijación, por parte del Estado, de un Salario Mínimo acatado por todas las fuerzas productivas. Siendo las instancias de gobierno las que tienen mayor número de trabajadores y en la circunstancias de una economía rentista y monoproductora, no ha sido difícil mantener una relativa paz laboral, gracias a las políticas sociales de subsidios implementadas por el gobierno para proteger la erosión de ese salario, debido a las elevadas tasas de inflación generadas por los empresarios privados, que trabajan permanentemente para obtener para si los montos en dólares que produce la renta petrolera.

A ningún empresario se le ocurrirá jamás, calcular los salarios que paga a sus trabajadores, tomando como patrón a la divisa norteamericana; pero si lo hace todos los días para fijar los precios de los productos que vende o produce. Si nos fijamos en la actual realidad veremos que el salario mínimo diario en nuestro país es cercano a los 0.50 dólares (Bs. 247,00) mientras que los precios de las mercancías que venden están fijados al valor del Dólar Today, que se cotiza a más de Bs. 500,00. X un dólar.

¡¿Cuantas calorinas necesita un obrero venezolano para mantenerse activo y producir plusvalía a su patrón?!. ¿Cuántas calorías y proteínas podrá comprar o adquirir con los Bs. 247,00 que diariamente le paga su patrón?. ¿Un trabajador con mujer y dos hijos pequeños que mantener, que recibe su salario mínimo más cesta ticket, podrá ser considerado que está cometiendo un delito, si parte de su tiempo lo emplea en "bachaquear" para aumentar sus ingresos?.

Ahí les dejo a mis lectores esas preguntas.

Chave vive, la lucha sigue.

Juanveroes64@hotmail.com



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Juan Veroes


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